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Barcelona compra el edificio de la editorial Gustavo Gili, donde agrupará las áreas de cultura y educación

La antigua sede, en el Eixample, permitirá ampliar el Centro de la Imagen de la Virreina y la escuela Francesc Macià, en la plaza de Espanya

Fachada de la antigua sede de la editorial Gustavo Gili en la calle de Rosselló de Barcelona.
Fachada de la antigua sede de la editorial Gustavo Gili en la calle de Rosselló de Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)
Clara Blanchar

Barcelona ultima la compra de la antigua sede de la editorial Gustavo Gili, magnífico edificio representativo del racionalismo catalán ubicado en un interior de manzana de la calle de Rosselló, para convertirla en el Centro de Cultura y Educación de Barcelona. La idea es agrupar estas dos áreas -cuyas dependencias están ahora en el palacio de la Virreina (en la Rambla) y en la plaza de Espanya- en el edificio, obra de los arquitectos Joaquim Gili y Francesc Bassó, que ganaron el premio FAD en 1961. En total, cuando esté rehabilitado, el conjunto representativo de la escuela Bauhaus, albergará 300 trabajadores del Ayuntamiento, y también un espacio de programación cultural abierto al público.

La compra, por 9,7 millones de euros, se hará con el fondo para adquirir edificios singulares que el gobierno de la alcaldesa Ada Colau acordó con ERC el año pasado en el pacto de presupuestos. Y permite una carambola a cuatro bandas en los otros equipamientos afectados. Primera: al tiempo que la antigua sede de la editorial se convertirá en dependencias municipales, el espacio liberado en la Virreina permitirá que crezca el Centro de la Imagen. Segunda: por detrás, la antigua escuela Massana se convertirá en la nueva biblioteca del distrito. Tercera: en la plaza de Espanya, el edificio del Instituto Municipal de Educación servirá para ampliar la escuela Francesc Macià. Y cuarta: lo que hoy son oficinas sobre la Casa Beethoven, al lado de la Virreina, recuperarán su uso original como viviendas.

El edificio de la editorial (6.800 metros cuadrados en tres cuerpos) dejó de utilizarse en 2015 y está en muy buen estado de conservación. Hay librerías de madera de mil tamaños, mobiliario de oficina (con mesas y sillas propias de la estructura jerárquica de las empresas), escaleras (aparente la de la entrada, de caracol otra más funcional), ventanales que juegan con líneas horizontales y verticales, o puertas con aperturas que dejan ver el interior. Hasta la tipografía funcional de los armarios o el color de la tapicería de las sillas (¡verde pistacho o rojo!) dice de la época en la que fueron utilizados.

Interior de la antigua sede de la editorial Gustavo Gili en la calle de Rosselló de Barcelona.
Interior de la antigua sede de la editorial Gustavo Gili en la calle de Rosselló de Barcelona. Albert Garcia (EL PAÍS)

Su catalogación es ahora de Bien Cultural de Interés Local (BCIL), pero está en trámite una protección superior: Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). Por parte de la familia, Gustau Gili, ha asegurado este martes que “es un honor que la antigua sede se dedique a un bien público”. “Los edificios no se pueden congelar, hay que conservarlos y dedicarlos a los nuevos tiempos”, ha valorado. De hecho, durante unos años el sótano del inmueble ha sido utilizado como almacén de distribución por parte de Amazon, el gigante del comercio en línea.

El anuncio de la compra y nuevo uso lo ha hecho el teniente de alcalde de Educación y Cultura, Jordi Martí, en una presentación a la que ha acudido quien fue su antecesor en el cargo hasta que se jubiló, Joan Subirats. El politólogo siempre defendió que cultura y educación deben ser políticas que vayan de la mano, un espíritu que ha puesto en práctica el Plan de Barrios, y ha participado en las gestiones para materializar la compra.

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Martí ha afirmado que la antigua Gustavo Gili “es una de las joyas del Eixample más desconocidas por el gran público, pese a su enorme valor arquitectónico”. El teniente de alcalde ha recordado que también se alinea con “la Bauhaus y con un espacio y un momento” el antiguo Canódromo, “también con una restauración muy bien hecha: si ese representa el ocio, este el trabajo”, ha afirmado. Y a continuación ha citado la Casa Gomis, en la Ricarda (en el Prat de Llobregat): mismo momento, pero en este caso uso residencial. “Ponerlos en valor es importante para Barcelona, forman parte de un triángulo: democracia, cultura y educación, una forma de relacionarnos con el planeta de acuerdo a la idea de la Nueva Bauhaus [la iniciativa intercultural que impulsa la Unión Europea]”.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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