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ERC, Junts y PSC aceleran un pacto para renovar la CCMA

Los tres partidos negocian una propuesta para poner al día TV-3 y Catalunya Ràdio, y dejan para más adelante la elección de sus cargos en funciones

Los diputados Pep Riera (izq.), Raquel Sans y David Pérez, el pasado jueves en el parlamento de Cataluña
Los diputados Pep Riera (izq.), Raquel Sans y David Pérez, el pasado jueves en el parlamento de CataluñaCRISTÓBAL CASTRO
Cristian Segura

Cordialidad e incluso sintonía en el primer encuentro público que mantienen diputados de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Junts y el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) para abordar uno de los asuntos más espinosos de la agenda política: la renovación de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). El consejo de gobierno de la CCMA está en funciones desde 2018 —la presidencia, que la ostenta Núria Llorach, desde 2016—. La ley que regula la CCMA exige que los siete miembros del consejo sean elegidos por una mayoría de dos tercios del parlamento autonómico. Cualquier solución pasa por una entente entre el PSC, principal fuerza de la oposición, y los dos partidos en el Gobierno, ERC y Junts. Los tres grupos se han comprometido a alcanzar un pacto antes de que termine el año. “Las tres formaciones estamos trabajando en este sentido”, aseguró Raquel Sans, diputada de ERC, en una entrevista a tres organizada el pasado jueves por EL PAÍS.

“El contexto político no hace fácil alcanzar mayorías de dos tercios, pero sí compartimos las principales líneas”, afirmó el diputado de Junts Pep Riera. Con Riera y Sans participó en el encuentro el socialista David Pérez. Los tres electos, miembros de la comisión parlamentaria de la CCMA, ven factible la entente en las próximas semanas. La meta que se han marcado, según avanzó Pérez, es aprobar en diciembre un documento que establecerá las líneas maestras para actualizar el funcionamiento de la CCMA, que fue diseñada para un sistema televisivo de hace cuarenta años; posteriormente entrarían en el baile de los nombres para ocupar los cargos de gobierno. “Nos podemos poner de acuerdo en un documento sobre el modelo de futuro”, resumió el diputado socialista, “hay matices, pero también hay muchas coincidencias. Somos capaces de poner un documento sobre la mesa, y luego que se sumen otras fuerzas. Más adelante hablaremos de los nombres, porque el documento también marcaría sus perfiles”.

La ley precisa que el presidente o presidenta de la CCMA y los candidatos para ocupar el consejo de gobierno deben serlo “a propuesta, como mínimo, de tres grupos parlamentarios”. Los candidatos, antes de ser sometidos a votación, deben recibir el visto bueno del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC). La renovación de este órgano, también en funciones, forma parte del pacto que quieren alcanzar los grupos del Govern y el PSC. Sans, Riera y Pérez estuvieron de acuerdo en que los componentes del consejo tendrán perfiles diferentes y válidos para poner al día a los medios públicos frente a la nueva realidad digital y de las plataformas de productos a demanda. Riera detalló que la dilatada trayectoria profesional que requieren los cargos no implica que predomine la experiencia periodística. Los tres plantearon que en el consejo de gobierno tendrá que haber una persona con más experiencia en gestión económica, otra en contenidos, en tecnología o en relaciones con la industria audiovisual. “La transformación que debe afrontar la CCMA es tan bestia que debe ser un equipo multidisciplinar. Deben ser siete perfiles complementarios”, opinó Sans.

Imagen de los tres diputados reunidos por EL PAÍS.
Imagen de los tres diputados reunidos por EL PAÍS.CRISTÓBAL CASTRO

La diputada de ERC propuso una reforma del organigrama de la CCMA. Esta estructura tiene siete direcciones. La de TV-3 y la de Catalunya Ràdio son las únicas que, según la ley, tienen que elegirse por concurso, pero formalmente son dos direcciones más que no van por delante de las demás —Recursos Humanos, Servicios Jurídicos, Gestión y Recursos, Márquetin y Explotación e Ingeniería—. Sans planteó un cambio para que las direcciones de estos dos medios estén por encima, jerárquicamente, de las otras direcciones.

Sumar a CUP y Comunes

Los socialistas tienen una influencia determinante en la renovación de órganos y cargos que requieren mayorías cualificadas. Los dos socios en la Generalitat, con una tensa cohabitación en el poder, han establecido contactos cada uno por su cuenta con el partido que lidera el exministro de Sanidad Salvador Illa. Pérez apuntó que la posición de su grupo es dejar que “primero se ponga de acuerdo el Govern y después que se plantee el acuerdo al PSC”. Pérez secundó a Riera cuando este advirtió de que el acuerdo para actualizar la CCMA no entrará en precisar cifras, por ejemplo sobre cómo pueden potenciarse determinados contenidos o la digitalización de la cadena.

Sans puso como objetivo tener el apoyo al proyecto del 85% de la Cámara. Entre ERC, Junts y PSC suman 98 diputados, el 72% de los escaños, y para alcanzar este 85% deberían contar con los votos favorables de En Comú Podem y la CUP. Respecto a los partidos de la derecha en la oposición, los tres diputados no hicieron mención al Partido Popular, rechazaron el extremismo de Vox y fueron especialmente críticos con Ciudadanos. “Hay una voluntad compartida y una oportunidad porque el escenario actual hace más posible el acuerdo que en la anterior legislatura”, opinó Sans. Riera fue más explícito:Hubo un intento en la anterior legislatura, pero se frustró en el último minuto y no fue culpa de ninguno de los tres partidos que estamos aquí. El acuerdo estaba firmado pero Ciudadanos se hizo atrás”. Con 36 escaños, Ciudadanos era en la pasada legislatura el primer grupo del parlamento. En las elecciones autonómicas del pasado febrero se hundió a seis diputados.

Tanto Sans como Riera fueron conciliadores con Pérez, evitando la retórica crispada de la estrategia independentista de confrontación con el Estado. Pérez también sorteó el conflicto, aunque el desacuerdo fue evidente cuando se planteó cómo abordar la pérdida de audiencia de los medios públicos catalanes entre la ciudadanía no independentista. La sangre no llegó al río porque los tres representan, en palabras de Riera, “el consenso del modelo fundacional de TV3, de una televisión y una radio nacional, de país”.

Recuperar pluralidad

Las buenas palabras no escondieron las diferentes percepciones sobre la ideología que transmite la CCMA. Para Riera es inevitable que la mayor parte de la audiencia de TV-3 sea independentista porque esta es también la mayoría que hay en la sociedad catalana. Pérez replicó que antes del auge del independentismo, “la mitad del parlamento era nacionalista [catalana] y no era motivo para que la otra parte dejara de ver TV-3″. “¿Qué hacemos? ¿Dejamos a un lado la mitad de la sociedad catalana?”, preguntó el diputado socialista: “Algo tendremos que hacer para recuperar el televidente no independentista. Creemos que hoy la televisión pública es poco plural, poco diversa o que no fomenta otras visiones”. Para Sans, TV-3 no tiene un problema de pluralidad. La diputada republicana achacó a algunos partidos y medios de comunicación la creación de una suerte de leyenda negra de los medios públicos catalanes: “Si repites como un mantra que TV-3 es un chiringuito, que TV-3 adoctrina, desde los medios y desde el parlamento, esto también influye en la audiencia”.

Riera concedió que el canal puede hacer más para captar diferentes tipos de audiencia, y para ello considera que es fundamental ofrecer una programación que aúne a públicos de ideología diversa como lo hicieron programas míticos del pasado, y menciona como ejemplos la serie Dallas o Àngel Casas Show: “Hay que encontrar fórmulas que funcionen igual”. “Los medios públicos catalanes tienen que aspirar a ser los medios de todos los catalanes como lo eran en los ochenta”, valoró Sans, que entró en el terreno personal al recordar a su “yaya Consuelo, que llegó de Extremadura y que solo decía una palabra en catalán, poma, pero era fan del canal y de sus telenovelas”.

Presupuesto adecuado

Para ERC, según Raquel Sans, la prioridad en la CCMA debe ser el público juvenil e infantil “porque, como país, continuemos teniendo referentes compartidos”. Para Junts es necesaria una programación atractiva más allá de ideologías y para el PSC, que se recupere la diversidad. Todo esto, sin embargo, requiere dinero. Como representante del principal grupo de la oposición fue relevante que Pérez asegurara que el presupuesto de la CCMA “es el adecuado”. Esta partida, de 300 millones de euros, y una plantilla de unas 2.000 personas, han sido objeto de agrias discusiones porque desde la derecha se han considerado sobredimensionadas. Sans considera que este debate es demagógico porque “no se trata de gasto, es una inversión para cohesionar el país y preservar el catalán”. Pérez defendió la urgencia de aprobar un nuevo contrato programa que dote a la CCMA de una financiación estable para los próximos cinco años, “para que la Corporación no tenga que ir cada dos meses al gobierno a pedir más dinero porque no puede pagar las nóminas”. “La CCMA también tiene que hacer un ejercicio de gestionar bien los recursos”, avisó Pérez, “porque cada vez más, en la situación por la que pasa el país, nos costará decir que necesita más recursos”.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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