Cadena de contagios familiar: “Las tareas de la casa han sido una batalla”
La historia de la familia Paradell: confinada por covid y con sus miembros de baja laboral
Sonia Paradell, de 25 años, es profesora de inglés en una academia de idiomas, pero también estudia un Máster en Comercio Internacional y Logística, y tiene que entregar cinco trabajos esta semana: “La verdad es que la covid nos ha caído en el peor momento”, lamenta. Toda su unidad familiar ha dado positivo por covid, y ahora están confinados en casa. Como ellos, más de 123.000 personas han solicitado la baja laboral en Cataluña, según cifras del Departamento de Salud de la Generalitat. Se trata de “una cifra excepcional”, justificó este miércoles Meritxell Masó, secretaria general de la consejería catalana.
La familia de Sonia es de Sabadell (Barcelona). Su madre, Leonor Rodríguez, trabaja en una residencia y, como les piden hacerse un test antes de empezar su jornada laboral, descubrió que era positivo por covid. Eso pasó el lunes. Sonia y su padre Miquel, que es autónomo, se encontraban bien. Aun así, decidieron hacerse un autotest. Dieron negativo. A la mañana siguiente la situación había cambiado. “El martes cuando nos levantamos por la mañana mi padre y yo estábamos fatal”, lamenta Sonia por llamada telefónica.
La familia decidió mandar un mensaje por la aplicación de La Meva Salut y los citaron en el Centro de Atención Primaria (CAP) ese mismo día. Ahí dieron positivo. Sonia lo hizo gracias a una prueba PCR, porque el test de antígenos que le aplicaron había vuelto a dar negativo. Según afirma, la sanitaria le dijo que esto se debía a que tenía “poca carga viral”, aunque presentaba todos los síntomas de la enfermedad. En el caso de su padre, que es la segunda vez que padece el covid, dio positivo con el test de antígenos que le hicieron en el ambulatorio. Los sanitarios los ayudaron a gestionar las bajas laborales.
Sonia tiene una hermana que vive fuera de casa, con el novio, y no se ha contagiado. Es ella quien compra la comida y la deja en la puerta. Al recordar esto, Sonia sonríe: “El primer día comimos cosas graciosas”. La que cocina en casa normalmente es su madre, que en ese momento estaba confinada en la habitación. “Ahora hacemos cosas facilitas que tenemos ahí por casa”, afirma.
“El tema de las tareas de casa sí que es una batalla”, describe Sonia, que luego agrega: “El que mejor se encuentra de momento es el que intenta hacer la comida, lavar los platos...”. Además, recuerda, esta semana ella tiene “muchas entregas” en la universidad, y esto es un problema con los síntomas. Por ejemplo, afirma, este miércoles se siente “mejor”, aunque el martes “todavía tenía mucha fiebre, muy alta, y un dolor de cabeza increíble”. Sus padres tienen cansancio de cuerpo, tos, y sensación de pesadez.
Por ahora no pueden compartir los juegos de mesa a los que se aficionó la familia durante el gran confinamiento, al inicio de la pandemia. La madre de Sonia, afirma ella, “pasa más tiempo en la cama, mira la tele”. Su padre está normalmente en el comedor: “Por las noches, de momento ,está durmiendo mal”, lamenta. Ella está enfocada en sus trabajos.
Sonia duda: “No sé si el hecho de no tener la tercera dosis ha influido en algo”. Todos, según comenta, tenían las dos dosis de la vacuna. Sus padres habían pedido cita para la tercera, pero ahora, tras contraer la enfermedad, tendrán que esperar. Según el Ministerio de Sanidad, aquellos que se contagien de la covid habrán de esperar al menos cuatro semanas tras el diagnóstico para recibir la dosis de refuerzo de la vacuna, si es que les corresponde.
La joven estudiante reconoce que últimamente ha notado “muchos positivos” por covid en su entorno. Sin ir más lejos, tanto su pareja como la madre de este se han infectado, además de otros familiares y compañeros en el trabajo. Cuando piensa en lo que hará al salir, suspira: “Quiero ver a mi pareja y a mis amigos”.
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