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Finestres, una silenciosa librería con aroma a club inglés en Barcelona

La tienda, con doble local en la calle Diputació y promovida por el empresario Sergi Ferrer-Salat, ofrecerá en 2021 unos 53.000 libros en 800 metros cuadrados y premios y becas por 90.000 euros

Carles Geli
Aspecto de las obras en el interior de la futura librería Finestres, en Barcelona.
Aspecto de las obras en el interior de la futura librería Finestres, en Barcelona.©Consuelo Bautista

Sherlock Holmes, y especialmente su hermano Mycroft, huyen del mundanal ruido refugiándose en el Club Diógenes, donde los socios pueden leer sin ser molestados porque su principal regla es el silencio: no respetarlo puede conllevar la expulsión. El empresario farmacéutico Sergi Ferrer-Salat siempre ha encontrado que en Barcelona faltaba un espacio cultural donde sentarse y leer con cierto silencio, sin que impere música de fondo, se atempere el uso de lo digital, que facilitara hasta un cierto recogimiento y que, en el mayor de los placeres, permitiera incluso poder conversar con autores cara a cara. Ese punto de club inglés es el que respirará la nueva librería Finestres que piensa abrir en febrero del año próximo: una oferta de 53.000 volúmenes en 800 metros cuadrados, en dos locales. Estarán frente por frente en los números 249 y 250 de la calle Diputación de Barcelona, engrosando el clúster de librerías en la zona de la capital catalana que conforman, entre otras, las cercanas Alibrí, Casa del Libro, Ona, Laie, Documenta y La Central.

El aire británico de la librería lo ratificará desde el logotipo, un perro basset hound, a la buscada decoración con espacios para leer, con butacas orejeras y una luz ambiental que permita recogimiento y confort. El aspecto físico irá acorde con el espiritual: al menos un 30% de las referencias de los libros serán en lengua extranjera (inglés, francés, alemán e italiano) y las novedades “sin descuidarlas, no tendrán una presencia física tan importante como en otras librerías, predominará el libro de fondo con gran equilibro entre ficción y pensamiento”, apunta la escritora Marina Espasa, que, como su homólogo Kiko Amat, las libreras, Àurea Perelló y Mireya Valencia y la agente literaria Camila Enrich, casi están “decidiendo desde las sillas a la lámparas”, resume Amat, si bien todos entraron como responsables de programación y hoy es el equipo que coordina el proyecto a partir de la filosofía del empresario.

Romper con las presentaciones al uso, traer autores extranjeros a Barcelona que las editoriales no puedan o no tengan previsto, clubes de lectura “con conductores no habituales” y el “fomento de lecturas en voz alta por parte de los propios autores” serán algunos de los ejes de la oferta de Finestres, que también tiene previsto, bajo un formato de pago también muy inglés, encuentros gastronómicos exclusivos de un grupo reducido de una quincena de clientes con un autor.

Finestres, que tiene un formato empresarial de sociedad limitada unipersonal, es un proyecto “a largo plazo, es una apuesta por la cultura y la lectura aquí en Barcelona que hace Sergi Ferrer-Salat”, apunta una de las coordinadoras de la librería, Àurea Perelló, que no desvela la inversión total prevista para un proyecto que transmite la sensación de que no busca resultados económicos de manera inminente. En esa línea, la librería, de manera inusual, otorgará, en catalán y en castellano, dos premios a obra literaria publicada, de 25.000 euros cada uno: “Quizá en catalán hay más, pero en castellano sólo los hay institucionales”, aclara Enrich. Asimismo, se becará a dos autores, también en ambas lenguas, para un proyecto de ensayo, con una bolsa de 20.000 euros cada uno. Un aire de mecenazgo que no le es ajeno a Ferrer-Salat, que hace años que hace lo propio en el ámbito de la música.

El poderío intelectual se traduce en lo físico con los dos locales. El de Diputación 249, es un espacio de 600 metros cuadrados, propiedad del empresario y que hasta el pasado junio albergaba su restaurante Monvínic, que acogerá toda la oferta de literatura, ensayo, crónica y literatura juvenil (no habrá de infantil): unos 40.000 volúmenes, amén de las presentaciones de pequeño formato. Justo al lado, se conservará el Monvínic store, para seguir promocionando la cultura del vino y acoger los encuentros gastronómicos con los escritores, si bien la librería contará con un pequeño espacio de cafetería. Enfrente, en Diputación 250, estará un local de 200 metros cuadrados, que forma parte de la conocida como Casa Garriga Nogués, edificio histórico catalogado, como recuerda la doble ristra de viejas columnas metálicas que da carácter al espacio. Ahí, a partir del verano, estarán unos 13.000 volúmenes de las materias de artes escénicas, fotografía, cine, moda o diseño (“en eso sí que Barcelona tiene un déficit”, cree Espasa) y es donde tendrán lugar los actos más grandes. Entre los dos espacios, Finestres empleará inicialmente a 13 libreros. La suma de los dos espacios coloca la librería entre las más grandes de Barcelona en superficie y oferta en volúmenes, muy cercana a los parámetros de, por ejemplo, La Central del Raval (unos 800 metros cuadrados, si bien 85.000 libros) u Ona Llibres de Pau Claris, que abrió a finales del pasado mayo (con mil metros cuadrados y 50.000 volúmenes).

“Esperamos un público culto, de entre 30 y 40 años, que puede ser perfectamente el asiduo al CCCB, incluso extranjero de paso, todos capaces de sentarse y leer, como un plus, en esa hora que te sobre a veces y entre una cosa y otra, aunque buscaremos atraer también al público adolescente”, traza Espasa como retrato-robot del potencial cliente de Finestres, que, admite, puede “solaparse” con usuarios de librerías ya existentes hoy en Barcelona. Para Amat, “propuestas como Finestres hay en Londres y en Nueva York, para gente muy consumidora de libros, que miran y rebuscan mucho; hay vocación de ser una librería internacional en Barcelona”. De abrir y mirar por la ventana.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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