La librería Finestres entra en el cómic en catalán con una editorial, un premio y una tienda

El cómic y la novela gráfica para adultos es quizá el mayor y más incomprensible agujero negro de la edición en catalán, mucho más deficitario que el ensayo. Género al alza en medio mundo, la propuesta de mayor calado y más holística en los últimos tiempos para acabar con esa ausencia en Cataluña (menos de un centenar de títulos por temporada en los últimos años) no vendrá de un sello sino de una librería, la barcelonesa Finestres, que desembarca con una apuesta vertical de gran calado: la creación de una editorial específica, Finestres (con un ambicioso plan de 10 títulos al año), un premio a obra original en catalán (generosamente dotado con 25.000 euros) y una librería de disciplinas artísticas, justo frente a la tienda nodriza, que destinará un tercio de sus 15.000 referencias al mundo del cómic.

“Queremos contribuir a normalizar la presencia del cómic adulto en catalán, fomentar su creación y consumo; desde hace una década se ha dado en la edición catalana una eclosión de sellos que han conectado con un tipo de público que puede ser el nuestro, receptivo también al cómic adulto que haremos; creemos que hoy ese consumidor ya existe”, apunta Montserrat Terrones, editora de cómics que creó su propio sello, Garbuix Books, hace apenas ocho meses y que compaginará esa labor con la misma función en el sello Finestres. La oferta, más o menos puntual, es la de sellos como Mai Més (que arrancará en breve colección específica), Pagès Editors (que empezaron en marzo) y Extinció Edicions, que estarían labrando este campo.

La compatibilidad profesional de Terrones es factible en tanto el sello de Finestres apostará “por el cómic de autor”, asegura. Así, de los 10 títulos al año previstos, el 80% estarán destinados a novedades estrictas de autores internacionales, mientras que el 20% restante será para “recuperaciones de títulos que aparecieron en su momento en castellano, pero que creemos que ya forman parte del patrimonio cultural del género”.

Los dos títulos que estrenan la colección y que la semana próxima estarán ya a la venta, muestran tanto esa filosofía editorial como la voluntad de que los volúmenes “reflejen que el cómic es un objeto artístico de primera magnitud, por lo que nuestras ediciones serán muy cuidadas y respetuosas con el trabajo del artista. El primero será L’accident de caça, de los norteamericanos David L. Carlson y Landis Blair, premio al mejor cómic del último salón de Angulema, un true crime de alta densidad gráfica y literaria sobre las relaciones entre padres e hijos y la amistad, con el mundo carcelario de fondo. La segunda obra es una edición integral de Intrépidas, 30 pequeñas biografías de mujeres que rompieron con su destino con las que Pénélope Bagieu obtuvo el prestigioso premio Eisner en 2019.

Finestres, a dos años vista, editará los primeros títulos de producción propia con autores locales. “Hacer eso requiere un margen de tiempo”, apunta terrones, un lapso ligado a la llegada del ganador del primer premio Finestres de Cómic, con la dotación más alta del género hoy en Cataluña, 25.000 euros, la misma cuantía de los dos galardones de narrativa que concede la librería en el marco de su proyecto cultural, cartel que también incluye dos becas de 20.000 euros destinadas a la creación de ensayo, el otro patito feo de la producción editorial catalana. Paco Roca, Mery Cuesta, Ana Penyas, Jaume Vilarrubí y la propia Terrones son los componentes del jurado de un galardón que cierre admisiones el 28 de febrero de 2022, que se fallará en marzo y que publicará al ganador en 2023.

El tercer y lógico eslabón del proceso es la nueva librería de disciplinas artísticas, 215 metros cuadrados en la calle Diputación 250, frente a los casi 600 metros cuadrados de la librería madre (Diputación, 249). Si bien ambas en edificios del arquitecto Enric Sagnier, la Finestres artística se ubica en el conjunto catalogado de la modernista Casa Garriga Nogués, conformado por un hotel, la casa noble y el local comercial adyacente que acogerá ahora la librería. Ese mismo bloque arquitectónico será también la sede del museo de arte censurado del empresario Tatxo Benet, promotor asimismo de la librería Ona de Pau Claris.

Las viejas columnas y vigas de hierro fundido del local reforzarán la personalidad de un espacio que tendrá la misma decoración de aire inglés (maderas, butacas…) que la Finestres del lado montaña. De las 15.000 referencias que contendrá (unos 20.000 volúmenes, algo menos de la mitad que el otro local), “entre un 30 y un 35%, unos 5.000″, serán cómics y novela gráfica, según su directora, Àurea Juan Perelló, que pone el febrero próximo como fecha de apertura. Cuatro libreros serán los encargados del nuevo espacio, que contendrá los títulos en diversos idiomas de, entre otros, historia del arte, fotografía, cine, diseño, moda y joyería, así como una extensa muestra de revistas de ámbito nacional e internacional.

“Hasta que no haya una buena oferta tampoco se va a consolidar este público potencial de cómic”, sostiene Terrones, en una afirmación extensible a casi toda la propuesta cultural de Finestres, tan ambiciosa como arriesgada. “También hay un punto de mecenazgo, de compromiso por diseminar el catalán por todos los ámbitos de la cultura; es casi un deber moral”, asegura el empresario farmacéutico Sergi Ferrer-Salat, promotor de las librerías. Por finestres abiertas a las que asomarse no quedará.