La Generalitat rechaza el proyecto de Tess Defence para mantener blindados en Nissan
Los gobiernos central y catalán tratan a Great Wall Motors como candidato pese a su rechazo inicial
La propuesta para que Tess Defence ocupe un espacio de la actual planta de Nissan en la Zona Franca y mantenga vehículos blindados para el Ejército no es del agrado del Gobierno catalán. Así lo han trasladado este miércoles los representantes de la Generalitat en el transcurso de la mesa de reindustrialización. El proyecto, que pasaría por ocupar en torno a 150.000 metros cuadrados y emplear a unas 200 personas, ha sido presentado por el secretario general de Industria, Raül Blanco, y después apoyado por las explicaciones de KPMG, que coordina los trabajos de la mesa. Pero después de la oposición expresada por el Ejecutivo autonómico, Blanco ha señalado que todos los proyectos han de ser consensuados, por lo que este caería de las opciones.
El Gobierno catalán rechaza que el consorcio de Tess Defence, que tiene su base para los trabajos de mantenimiento de vehículos blindados VCR Dragon 8x8 en Córdoba, por su carácter vinculado con el Ministerio de Defensa, pero también porque considera que llega a la negociación en el último momento y porque su calendario de implantación y contratación laboral no encajaría con la urgencia del cierre de Nissan, previsto para finales de este año.
El de Tess Defence es una parte del nuevo plan que ha configurado la mesa de reindustrialización ante la negativa expresada la semana pasada por Great Wall Motors (GWM) a instalarse en Barcelona. Vendría a completar una parcelación de la planta de la Zona Franca. La mitad de sus 500.000 metros cuadrados los ocuparía el hub de descarbonización liderado por QEV Technologies, mientras que una parte quedaría en manos de un centro logístico y la otra para el proyecto militar.
Eso es lo que los miembros de la mesa de reindustrialización empezaron a negociar ayer, si bien el Ministerio de Industria y el Departamento de Empresa de la Generalitat tienen intención de hacer un último intento para convencer a GWM de que se ubique en Barcelona. Es una tarea difícil después de que el grupo asiático haya afirmado que busca instalaciones para ensamblar 300.000 vehículos, mientras que las actuales instalaciones de Nissan tan solo le permitirían alcanzar los 250.000 coches tras una fuerte inversor. Las administraciones intentan hacerle cambiar de opinión con más ayudas de los más de 100 millones de euros que se le plantearon, con un alquiler más bajo de los terrenos, presionando a Nissan para que rebaje el valor de venta de sus activos y convenciendo a los sindicatos de que negocien las condiciones del reenganche laboral de los actuales trabajadores de Nissan.
Este miércoles se ha remitido una carta al presidente de GWM, Wei Jianjun, y la intención es cerrar una reunión en la que participarían la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el consejero de Empresa, Roger Torrent. Ya ha habido otro encuentro con la compañía. Maroto ha confiado en la “buena oferta” presentada al fabricante chino, a la espera de que la inversión “se pueda concretar”.
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