Aragonès aprueba los presupuestos catalanes con los comunes y certifica un punto de inflexión en la política catalana
Las nuevas cuentas públicas entrarán en vigor el día 1 de enero por primera vez desde 2010
El Govern de ERC y Junts ha superado este jueves la votación de los presupuestos de la Generalitat en el Parlament gracias al acuerdo con los Comunes. El pacto ha certificado un punto de inflexión en el ecosistema de la política catalana: las fricciones entre la mayoría independentista de la investidura ha dejado su futuro en el aire. El consejero de Economía y Hacienda, Jaume Giró (Junts), ha emplazado a la CUP a negociar las próximas cuentas públicas y volver así al horizonte “del 52%”, en alusión a los votos que alcanzaron las tres formaciones independentistas en las últimas elecciones autonómicas. Giró, con todo, no ha dejado de celebrar una simbólica efeméride: los presupuestos que ahora saca adelante el gobierno de Aragonès son los primeros aprobados en tiempo y forma en más de una década, cuando el tripartido que encabezaba el expresident Montilla (PSC) logró sacar adelante las cuentas públicas antes de finalizar el año 2009.
El último pleno del año, con la mitad de diputados debido a las medidas contra la sexta ola de la pandemia, se ha resuelto sin sorpresas. La tónica de la votación ya se había servido hace un mes, cuando el acuerdo in extremis entre el Govern y los comunes desestimó la enmienda a la totalidad que presentó la CUP, el “socio preferente” del Govern. Esto dio paso al acuerdo hace una semana entre los mismos partidos, con lo cual han podido salir adelante las cuentas. “Este Govern no superaría ninguna cuestión de confianza en clave de izquierdas e independentistas”, ha advertido Eulàlia Reguant (CUP), que ha denominado “sociovergencia republicana” a lo que ha criticado como un “reparto del país” del Govern con el PSC: “Señor Illa, ustedes son gobierno. No le dejan salir en la foto, pero en la práctica son los socios preferentes de ERC y Junts”, le ha dicho Reguant a Salvador Illa, líder del PSC.
Las cuentas públicas, que incluyen un gasto total de 38.139 millones de euros, se han materializado con los 65 votos a favor de ERC y Junts; los 62 en contra del PSC, Vox, CUP, Ciudadanos y PP, y la abstención de los 8 diputados de En Comú Podem. Los presupuestos se han aprobado un mes y medio después de iniciar su trámite parlamentario, y suponen un incremento del 17,3% respecto a las últimas aprobadas en 2020.
Giró, que ha liderado la negociación de las cuentas, se ha tomado una fotografía después de la votación junto al president, Pere Aragonès, en la que también ha estado presente Jéssica Albiach, líder de los comunes; algo que no ocurrió cuando Aragonès y Albiach cerraron el pacto en el Palau de la Generalitat este mes. Entonces Giró no participó. Junts se había opuesto a pactar con Albiach; aunque el acuerdo, finalmente, salió adelante. Esto también supuso, no obstante, otro tipo de concesiones, más allá de los presupuestos autonómicos. El acuerdo con los Comunes, una vía que se abrió tras el veto de la CUP a las cuentas y la insistencia de ERC de no negociarlas con el PSC pese a sus ofrecimientos, también se han saldado con la aprobación de las cuentas en el Ayuntamiento de Barcelona, donde ERC ha permitido con su abstención que el equipo de la alcaldesa Ada Colau saque adelante las cuentas municipales.
La sesión en el Parlament quiso emular, por instantes, el aire de una clase magistral. Cargado de efemérides, Giró quiso recordar el 50 aniversario de la publicación de Teoría de la Justicia, el emblemático libro del filósofo liberal John Rawls. El consejero de Economía ha señalado que esta obra ha inspirado el contenido de las cuentas públicas, y ha expuesto: “Un estado del bienestar, con libertades amplias y mecanismos sólidos de redistribución, es el Estado más justo que puede haber”. Eulàlia Reguant, en el turno de réplica, no dejó pasar la oportunidad: “Para nosotros, el mejor tratado es el que escribió Marx, y es en base a este que entendemos que hay que dar respuesta a las necesidades materiales de la gente de este país”. Previamente, Reguant había señalado que el resultado de las cuentas son “insuficientes” para su formación, y ha criticado que se utilice “de manera retórica” la referencia al 52%, porque “quien lo rompe es quien hace políticas que van en contra de la mayoría de la gente de este país”, y ha aludido a la negociación del Govern sobre la ampliación del aeropuerto del Prat.
Los presupuestos exponen un Govern “frágil”, había destacado previamente Alicia Romero, portavoz del PSC en el Parlament. Romero ha incidido en que, a su juicio, estos presupuestos denotan “incertidumbre e inestabilidad”, porque la mayoría independentista de la investidura está rota: “Podrán decir el conseller Giró y el presidente Aragonès que tendremos unos Presupuestos. Pero les tenemos que decir que mantienen una mayoría de investidura rota, que genera incertidumbre e inestabilidad al país”, ha afirmado en su intervención en el debate sobre los Presupuestos en el pleno del Parlament. El PSC que lidera Salvador Illa se ha ofrecido en numerosas ocasiones como socio alternativo al Govern; pero Aragonès ha rechazado abrir esa vía de negociación.
Los nuevos Presupuestos, con todo, son los más expansivos de la administración autonómica. En ellos destaca el aumento del gasto social y de la obra pública, aunque el respaldo a la industria se estanca. En el proyecto de presupuestos también figuran 28.882 trabajadores públicos más que en 2020, un 61% de estos en Salud y un 19% en educación. De todos estos, 7.351 profesionales contratados específicamente como refuerzo contra la pandemia seguirán un año más en plantilla gracias a una dotación extraordinaria de 205 millones (aunque el departamento de Economía no aclaró en su momento si el resto tiene garantizado su futuro este año).
El acuerdo con los Comunes ha incluido además algunos cambios con respecto al proyecto inicial, sobre todo en el campo de la fiscalidad y de la sanidad. Uno de ellos es el compromiso del Govern de actualizar el indicador de renta de suficiencia de Cataluña (IRSC), un baremo que se utiliza para marcar el tope de distintas ayudas sociales, y que está congelado desde hace 11 años, con lo que las prestaciones no han podido incrementar en todo este tiempo.
El clima de clase magistral continuó con los turnos de réplica. Un diputado mencionó a Federico II de Prusia y los conflictos con un molinero de Potsdam. Posteriormente, la sonrisa de muchos diputados se destapó cuando Alejandro Fernández (PP) ha ironizado sobre una silla, “la silla de Canadell”, en referencia a la intervención que el diputado de Junts Joan Canadell ha hecho para defender que las empresas no se han marchado de Cataluña, sino que han cambiado su domicilio fiscal.
Canadell ha criticado que la CUP no se abstenga para acercarse a la mayoría del 52%: “Los necesitamos”, ha dicho. Estos “buenos presupuestos”, ha defendido, son sin embargo “unos presupuestos del mientras tanto”: “Pero estos mientras tanto tendrán un final y más pronto que tarde volveremos a recuperar el espíritu del 1-O y culminaremos lo que allí empezamos”, ha zanjado. Mientras tanto, Canadell ha saludado las aportaciones de los comunes, aunque hace un mes, durante la sesión que superó la enmienda a la totalidad de la CUP, los había criticado, así como también criticó el acercamiento de Esquerra a la formación que lidera Jéssica Albiach. Esto motivó que la mayoría de consejeros de ERC, Aragonès incluido, abandonaran el hemiciclo durante su intervención, tras asegurar Canadell que se estaba allanando el camino a un “nuevo tripartito”, en referencia al Ejecutivo de izquierdas que gobernó entre 2003 y 2010, cuando se aprobaron en tiempo y forma los últimos presupuestos de la Generalitat, hace más de una década.
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