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Una bodega de toda la vida, nada ‘vintage’

Lejos de tendencias y de modas, la Bodega Massana, entrañable y añejo local de Horta, se mantiene fiel a la tradición culinaria de siempre

Bar Bodega Massana en el barrio de Horta de Barcelona.
Bar Bodega Massana en el barrio de Horta de Barcelona.
Toni Polo Bettonica

El concepto ‘bodega’ se ha popularizado mucho en los últimos años en Barcelona, lo cual es un riesgo en una ciudad que compra cualquier discurso de autenticidad impostada como si eso no fuera un oxímoron. Hay locales nuevos que el diseño más cool ha tuneado en busca de esa atmósfera añeja, de toda la vida... de una vida que resulta que, igual, no llega al año. Y hay bares, simplemente, de toda la vida.

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La Bodega José Massana abrió sus puertas como Can Ripollet (algunos veteranos del lugar todavía recuerdan esa denominación de origen) en la planta baja de una casa (ahora antigua) del número 1 de la calle Horta, en 1930. Era por aquel entonces una calle muy transitada por carros y gentes que pasaban por la antigua Riera de Horta y allí paraban a tomar un vaso de vino, o daban cuenta de un desayuno de cuchillo y tenedor, o se entretenían echando una partidita de cartas. Todo eso queda. En 1950, la familia Massana se hizo cargo del negocio con la intención de seguir adelante y lleva 70 años acumulando solera, como los vinos. Sin ostentar, nada vintage. Auténtica.

Los vecinos siguen frecuentando la bodega y siguen yendo a comprar el vino a granel, los currantes se siguen sentando en sus mesas del mármol para reconfortarse con desayunos copiosos, y los mayores siguen haciendo una parada para tomarse un vermut, un vino o una barreja (brandy con moscatel, por ejemplo) en la barra y tomar un aperitivo. Desde que abrió tras el confinamiento, el horario es de 8 a 15.30 horas de miércoles a sábado y, los jueves y viernes, también de 19 a 22.30. Los domingos, sesión de mediodía, de 11.30 a 16. Lunes y martes, cierra.

Bar Bodega Massana en el barrio de Horta de Barcelona. / Toni Polo
Bar Bodega Massana en el barrio de Horta de Barcelona. / Toni Polo

La bodega tienes varios espacios (aparte de la cocina): una barra a la entrada, frente a botas de vino y de vermut, donde tomarse esa copa o esa cerveza, de pie; la misma barra gira a la izquierda ya en la sala más amplia, decorada con fotos antiguas y adictivas del barrio de Horta, con varias mesas de mármol o de madera, algunas de las cuales (en los remotos tiempos prepandémicos) compartían comensales que podían no conocerse. Esta sala da a un patio pequeño y entrañable donde tomar algo a la fresca en un par de mesas altas. Dos barriles situados a la entrada, en la calle peatonal, son el refugio de los apresurados o… de los fumadores.

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Pero lo más importante, por encima de la autenticidad, es el producto y su trato. Carles, al frente de la bodega desde hace 15 años, se maneja bien en los fogones. Hacer dos huevos fritos es muy fácil; hacerlos con arte, no tanto. N’hi ha que neixen estrellats, en referencia a la serie de televisión británica que popularizó TV3 en los 80, reza la pizarra que anuncia la variedad de huevos rotos: con lacón, con cansalada, con cecina, con foie, con jamón, con chistorra, con bacalao a la pimienta verde…

Los desayunos son timbre de gloria de la casa. Son clásicos de la cocina tradicional. El secreto, si acaso, está en las brasas: butifarra (blanca o negra), morcilla de cebolla, tocino, beicon, salchichas, cordero, bistec, huevos fritos, ensalada con sardinitas… Todo, acompañado por exquisitas mongetes (o patatas fritas, si se prefiere, hechas al momento, claro). Y, tirando de lo clásico y marca de la casa, porrón de vino. La misma calidad en el producto y originalidad en las combinaciones para los bocadillos, de pan de leña o de pan de coca: bull, jamón ibérico, anchoas, sardinas, beicon y manchego, salchichas, sobrasada, tortillas… (Los peasodebocata son la locura: pluma ibérica, lechuga, pimiento verde y salsa agridulce, por ejemplo.)

La hora del aperitivo, a menudo, se confunde con la del desayuno, por esas deliciosas alteraciones en las costumbres y los horarios de la gente. Además de conservas de todo tipo y en combinaciones de lo más diversas, siempre regadas por la salsa de la casa, en la pizarra de la pared del fondo vemos transcrito el festival tapero: callos, pimientos de Padrón, mojama, patatas bravas (atención: ¡capítulo aparte!), cap i pota, croquetas, tortilla de patata con cebolla.

Y, los sábados, maridajes. “Esta idea se nos ocurrió por necesidad”, explica Carles. “Tenía acumulada una cantidad importante de chacolí y había que darle salida. Entonces un amigo enólogo me sugirió que hiciera maridajes. El primero estaba cantado: el clásico bacalao al pil pil con chacolí”. Desde entonces, hace ya algunos años, los sábados hay combinaciones de una tapa de autor (así de claro) con el vino que mejor se le acople: manos de cerdo con gamba y copa de tinto del Priorat; bacalao con piparras y copa de rosado del Penedès; maigret de pato con salsa de Oporto e higos, con tinto del Penedès... Cada sábado uno distinto. Poco más que una tapa, excelente y, en consonancia con el resto, a buen precio.

La concesión a la modernidad está en el copeo. El vintònic es un gin tonic con ginebra de la casa macerada con cítricos, servido en copita de vino. Casi una cata, no más. Lo que pasa es que, luego, uno va y se pide otro. Como con todo.

Maridajes, pequeños grandes placeres

Año de fundación: 1930

Propietarios: La familia Massana se hizo cargo de la bodega en 1950. Carles se encarga de los fogones.

Plato recomendado: Apuesten por el maridaje del sábado, a ciegas. Y por las patatas bravas, con piel, crujientes por fuera y en su punto por dentro y con la exquisita salsa de la casa.

La mejor hora: Sobre las 11 de la mañana, cuando la mayoría de los clientes han acabado de desayunar.

Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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