Un estudio relativiza el impacto ambiental de los cruceros en Barcelona
Como máximo, las embarcaciones contaminan un 3% del total de emisiones de la ciudad, según el informe
Los cruceros tienen un impacto menor en la contaminación de Barcelona. Un estudio del departamento de Ingeniería Mecánica de la Universitat Rovira i Virgili (URV) cifra en un 3% el peso máximo de sus emisiones en el global de los contaminantes detectados por las estaciones medidoras en el aire del área metropolitana.
”El efecto de los cruceros se nota algo en los puntos de control más cercanos al puerto, como el que hay en el parque de la Ciutadella, pero la incidencia es aún más modesta en otras zonas de la ciudad”, afirma Alexandre Fabregat, uno de los responsables de la investigación. “No es una opinión ni una percepción”, subraya, y se apoya en un modelo matemático basado en tecnologías de aprendizaje automático (machine learning). Parte de la base que los valores medios de contaminantes como óxidos de nitrógeno, óxido de azufre o monóxido de carbono se sitúan en los 40 microgramos por metro cúbico. Tener a un crucero amarrado representa aportar 1,3 microgramos a la bolsa de aire sucio.
Fabregat insiste en que las emisiones achacables a los cruceros suponen “un impacto relativamente modesto en comparación del impacto global que genera el puerto de Barcelona” y destaca también la incidencia de otras fuentes de polución como el tráfico de vehículos o los vuelos. Una segunda parte del estudio rastreará otros orígenes, “como la actividad industrial, la agricultura o los calentadores de gas domésticos”.
El origen del trabajo está en el debate que genera la presencia de los cruceros en Barcelona, donde, antes de la pandemia, podían llegar a amarrar anualmente un millar.
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