Los viajes de Dalí
Caixanova muestra en Vigo las ilustraciones de 'La Divina Comedia' del artista catalán
En 1951 el Gobierno italiano encargó a Salvador Dalí cien acuarelas sobre La Divina Comedia para una edición de lujo con la que el Ministerio de Instrucción Pública iba a conmemorar el 700 aniversario del nacimiento de Dante Alighieri (1265-1321). El proyecto suscitó una enorme controversia política en el Parlamento de aquel país. La derecha puso el grito en el cielo por el hecho de que un extranjero fuese el encargado de homenajear al gran poeta nacional, mientras que a los comunistas les pareció un exceso, puesto que los honorarios del artista catalán ascendían a veinte millones de liras, una fortuna entonces. La polémica dio al traste con la publicación del volumen pero Dalí cogió su dinero y se buscó un editor. Lo encontró en Francia.
El artista catalán declaró a la prensa que ni siquiera había leído la obra de Dante
Entre 1959 y 1961 en un taller de grabado parisino se compusieron las cien imágenes del libro en 3.500 tablillas de madera de boj. La obra ilustrada salió de imprenta, por fin, en seis volúmenes que aparecieron hasta 1964 a cargo de Joseph Foret. Y aún en esas fechas sería publicada como suite de cien grabados, sin el texto literario pero respetando las secciones Infierno, Purgatorio y Paraíso presentes en la obra de Dante, bajo el sello editorial Les heures claires.
Hace unos meses, la Fundación Caixanova se hizo con la colección completa de grabados, que desde ayer se expone en una de las salas de su Centro Social en Vigo. Allí permanecerá hasta el próximo 7 de octubre, y aunque la entidad financiera todavía está pendiente de confirmar fechas, su destino inmediato puede ser Buenos Aires. Lo que ya está claro es que la serie itinerará "por el mayor número posible de salas en Galicia", en palabras del director de la Obra Social de la caja, Guillermo Brea.
Cuando estalló el escándalo en Italia, Dalí declaró a la prensa que ni siquiera había leído la obra. Ánimo provocador o exageración propias, en cualquier caso, del personaje. El historiador y crítico de arte Ricard Mas, autor de los textos del catálogo de la muestra, no duda de que el artista conocía la obra aunque, efectivamente, bien pudiera ser que no la hubiese estudiado a fondo. El catalán no sigue a pies juntillas la coherencia texto/ilustración sino que la obvia en ocasiones y llega a introducir elementos figurativos que no están presentes en el escrito de Dante, como el barquero Caronte.
A juicio de Mas, Dalí no se limita a recrear los pasajes de La Divina Comedia, sino que viaja a través de "sus propios infiernos, purgatorios y paraísos". Cuando Dalí asume el encargo de ilustrar el poema está fascinado por los avances científicos del momento, le seduce la idea de la separación de la materia y de la reunificación de los átomos.. Una esponja que proclamaba a modo de lema, recuerda el historiador, todo me influye, nada me cambia. Mas no duda en calificar la serie de "auténtico diccionario daliniano" porque permite recorrer, de una sola vez, todos sus rasgos estilísticos y sus preocupaciones.
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