El último ingrediente de Sandwichez
La cadena catalana de restauración aspira a retomar su crecimiento tras abrir 24 establecimientos en Barcelona
La historia de Sandwichez, la empresa catalana de restauración, empieza así: sus creadores se conocieron en la universidad y se fueron a Estados Unidos a continuar con sus estudios. Ahora, años después, están sentados en una esquina del local de Travessera de Gràcia, en Barcelona. No es el primero que abrieron hace 11 años, pero sí donde tienen las oficinas centrales. Ya disponen de 24 establecimientos en Barcelona, además de uno en Sabadell y otro en Sant Cugat. Maria Angels Bosser y Xavier Sánchez Taulé, los fundadores, admiten que el “tsunami” de la pandemia ha marcado un antes y un después para el proyecto. “Como en casi todos los sectores”. Ahora buscan retomar la iniciativa y estudian cruzar fronteras.
“Teníamos la idea de un negocio que fuera moderno e informal”, rememora Sánchez cuando le preguntan por el origen de Sandwichez; “pero también que fuera cálido”, añade Bosser. En 2010 dieron el primer paso con la apertura en Vía Augusta del primer local. Ya llevan 26.
Sánchez reconoce que el objetivo siempre fue “montar un proyecto que fuera fácil de expandir”. Bosser señala la barra y describe el proceso de estandarización de la empresa, que pasa por que los elementos con los que trabaja el personal sean siempre idénticos en todas las tiendas, aunque el mobiliario pueda tener en cada caso “su propia personalidad”. Cada establecimiento tiene entre 150 y 200 metros cuadrados, casi siempre hacen esquina y siguen una política de ubicaciones reservada a calles secundarias: “Intentamos tener el local chulo del barrio. No hemos querido ir a centros comerciales e intentamos hacer proyectos a medio y largo plazo que tengan algún sentido para la gente en los barrios”, apunta Sánchez, que también mantiene que el perfil de los clientes suele ser bastante amplio, aunque en su mayoría son jóvenes mayores de 20 años.
El crecimiento de la empresa ha conllevado también un aumento de la plantilla. Bosser explica que cuentan con “aproximadamente 250″ trabajadores; aunque antes de la pandemia llegaron a tener cerca de 300. Ahora buscan recuperar esas cifras.
La carta ha cambiado poco en estos 11 años de historia, entre otras cosas porque muchos movimientos “complicaría la operativa” de la empresa, afirma Bosser. Sin embargo, sí han lanzado nuevos productos sobre esta base. Una de las novedades de la compañía será un bocadillo del día que se ofrecerá en breve en todas las tiendas.
“Sabemos que para mantener la calidad el producto tiene que ser un poco más caro, pero sin llegar a precios exhorbitantes. Por eso tampoco hacemos descuentos: entendemos que damos un buen producto por un precio accesible y hay que defenderlo”, argumenta Bosser. Y Sánchez agrega: “Lo que buscamos es que la experiencia sea la misma siempre. Hacer un buen bocadillo es relativamente fácil si tienes buenos materiales, pero otra cosa es hacerlo cada día en distintos locales”.
Las ventas están volviendo al escenario previo a la pandemia, según datos internos. En 2019, su mejor año, sobrepasaron los nueve millones de euros de facturación; unos números que descendieron hasta los algo más de cinco en el 2020, el curso de la covid. Para este año estiman que llegarán a los ocho millones de euros en ventas. Con todo, la pandemia también les pasó factura en algunos locales: tuvieron que cerrar uno y trasladar otros dos. Con todo, el proyecto que tenían de abrir otros 10 establecimientos se ha suspendido: “Hemos tenido que echar el freno”, lamenta Sánchez.
Los fundadores de Sandwichez vuelven con frecuencia a la idea de que siempre aspiraron a que su negocio sea independiente. De aquí que mantengan el 97% de las acciones de la empresa. En el horizonte queda no solo la expansión que habían proyectado, sino también dar el salto a otros territorios: “Cuando vas a otra ciudad tienes que ir con cuatro o cinco locales para dar un conocimiento de la marca”, argumenta Bosser. Y luego sentencia: “Ahora estamos digiriendo las consecuencias de la pandemia; pero esta expansión [a otras ciudades] siempre ha estado en nuestra mente”.
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