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El repunte del virus no contagia a las buenas expectativas turísticas en Cataluña

Hoteles, casas rurales y cámpings rozan la plena ocupación, indemnes al impacto de la sexta ola

Esquiadores en la estación de la Masella, a finales de noviembre
Esquiadores en la estación de la Masella, a finales de noviembreEL PAIS
Marc Rovira

Nieve tempranera, la posibilidad de encadenar hasta cinco días seguidos de fiesta, ganas de olvidar los días de restricciones y confinamientos y, todo ello, combinado con un recelo latente para salir al extranjero. La mezcla de factores multiplicó la demanda de alojamiento en hoteles, casas rurales y cámpings de Cataluña, en la previa de un puente que lo tiene todo para marcar un excelente inicio de la temporada invernal. Pero, el sector turístico se ha abonado a la incertidumbre. El pertinaz aumento de los contagios por covid en las últimas semanas y las alarmas sobre la aparición de nuevas variantes del virus resucitaron temores y amenazaron con poner en jaque las óptimas previsiones.

“Pensábamos que podríamos pasar página”, manifiesta Ramon Solsona, secretario general de la Federación de Hostelería de Lleida. El temor a los rebrotes no ha tenido consecuencia en el volumen de reservas. En las comarcas de Lleida, la federación hostelera representa a 20.000 camas de hotel y a otras 20.000 de camping. “Estamos en situación de lleno técnico”, admite el propio Solsona, y certifica que el virus no ha infectado la demanda: “Las reservas están incluso por encima del 2019, porque en montaña es muy importante tener nieve, y este año hay mucha”.

Las estaciones de esquí del Pirineo catalán se apresuraron a desprecintar sus instalaciones el pasado fin de semana, para prepararse ante el alud de visitantes del puente. Las últimas noticias sobre el resurgir del covid no han alcanzado las pistas: “Pese al ruido, será un puente magnífico igualmente”, afirma Quim Alsina, director de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Actividades de Montaña (ACEM). “Todas las estaciones están muy animadas, porque hay nieve y pueden trabajar, incluso las de esquí nórdico”, afirma. El sector agradece un despegue potente de la campaña, después de un 2020 que fue “muy malo”, según Alsina. “La facturación tuvo una caída de casi el 70%, mientras que la contratación de trabajadores fue un 25% menor a la de una temporada normal. Las pérdidas de las estaciones fueron importantes”, indica.

Más de 485.000 vehículos abandonaron Barcelona y el área metropolitana entre el viernes y el sábado, según el Servicio Catalán del Tráfico. Una operación salida en toda regla, con un 5% más de coches de los que movilizó el mismo puente, durante la época prepandemia. “Todo aquello que queda a una hora u hora y media de Barcelona, se considera cercano, y va muy buscado estos días”, manifiesta Ferran Puig, presidente de Concatur, la Confederación Catalana de Agroturismo y Turismo Rural. Señala que los alojamientos rurales “rozan el 100%”, sobre todo en las comarcas de la Cataluña central y el pre Pirineo.

Lo confirma Oriol Baños, que gestiona una casa rural en el Berguedà: “Las reservas están casi llenas desde hace semanas. Normalmente, después de agosto los clientes ya empiezan a reservar para este puente y para las Navidades”. Manifiesta que el aumento de contagios por covid ha tenido una afectación mínima: “en las casas más grandes, con capacidad para alojar a varios grupos, es más fácil que se anulen las reservas”, indica. En este sentido, Ferran Puig analiza que “aquellas casas que se pueden alquilar enteras, para acomodar a gente que pertenece a un mismo grupo o una misma familia, generan más interés que los alojamientos que ofrecen alquiler de habitaciones, y donde se produce una mezcla de clientes”, señala.

Espacios abiertos, aire libre y contacto con la naturaleza son un gancho tradicionalmente potente, más aún desde que la pandemia acentuó el interés por evitar aglomeraciones. “El entorno es un reclamo pero, al fin y al cabo, los clientes luego hacen vida dentro de las casas rurales”, manifiesta Oriol Baños. Mireia Sans regenta un camping en Prades, y es la portavoz de la Asociación de Campings de la Costa Daurada y Terres de l’Ebre. “Estamos a un 80% de ocupación, y fundamentalmente es todo cliente de proximidad”, señala. Pone de relieve que las noticias sobre el desembarco de la sexta ola coronavírica, no han abierto huecos en el libro de reservas.

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“En el marco de la covid estamos habituados a las cancelaciones, sin embargo, no es significativo ni preocupante, se pueden compensar con reservas de última hora”. Mientras, Ramon Solsona insiste en que no vale abandonarse al optimismo porque “unas declaraciones del consejero Argimon lo pueden echar todo al traste”, y reclama dar mensajes más medidos. “Las alarmas nos perjudican. Ya venimos de una época muy compleja y solo falta eso para que nos acaben de machacar”.

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