Cuando dos céntimos de euro bloquean las ayudas a un autónomo
Miquel Baco, empresario de Terrassa, tiene bloqueada una subvención por una deuda minúscula
Los trabajadores autónomos han sufrido mucho por la pandemia y la caída generalizada de la actividad. Pero esto no les ha ahorrado el recurrente quebradero de cabeza que viene de las trabas burocráticas de la Administración. En el caso de Miquel Baco, un empresario de Terrassa de 60 años que tiene una pequeña inmobiliaria, han confluido las dos problemáticas: cuando por fin podía pedir las ayudas que está dando la Generalitat, estas han quedado bloqueadas por una deuda que Baco tenía con la Seguridad Social. La cantidad de la deuda: dos céntimos.
Como muchos otros, este trabajador autónomo se “acojonó” en marzo de 2020, con la irrupción de la pandemia. “No sabía cómo iría la cosa, me cancelaron algunas ventas de pisos, y dejé de pagar los autónomos un mes. Luego volví a pagar normal”, explica el profesional, que presume de haber cumplido siempre con sus obligaciones desde que empezó en el negocio, en 1990. La pandemia hundió el mercado inmobiliario, y en su caso, y tras cerrar durante 80 días, no hizo ninguna venta entre marzo y septiembre. “No he calculado mucho la bajada de facturación porque no me quiero cabrear”, dice.
Con un trabajador en ERTE, otra jubilada, y el resto con contratos temporales que no fueron renovados, la empresa de Baco está en mínimos. Urgía pedir ayudas a las administraciones, pero se encontraba con que no llegaban, o no era el perfil adecuado para recibirlas. Finalmente, el Govern anunció en enero que daría 2.000 euros a los trabajadores autónomos con menos ingresos, y a las empresas con trabajadores en ERTE las ayudarían con 2.000 euros por trabajador. “Yo le decía a mi gestor que a ver si salían ayudas, y al final parece que estas las podíamos pedir”, explica.
Al enviar la documentación, salió ese mes no pagado. Baco tenía que abonarlo: 448,78 euros, con los intereses y el recargo por no haberlo pagado antes. Pero al hacer la transferencia, se equivocó y marcó un seis en lugar de un ocho. Debía todavía dos céntimos.
Por esa cantidad, las ayudas siguen bloqueadas. El autónomo ha abonado la deuda —“Debía dos céntimos y me ha costado un euro la transferencia”, indica— pero no está seguro de que acabe recibiendo las ayudas: “Ya no me fío, estas ayudas está costando mucho que lleguen a la gente, tengo muchos colegas autónomos que han tenido que cerrar. Y si llegan, por dos céntimos te lo paran todo. Me toca la moral”.
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