El festival romano de Tarragona Tarraco Viva conmemora grandes hitos de la arqueología

La Tarragona romana homenajea a la arqueología en la 24ª edición del festival Tarraco Viva. El festival romano de la ciudad, que arrancó el domingo y se desarrolla hasta el 29 de mayo, con un programa de 300 actividades, se centra este año en grandes hitos del descubrimiento de la antigüedad y se hace eco de los dos grandes aniversarios de la egiptología que se cumplen en 2022: el centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes en noviembre de 1922, por parte de Howard Carter y su mecenas Lord Carnarvon, y los 200 años del desciframiento de la escritura jeroglífica, en 1822, por Jean-François Champollion, gracias al estudio de la piedra de Rosetta. El festival celebra además otras efemérides arqueológicas: el centenario de las excavaciones en la necrópolis real de Ur -que tuvieron un entusiasta testigo de excepción, la escritora Agatha Christie: en ellas conoció al que sería su segundo marido Max Mallowan, ayudante del gran Leonard Woolley; y 200 años de la muerte de Heinrich Schliemann, el célebre excavador de Troya. También aborda el festival el inicio de las excavaciones de Pompeya y de la necrópolis de Tarragona.

“Todo junto nos brinda una oportunidad única para reflexionar desde el siglo XXI sobre el papel de la arqueología y la utilidad de mirar al pasado”, señala el director de Tarraco Viva, Magí Seritjol, que recalca cómo el acto inaugural el domingo reivindicó “la importancia de las humanidades en un mundo hiper tecnificado”. Seritjol, que advierte que Tarraco Viva es un festival cultural especializado y no una fiesta, “así que no se espere ver desfiles de romanos por la calle, ni mercadillo, ni feria de quesos, las cosas pasan en museos y lugares patrimoniales”, subraya que el objetivo es “divulgar bien la historia desde una perspectiva científica rigurosa”. Lo que no está reñido con que “la gente se lo pase de coña mientras se le explican cosas serias”. El festival vuelve a la normalidad plena tras dos años con cambios de fecha y restricciones.

Le cuesta a Seritjol hacer una “selección del director” de lo mejor del festival. “Es como que te pidan destacar una sinfonía de Beethoven”, ríe. Pero apunta algunas actividades a no perderse relacionadas con los aniversarios, como la reconstrucción histórica de hallazgo de la tumba de Tutankamón, o la del ambiente en una caupona, un bar de Pompeya poco antes de la erupción, con clientes habituales como una prostituta y un banquero y que se convirtieron en algunas de las víctimas de la catástrofe. Destaca el director asimismo los monólogos interpretados por actores Veig coses maravelloses, en el que quien habla de la tumba de Tutankamón no es Carter sino el niño aguador egipcio que encontró la entrada del sepulcro; y Un té amb misss Malowan, en el que Cristina Murillo encarna a Agatha Christie integrada en la expedición de Woolley. Otros personajes de estos monólogos que cuentan sus experiencias son Plinio el Viejo, que se fue a ver la erupción del Vesubio y murió en ella, Schliemann, Champollion, o Ramon el Pedres, un inmigrante llegado a Tarragona que acabó trabajando en la necrópolis. También una obstetrix, una médico mujer real de la que se conoce su tumba, un encargado de organizar funerales en Tarraco, un gestor de las aguas de Roma de visita en la ciudad, la díscola Julia, hija de Augusto; una sirvienta de Cleopatra que cuestiona que su ama tenga que casarse con Marco Antonio…

Para el director de Tarraco Viva, recreaciones y monólogos permiten dotar de “calidez humana” a la historia. Entre las recreaciones, la que harán los especialistas en el mundo de los gladiadores de Ars Dimicandi sobre cómo se representaba el inframundo en el anfiteatro, una parte importante y poco conocida de los juegos (“no todo eran hostias”, recalca Magí Seritjol), o la de Projecte Phoenix sobre al vida cotidiana de los legionarios romanos. Otra recreación permitirá ver en acción a los famosos honderos baleares, descubrir las artes de su oficio militar tan apreciado en la antigüedad y hacerte tu propia honda (con la participación de la federación de tiro con honda, ¡que existe!). Un espectáculo mostrará con actores, marionetas y siluetas el final de Julio César. Un acto muy interesante por su oportunidad, subraya Seritjol, es el debate sobre tiranía y guerra en la antigüedad, con el catedrático Fernando Quesada, uno de los mayores especialistas en mundo militar romano.

En el programa también visitas comentadas con recreaciones, lecturas dramatizadas (Propercio enamorado), conferencias -sobre los papeles de Carter del fondo del Instituto Griffith de la Universidad de Oxford, el enigma de la tumba circular de Amfipolis, los campos de batalla en el mundo antiguo, arqueología y turismo (a cargo de los especialistas en viajes culturales Pausanias), el día a día de un arqueólogo o la arqueología en el cine-, proyecciones o presentaciones de libros, entre ellos Roma soy yo, por Santiago Posteguillo o Bacanalia de Pedro Ángel Fernández de la Vega. Entre las exposiciones del festival destaca Cinc peces, cinc històries, con cinco objetos que representan pequeñas historias relacionadas con las efemérides que conmemora el festival. Una curiosidad es la presentación y uso de la reconstrucción de las trompetas de la tumba de Tutankamón, con una propuesta de cómo podían sonar.

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