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El despertar hambriento del oso más fiero de los Pirineos

Desde el fin de la hibernación, el Valle de Arán ha registrado nueve ataques a la ganadería y las colmenas

El oso 'Goiat', introducido en el Pirineo catalán en 2016, en una imagen de archivo.
El oso 'Goiat', introducido en el Pirineo catalán en 2016, en una imagen de archivo.Generalitat
Marc Rovira

Los osos siguen acechando rebaños que pastan en altura en el Valle de Arán. El lunes se confirmó el hallazgo de una oveja destripada cerca de la carretera de Beret. Los agentes rurales del Conselh Generau d’Aran informan de que se trata de un nuevo ataque de oso, el noveno que se produce en mayo, coincidiendo con el fin de la hibernación. Ahora se busca al animal para colocarle un collar GPS de seguimiento permanente. Ya llevaba uno, pero en octubre pasado se halló este dispositivo en la Ribagorza aragonesa. Desde entonces, Goiat campa libre y descontrolado. A ese macho, de unos 200 kilos, se le atribuye un largo historial de ataques a potros, ovejas y cabras. El Gobierno francés impulsa la iniciativa en el operativo para capturarlo y volver a colocarle el transmisor. La Generalitat apoya la actuación. Varios técnicos de medio ambiente de ambos lados del Pirineo colaboran para tratar de localizar al oso con mayor fama de depredador.

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El oso ‘Goiat’ la lía parda

El pasado viernes también se denunció otro ataque a una colmena de abejas en Pònt d’Arròs, cerca de la frontera francesa. Colectivos agrarios y ganaderos lamentan los perjuicios y exigen un mayor control para poder rastrear de manera permanente los movimientos de las fieras.

No es la primera vez que el punto de mira se sitúa sobre Goiat. El exconsejero de Territorio y Sostenibilidad Damià Calvet, llegó a defender la necesidad de capturar al plantígrado para retirarlo de la zona. Finalmente, se dejó a Goiat en el monte, pero su mala reputación no ha mejorado. El otro macho conflictivo, Cachou, fue hallado muerto en el fondo de un barranco hace un año. Lo envenenaron.

La dificultad que entraña probar las fechorías que pueda cometer cada fiera, alimenta la fama, a veces de forma equivocada. Tras uno de los primeros ataques de este año, se recogieron muestras biológicas que han servido para descartar que Goiat fuese el autor de los zarpazos. El perfil genético encajaba con otro macho: Pelut

Hay unos 60 ejemplares de oso en el Pirineo. Para proteger los rebaños, el Conselh Generau d’Aran ha iniciado ya los agrupamientos de ganado, para facilitar la vigilancia a los pastores y minimizar el riesgo. Entidades ecologistas y colectivos en defensa de la presencia del oso minimizan los peligros que representan los plantígrados. La iniciativa para capturar a Goiat ha levantado críticas de agrupaciones animalistas de Francia y España.

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