La expansión del virus obliga a Cataluña a aplicar más restricciones
Los contagios se disparan un 76% en dos semanas y abocan al Govern a retroceder en la desescalada
“No estamos bien y vamos mal”, ha advertido este miércoles el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon. La curva epidémica vuelve a estar en expansión en Cataluña y los contagios se multiplican, un escenario que aboca a nuevas restricciones. “Nos llevará a tomar decisiones sí o sí de tener que dar pasos atrás en esta reapertura”, ha admitido la consejera de Salud, Alba Vergés. Aunque no ha concretado cuáles serán esas medidas. Según los cálculos que maneja el Departamento de Salud, del 8 al 15 de diciembre se han producido 11.800 nuevas infecciones, un 76% más que las registradas la semana anterior.
”Lo que pensamos es que hay que reducir la movilidad y la interacción social”, ha insistido Argimon. Con la velocidad de transmisión del virus al alza y a una semana de la Navidad, cuando se esperan más encuentros sociales, el Govern estudia si se echa atrás en su calendario de reapertura de la actividad económica y si frena su plan específico de Navidad, que flexibilizaba las reuniones familiares hasta 10 personas y retrasaba el toque de queda a la una y media de la madrugada. Vergés ha evitado este miércoles avanzar decisión alguna.
Los últimos datos consolidados de la Generalitat, que corresponden a la semana del 6 al 12 de diciembre (siempre hay un decalaje de tres días por los retrasos en la notificación de las PCR), ya apuntan el ascenso registrado desde esta semana: la velocidad de transmisión del virus (la Rt, que calcula a cuántas personas contagia, de media, un positivo) sube a 1,22 —por encima del umbral de 1 que marcan las autoridades sanitarias como límite para mantener a raya la epidemia— y los nuevos contagios detectados ascienden a 8.610.
Pero las cifras, a fecha del martes, son aún peores. Con los datos de test de antígenos positivos (los resultados de estas pruebas son casi instantáneos), el Departamento de Salud ha desarrollado un método de análisis de la curva epidémica que le permite estimar la velocidad de transmisión casi en tiempo real. “Con los datos de ayer, día 15, el virus ha ido avanzando. Casi 12.000 pacientes [entre el 8 y el 15 de deciembre] y la Rt estaría alrededor de 1,45 o 1,50. Tres días parece poco, pero en una pandemia como esta, tres días importan mucho”, ha explicado este miércoles Argimon en Catalunya Ràdio.
El virus está en fase de expansión y el Govern se prepara para mover ficha. El presidente del Govern en funciones, Pere Aragonès, ha asegurado que no le “temblará el pulso” si hay que “dar un paso atrás” y aplicar nuevas restricciones para contener los contagios de covid-19 en Cataluña. “Hay que frenar como sea”, ha advertido. “No vamos bien, nada bien”, ha zanjado. También en esta línea se ha pronunciado el consejero de Interior, Miquel Sàmper, que ha pedido prudencia y “no anteponer los intereses personales por encima de los sociales” para que “el Govern no tenga que dar marcha atrás”.
El secretario de Salud Pública da por hecho que habrá que tomar medidas. “Ha pasado lo que pasa siempre con este virus. Es la interacción, la movilidad para hacer algo con alguien. Es muy duro de explicar, pero una característica que es saludable, que es ser sociable” en esta pandemia genera riesgos, ha dicho Argimon. El alto cargo sanitario tampoco ha querido avanzar qué medidas estudia el Govern. “Si la causa es la movilidad, pensaremos en reducir la movilidad y la interacción. El contagio es siempre muy difícil de saber y conocer, pero todos sabemos dónde socializamos. Si alguno estaba la semana pasada en las grandes ciudades, vio que en los centros de esta ciudad había mucha gente. El Govern está analizando los datos para tomar las decisiones”, indicó Argimon.
Con el plan de desescalada en la mano, una Rt sostenida en el tiempo por encima de 1, como es el caso, obliga a revisar a la baja las medidas actuales. Cataluña se encuentra en el tramo 1, pero aderezado con indicaciones propias del tramo 2. Esto es, que sigue habiendo aforos del 30% en el interior de los bares, toque de queda y reuniones sociales limitadas a seis personas, pero el confinamiento de fin de semana ya es comarcal (no municipal), los centros comerciales pueden abrir y a los grandes espacios culturales se les permite un aforo de hasta 1.000 personas. “Los datos epidemiológicos son claros y tendremos que actuar en consecuencia y decidir las mejores medidas”, ha insistido Vergés.
Presión hospitalaria
La presión hospitalaria sigue siendo muy elevada y el sistema sanitario no se puede permitir otro repunte, como el vivido en octubre. Hay 1.476 personas hospitalizadas, 345 en cuidados intensivos. “La segunda ola empezó con 140 en la UCI y llegamos a 600. Ahora partimos de 345”, ha apuntado Argimon. Si la curva vuelve a dispararse a esa velocidad, avisa: “Prácticamente convertimos los hospitales en una UCI covid y eso tiene un coste en listas de espera, en retraso diagnóstico... No se puede pensar que todo seguirá igual. Todo no se puede hacer”.
El secretario de salud pública ha alertado también de la fatiga emocional de los sanitarios, que llevan casi un año atendiendo la misma patología. “Podemos estar entrando en una tercera ola y eso, psicológicamente, castiga”, ha señalado. Y ha recordado también de la necesidad de iniciar la campaña de vacunación en la mejor situación epidemiológica posible para evitar brotes en residencias, por ejemplo, que echen por tierra el trabajo de inmunización.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Buscador de restricciones: ¿Qué puedo hacer en mi municipio?
- Así evoluciona la curva del coronavirus en el mundo
- Descárguese la aplicación de rastreo para España
- Guía de actuación ante la enfermedad
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.