El Festival de Sitges limita su aforo una tercera parte para evitar contagios

El Festival de Sitges, que se celebra en la localidad del Garraf del 8 al 18 de este mes, “camina con normalidad siempre dentro de la nueva normalidad”, en palabras de su director, Ángel Sala. Este viernes ha confirmado en rueda de prensa que el aforo de las salas durante el festival será del 66% de la capacidad total, para evitar posibles contagios de covid-19, lo que comportará una reducción de entre 15.000 y 20.000 entradas a la venta.

Sala ha presentado las últimas novedades del evento junto con la consejera de Cultura de la Generalitat, Àngels Ponsa, la alcaldesa de Sitges, Aurora Carbonell, y la directora de la Fundación Sitges, Mònica García, que ha hecho hincapié en las medidas de seguridad. “A pesar de poder habilitar legalmente hasta un 80% del aforo, hemos preferido mantenernos en un 66% para agilizar las entradas y salidas y evitar aglomeraciones”, ha dicho García. Esto quiere decir que en el auditorio, la mayor sala, con 1.380 butacas, solo se ocuparán un máximo de 900, todas numeradas y convenientemente separadas. El uso de mascarilla, por supuesto, será obligatorio durante toda la función, tal como se recordará en un divertido anuncio antes de cada pase. Se adoptarán todas las medidas de seguridad que se están llevando a cabo en los festivales y en las salas de cine: habrá más tiempo entre cada sesión, desinfección de los diferentes espacios, dispensadores de gel hidroalcohólico…

A las cerca de 250 proyecciones que se realizarán en las salas (el Auditori Melià y los cines Retiro, Prado, Brigadoon y Sala Tramuntana), se sumarán 155 pases más de películas, cortometrajes y documentales que se podrán ver online, en una sala virtual que será accesible desde el lunes, 5 de octubre, en www.sitgesfiolmfestival.online.

Sala ha comentado que, en vista de la situación mundial, el festival “cada vez es más ciencia y menos ficción”, sosteniendo que este año más que nunca “se convierte en un punto de reflexión sobre la realidad”. También por cuestiones de seguridad queda suspendido el ya tradicional paseo de los zombis por Sitges, que iba a cumplir su décima edición. Los muertos vivientes, a través de otro divertido anuncio, emplazan a los espectadores para el festival de 2021.

La normalidad de la que habla Sala se percibe también en la venta anticipada, que marcha sin sorpresas: "Las entradas para las sesiones de fin de semana ya se van agotando, mientras que va más lenta la venta de pases entre semana, como cada año.

De la edición 53 del festival, que desde un primer momento ya se concibió como híbrida debido a las circunstancias sanitarias, Sala remarca la producción nacional, con películas como la que inaugurará el festival, Malnazidos, una divertida historia de zombis en la Guerra Civil, dirigida por Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro; Baby, “un cuento oscuro” de Juanma Bajo Ulloa; No matarás, de David Victori, con Mario Casas, que nos ofrece una visión nocturna y también oscura de Barcelona; la nueva serie de Álex de la Iglesia, 30 monedas, que se pudo ver en Venecia y “contacta con El día de la bestia”; o la sobrecogedora historia de Enriqueta Martí en La vampira de Barcelona, que ha dirigido Lluís Danés.

Entre la cosecha internacional, Sala ha destacado títulos como Mandíbules, del francés Quentin Dupieux; Península, del surcoreano Yeong Sang-ho, que fue la primera película que se pudo ver en cines después de la pandemia y es una secuela de Train to Busan; o la apocalíptica She Dies Tomorrow, de la realizadora Amy Seimetz.

El festival sigue siendo un reclamo para Cataluña, como han remarcado la consejera y la alcaldesa. “Sitges es una de las mejores ventanas de Cataluña al mundo”, ha declarado Ponsa, y, además, “un refuerzo importante a la industria audiovisual”, y ha recordado que se han recuperado 17 millones de euros para el sector.