Carles Sans: “Aquí tengo que tirar del carro yo solito”

Una rueda de Tricicle sigue rodando en el escenario. Carles Sans, miembro del famoso trío ahora disuelto (oficialmente “de descanso indefinido”), se ha tirado a la piscina y ha decidido extender su carrera artística en solitario... ¡y hablando! De hecho, dice él mismo, quizá para compensar 40 años de silencio y mimo, ahora no para de hablar en la hora y media de función. El espectáculo, que le codirige José Corbacho, se titula elocuentemente Per fí sol (tiene versión en castellano), y recala el próximo 17 de noviembre en el Teatre Borràs de Barcelona.

“Aquí curro más que antes, tengo que tirar del carro yo solito”, explica Sans (Badalona, 66 años), “pero me da marchita a estas alturas del partido”. El actor considera la experiencia una segunda parte de su vida profesional. “Tras 40 años trabajando, y con lo bien que ha ido, tenía la opción de quedarme en casa mirando la lluvia golpear en la ventana, pero he preferido hacer algo diferente”. Señala que esto de ahora es distinto de lo de Tricicle. “Tricicle es inimitable, irreproducible e intocable, y además, aquí yo reviento a hablar”. ¿Y qué cuenta? “Muchas anécdotas, anécdotas de todo, de mi vida personal, incluida una colonoscopia, y de mi vida con Tricicle -aunque la segunda ha absorbido mucho a la primera-, explicadas en un recorrido más o menos cronológico. Y con la idea de Josep Pla de que ‘de la historia lo que más nos interesa es la anécdota’.

Sans cuenta pues, pero, “echándole también una buena dosis de gestualidad Tricicle inherente a mi manera de trabajar, eso no podía abandonarlo”. Per fí sol “se compone de historias divertidas y de mucha gestualidad”. En la función, Sans baila, gesticula y no para de moverse, todo con muchísima gracia.

¿Cómo reaccionaron los otros miembros de Tricicle, Joan Gràcia y Paco Mir a la iniciativa? “Les dije que me gustaría hacer un espectáculo en solitario sobre mi vida y mi vida con el grupo y Joan contestó: ‘Quins collons!’, pero les gustó. Salgo en el póster abrazado a sus dos siluetas, aparecen imágenes de ellos en la representación, y al final hay un reconocimiento a los dos. No podía ser de otra manera, dado el aprecio que nos tenemos”. El montaje “va como ‘Tricicle presenta’, tiro de la marca”. La producción sin embargo no es de Tricicle, “no, es cosa mía, no es una gran producción por eso, aunque déjame destacar que no es un monólogo como se entiende hoy el género, con taburete y micro, de monologuista. No, es un monólogo en el sentido de que estoy solo, pero va en un envoltorio muy teatral, luces, música, proyecciones. Como lo que hizo Lluís Homar con Terra Baixa, con una puesta en escena”,

¿A un actor de mimo le ha supuesto problemas la voz? “En realidad yo iba para actor de texto. En el Institut del Teatre cursé la especialidad de interpretación, e incluso hice una sustitución de Pep Anton Muñoz en un Strindberg, El mal de la juventut, dirigido por Jordi Mesalles. Iba por ahí. Y fue al ver Flowers de Lindsay Kemp, a Jango Edwards, a los mimos franceses, que tire por el teatro de gesto. Y ahora me apetecía recuperar aquello primero. Estaba algo inseguro al principio, sobre todo por la memorización del texto, el estar una hora y media hablando y la perspectiva de la doble función el sábado. Pero la verdad a las pocas semanas de empezar ya lo he disfrutado mucho”. Y con respecto a la expresión oral, una vez has estudiado con Coralina Colom... “¡Hablo de ella en el espectáculo!, de la profesora de voz que me dio clases en el Institut”.

El registro es de humor. “Absolutamente de humor. Pretendo hacer reír y disfrutar”. De las anécdotas que cuenta hay la de que al principio de Tricicle intentó ligarse a las novias de los otros dos miembros sin saber quienes eran ellas. O la ocasión en que durante un bolo en Italia estaban los tres a 39º de fiebre y un médico les inyectó algo que nunca han sabido qué era, pero que les permitió actuar con tal energía que él le rompió en un gesto descontrolado la nariz a Paco Mir. O lo de que no tenían nada claro que al Rey le fuera a hacer gracia la reverencia que le hacían al pasar durante la ceremonia de clausura de los JJ OO. “Entonces había mucho respeto aún al Rey”, reflexiona.

“A la gente le gustará”, continúa, “te encuentras con Tricicle y con otras cosas”. De la colaboración con Corbacho dice que “necesitaba una mirada externa, le podía haber dicho a Paco, pero quería que no fuera desde Tricicle. Si tienes una aventura, no la traigas a casa”. Corbacho aporta “un registro más canalla, el suyo, un poco de sal i pebre”.

¿Se animarán los otros Tricicle a ir en solitario? “¿Ellos? No creo, me parece que de escenario tienen ya bastante los dos. Han tirado por dirigir (Carles los espectáculos de cabaré del Lío de Ibiza, con franquicias por todo el mundo), y Paco tiene además su carrera de dramaturgo”. En cuanto a volver juntos, “no lo descartamos, nos quedamos a 15 días de acabar las últimas representaciones por la pandemia, falta el chimpún final. Pero la compañía está disuelta, los técnicos ya no están. Rejuntarnos es difícil, pero no imposible”.