Cuando Dalí bajó a los infiernos con Dante
Los dibujos que realizó el pintor para ilustrar ‘La Divina Comedia’, un proyecto fallido tras las quejas en Italia, se exponen en Figueres con motivo de los 700 años de la muerte del poeta florentino
Tras el regreso de Salvador Dalí a España en 1948, después de ocho años en Estados Unidos, el pintor deja atrás el surrealismo que tantos triunfos le había dado y comienza a pintar una serie de cuadros con motivos místico-religiosos. Al año siguiente, durante su segundo verano en Portlligat, pinta la que está considerada como su primera obra mística: La Madona de Portlligat, fruto de su admiración por los clásicos como Botticelli, Rafael, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Piero de la Francesca, del que tomó varios elementos para esta primera obra. También de Dante Alighieri, por los paralelismos que encontraba con el autor de La Divina Comedia, por anticipar con sus 14.000 versos distribuidos en 110 cantos, el Humanismo y ser uno de los padres de la literatura italiana y, sobre todo, por identificar el inmenso amor del italiano por Beatriz con el que él sentía por Gala.
Por eso no dudó en aceptar el encargo que el gobierno italiano le hizo en 1949 para ilustrar los cantos del célebre poema italiano para conmemorar los 700 años del nacimiento de Dante, que se celebraría unos años después: “Me han encargado el trabajo para una edición italiana monumental y la quiero completar también en Cadaqués durante el verano. Es una obra que me atrae hasta la obsesión porque encuentro en ella los dos aspectos de mi propia vida. El libro me apasiona y ya tengo construido mi trabajo mentalmente”, explicó en una entrevista en Destino publicada a comienzos de 1950, mientras ponía en marcha un centenar de acuarelas para el Istituto Poligrafico dello Stato.
Este año que se celebran los 700 años del fallecimiento de Dante, la Fundación Gala-Salvador Dalí, en colaboración con el Istituto Italiano di Cultura de Barcelona, expondrá entre este viernes 8 de octubre y enero de 2022, este trabajo en el museo de Figueres y algunos elementos que hablan de esta pasión de Dalí por Dante.
Pero la historia de estas acuarelas, como otros proyectos de Dalí de esos mismos años, no acabó bien. La decisión de confiar al pintor las ilustraciones desencadenó numerosas polémicas, por el coste del proyecto y por el hecho de que el artista escogido no fuera italiano, como explica la comisaria de la muestra y conservadora de la Fundación Gala-Salvador Dalí, Juliette Murphy, en presencia del presidente de la Fundación, Jordi Mercader, del Istituto Italiano, Lucio Izzo, y de la directora de los Museos Dalí, Montse Aguer.
Los dibujos, tras entregarlos Dalí, en 1953, pudieron verse en varias exposiciones el año siguiente. En mayo en el Palacio Pallavicini Rospigliosi de Roma se inauguró la primera retrospectiva en Italia del pintor con 28 pinturas, 17 acuarelas y dibujos y, por primera vez, las 102 acuarelas de La Divina Comedia. En junio, invitado por los organizadores de la XXVII Bienal Internacional de Arte de Venecia, participa con 24 de estas acuarelas y en octubre, la retrospectiva de Roma viajó al Palacio Real de Milán.
Pero cuando más se conocían, más criticadas eran estas acuarelas; sobre todo en la prensa que dedicaron titulares como Pornográfica la Divina Comedia a cargo y gasto del Estado y Dante contra Dalí. “Se hizo más hincapié en las producciones relacionadas con el Purgatorio, más surrealistas, que las que ilustraban en Paraíso, más clásicas”, apunta Murphy.
El cambio de gobierno en Italia acabó revocando el contrato y las acuarelas, como estaba previsto por el acuerdo con el pintor, se devolvieron a Dalí después de cuatro años. Con ellas en su poder las vendió en 1959 al editor francés Joseph Foret que las publicó en París a lo largo de varios años hasta 1963 en una edición de lujo de las que se hicieron 33 copias y otras ediciones más populares en varios volúmenes a cargo de Les Heures Claires de donde proviene el centenar de grabados que se muestran en Figueres. “Fue una decepción muy grande para Dalí”, asegura Murphy.
Las láminas de las ediciones de Foret son casi la mitad de tamaño que las previstas por Dalí, que eran de 45 por 32 centímetros, parecidas a las ilustraciones de Botticelli que realizó en 1480 por encargo de los Medici. A las acuarelas originales de Dalí se les ha perdido la pista y se sabe que algunas de ellas se han subastado desde entonces. Dalí tenía una serie regalada por Foret, pero no está completa. “Falta un volumen que quizá regalo el pintor”, mantiene Murphy. En el Teatre-Museu de Figueres podrá verse una serie completa, adquirida años después. “Se presentarán ordenadas por primera ver de forma correcta”, apunta la comisaria. También se verá La Divina Comedia propiedad de Dalí, una edición en francés del siglo XVIII, llena de notas y comentarios a lápiz que hacía mientras la leía o releía. Igualmente, siete dibujos originales, uno de los cuales inédito relacionado con este trabajo para el libro de Dante. Que Dalí se sentía reflejado en el mundo de los clásicos italianos lo demuestra que en el primer canto del poema, inspirado, según señala Murphy, en un fresco del Parnaso de Rafael, Dalí pintó uno de sus paisajes ampurdaneses que está presenta en la mayoría de sus obras.
Toda la obra gráfica en 2023
Poner orden en la obra de Salvador Dalí es complicado. Tras inventariar todas sus pinturas y comenzar con la relación de la escultura, ahora le toca el turno a la obra gráfica, quizá lo más inabarcable del pintor, y lo que ha marcado mucho su consideración al haber en el mercado mucha obra gráfica suya falsa. Juliette Murphy, especialista en esta producción daliniana, ha explicado este marte que en 2022 se dispondrá online del primero de los tres volúmenes en el que se recogerá la obra hasta 1940. Y que “seguramente en 2023 este trabajo ya esté terminado”.
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