Arrels contabiliza 4.737 personas sin hogar en Barcelona en 2021
La Fundación presenta los resultados de su encuesta y denuncia que el 47% del colectivo vive en la calle desde hace más de dos años
La Fundación Arrels ha hecho público este martes su informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar, realizado a partir de los datos extraídos de las 289 entrevistas hechas en la noche del 10 de junio de 2021 a personas que se encuentran en situación de sinhogarismo. En total, Arrels declara que el año pasado había 4.737 casos de personas que vivían en la calle en la capital catalana. La cifra proviene, por un lado, del recuento propio de la entidad, que contabilizó 1.604 personas durmiendo en la calle durante esa noche, y por otro lado, de las cifras facilitadas por la red de atención a personas en situación de sin hogar (2.808 personas alojadas en recursos públicos o privados) y el Ayuntamiento de Barcelona (865 personas en asentamientos).
El dato que más se ha repetido durante la presentación ha sido el hecho de que casi la mitad de ellos, un 47%, lleva en esta situación más de dos años. Esta cifra ha aumentado respecto al 2019, cuando era un 33% del colectivo el que sobrepasaba los dos año viviendo en la calle. Desde Arrels informan que a medida que se incrementa este límite temporal, se agravan cuestiones como “la vulnerabilidad y la posibilidad de recibir agresiones”. El 45% de personas que llevan más de dos años afirman haber sufrido alguna agresión. Además, otro problema son las enfermedades crónicas: el 31% de ellos sufre alguna, y también las dificultades para mantener una ayuda de vivienda y atención social.
José Luis tiene 53 años y lleva dieciséis viviendo en la calle a raíz de no encontrar trabajo tras haber ingresado en prisión y sufrir tuberculosis crónica. “El desprecio con el que te mira la gente es lo más duro”, se sincera. Agradece el trabajo de Arrels: “Te tratan como una persona y hacen que no te sientas tan solo”. Duerme delante del Hospital del Mar y come en el comedor social del Paral·lel, donde considera que “la comida no es suficiente para una persona adulta”. Asegura que “nadie te alquila una habitación si saben que estás viviendo en la calle” y denuncia el estigma que padece el colectivo porque “a todos nos puede pasar”. José Luis lleva tres meses cobrando una pensión de 422€, pero declara que “no es suficiente” y se queja de que no ha recibido ayuda por parte de los asistentes sociales en todo este tiempo. “Ni Ayuntamientos ni sistemas sociales hacen nada. A lo mejor, es porque no les interesa”, opina. Frente a las agresiones que él mismo ha sufrido, se lamenta: “Si quieres denunciarlo, no te hacen caso”.
La pandemia ha sido “un elemento clave para cronificar la situación de calle de estas personas”, según el documento publicado por Arrels. También ha provocado que personas que habían encontrado una vivienda antes de la crisis sanitaria, después vuelvan a verse sin ella”. Esto es consecuencia del aumento del tiempo de espera de cualquier trámite: “para encontrar un albergue, por ejemplo, son cuatro meses mínimo”. Ante esta problemática, la propuestas de Arrels se focalizan en “adaptar los recursos a les necesidades del colectivo”, abriendo espacios en cada barrio con tal de “crear vínculos”. Consideran que los recursos “son insuficientes” y que hace falta “fortalecer los equipos de la calle para atender estas personas directamente allí y conseguir recuperar su vinculación con el sistema sanitario”. Además, piden que se abra el acceso a la Mesa de Emergencias del Ayuntamiento de Barcelona, ya que, hoy en día, el sinhogarismo todavía no se considera una emergencia.
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