El Hospital Clínic atiende el doble de víctimas de agresiones sexuales en grupo que en 2019
La mitad de las mujeres agredidas sexualmente son menores de 25 años. Ocho de las personas agredidas son mujeres sin techo
El Hospital Clínic de Barcelona ha hecho públicas este viernes las cifras de agresiones sexuales atendidas en urgencias desde el 1 de enero hasta el 31 de octubre de 2021. Son 368 las personas que han llegado al centro hospitalario tras haber sufrido este tipo de violencia, un 41% más que el año pasado. Uno de los datos más preocupantes es la tendencia en alza de las agresiones en grupo. El Clínic ha atendido en este periodo de tiempo el doble de víctimas con más de un agresor que en 2019. La mitad de las mujeres que se han desplazado hasta el hospital por haber sido agredidas sexualmente son menores de 25 años, grupo que además destaca por ser el que menos intención tiene de denunciar y el que más tarda en solicitar asistencia. La vergüenza, la culpa y el miedo a que no las crean son los factores principales que alejan a estas jóvenes de querer tomar la vía judicial, según han aclarado las responsables del estudio.
El informe del Clínic apunta que se ha vuelto a los niveles de atención por agresiones sexuales previos a la pandemia. La doctora Lluïsa Garcia Esteve, psiquiatra y presidenta de la Comisión de Violencia Intrafamiliar y de Género del hospital, ha destacado que “la vuelta a la normalidad social ha supuesto que las agresiones vuelvan a dispararse. En el fondo no hemos aprendido nada.” Los datos señalan que el 60% de las agresiones han sido a víctimas locales y que el 100% han sido cometidas por hombres. Más de la mitad se han producido en un domicilio mientras que un 15,4% se han llevado a cabo en la vía pública. Este año, ocho de las personas agredidas eran mujeres sin techo, frente a las tres del pasado 2020. “Esta es una alerta bastante importante, ya que son un grupo muy vulnerable” ha apuntado Teresa Echeverría, enfermera asesora y miembro de la Comisión.
El 50% de las mujeres conocía a su agresor o agresores, algo que dificulta y obstaculiza la voluntad de denunciar. De hecho, en 2010 la intención de las mujeres de llevar a cabo esta práctica era de un 80%, frente al 60% de este año. Casi un 8% fueron agredidas a manos de su pareja, expareja o marido, cifra que ha disminuido respecto al pasado 2020, cuando eran 9,7%. Estas agresiones, sin embargo, comportan maltrato psicológico y físico y son indicadores de riesgo y gravedad para la mujer. Las cifras indican que 5 chicas menores de 25 años han sido agredidas por taxistas. “Es sorprendente que esté pasando. Nosotras queremos trabajar en ello e intervenir y establecer contactos para que esto pare. Desgraciadamente, lo del taxi no es nuevo en comparación con el año pasado, de hecho, ha bajado”, según ha explicado Echeverría.
Los datos presentan una tendencia que se mantiene en las agresiones sexuales facilitadas por las drogas. En el 30% de las agresiones existen indicadores de sumisión química, la misma cifra que en 2019. Desde el Clínic aseguran que haber consumido alcohol u otras drogas voluntariamente antes de la agresión no debe resultar en una culpabilización de la víctima. “Nos interesa el impacto emocional que puede tener esto en la víctima, no la culpabilización social”, ha declarado Echeverría. La Comisión denuncia también que algunos juzgados de guardia nieguen que un médico forense haga una exploración de la mujer afectada si ya han pasado más de 72 horas desde la agresión. “Piensan que entonces ya no detectarán tóxicos, pero creemos que deben realizar las pruebas igualmente para ayudar a las víctimas en el proceso judicial”, ha expresado Garcia Esteve.
El Clínic continúa con su modelo integral de atención a la violencia sexual que incluye asistencia urgente, programa de seguimiento de enfermedades infecciosas y de seguimiento de recuperación de las secuelas psíquicas. Según Garcia Esteve, “todo el mundo psíquico de la víctima queda interferido por la agresión y se presentan síntomas como el recuerdo traumático y la sensación física de estar viviéndola otra vez”. Así pues, la violencia provoca efectos a corto pero también a largo plazo. Por ello, desde el hospital reclaman recursos para mantener la atención que ofrecen y, sobre todo, para formar a un personal que va cambiando día a día y que debe conocer el protocolo a seguir.
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