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Las estaciones de esquí catalanas consensúan no abrir hasta después del puente para evitar aglomeraciones

Centros invernales como Masella y La Molina esperan poner en marcha los remontes a partir del 9 de diciembre

Marc Rovira
La estación de Port Ainé, en el Pallars Sobirà.
La estación de Port Ainé, en el Pallars Sobirà.GONZALO AZUMENDI

No habrá esquí en Cataluña durante el puente de diciembre, pero sí después. Al menos esta es la previsión de los centros invernales del Pirineo de Girona y de Lleida. El anuncio hecho por el consejero de Interior, Miquel Sàmper, sobre la previsión de “una salida importante” de vehículos de Barcelona y su área metropolitana durante este jueves ha puesto en alerta al gremio de las estaciones de esquí. La reacción inmediata ha sido consensuar un cierre conjunto de todas las instalaciones hasta después del puente del 8 de diciembre. Ninguna abrirá antes del miércoles 9 de diciembre. “Es una señal de respeto para la gente que vive en las comarcas de montaña porque la cantidad de coches que se ha anunciado es una barbaridad”, justifica Quim Alsina, director de la Asociación catalana de estaciones de esquí y actividades de montaña (ACEM). “Es una decisión basada en la prudencia y en nuestra primera prioridad, que no es otra que la salud de la gente que nos visita, la de nuestros trabajadores y la de todas las personas que viven en nuestro entorno”, abunda.

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Las nevadas del pasado fin de semana dejaron un manto blanco, entre 20 y 40 centímetros de nieve fresca, en las cotas superiores a los 1.600 metros y las bajas temperaturas de los últimos días han posibilitado poner a funcionar a toda potencia los cañones de nieve artificial. Los esquiadores, igual que los hosteleros y restauradores de zonas del Pirineo, llevaban días mirando al cielo y repasando la previsión meteorológica para tratar de adivinar cuándo se podría dar el pistoletazo a la temporada invernal. Llegada la hora, se ha optado por retrasar el estreno.

La libertad circulatoria que se aplica entre semana abría la puerta a poder contar con una notable masa de esquiadores el lunes 7 y el martes 8 (festivo). Un potente activo económico para las estaciones, pero un quebradero de cabeza logístico. “Normalmente, las estaciones abrimos unos días antes del puente para hacer el rodaje de inicio de temporada”, explica Quim Alsina. El puente de la Constitución es el tradicional punto de partida de la campaña e implica un boom de usuarios en las pistas. “Supone entre el 12% y el 15% de la facturación”, apunta el director de la ACEM, que anteriormente ocupó cargos de dirección en Cerler y en Espot.

“Es demasiada gente para arrancar y más en un año como este, en el que debemos poner a prueba con calma los parámetros y las medidas desplegadas para garantizar distancia y evitar contagios”, añade. Los protocolos contra la covid19 previstos por el Procicat no imponen ningún control de aforo en las pistas ni tampoco en los remontes.

La meteorología tendrá la última palabra, pero Masella y La Molina, en la Cerdanya, y Vallter 2000, en el Ripollès, lo tienen todo a punto para desprecintar sus instalaciones a partir del día 9. También ultiman los preparativos Espot y Port Ainé, en el Pallars Sobirà, y Boí Taüll, en el Alta Ribagorça.

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Sobre la posibilidad de que el ansia de nieve lleve a los esquiadores a buscar alternativas durante el puente, ACEM alega que las estaciones francesas no van a abrir hasta el mes de enero. De manera similar se ha manifestado el presidente de Aragón, Javier Lambán, quien ha dicho que ve “poco prudente” abrir estaciones antes de Reyes.

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