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La Costa Brava “sobrevive” a la peor temporada de su historia

Desde el Patronato de Turismo destacan que para la temporada otoño-invierno el 60% de los espacios turísticos “abrirán toda la temporada”

Un matrimonio accede en la playa con mascarillas en Platja d'Aro, este verano.
Un matrimonio accede en la playa con mascarillas en Platja d'Aro, este verano.Toni Ferragut

La Costa Brava “ha salvado los muebles”. Así ha descrito el presidente del Patronato de Turismo Costa Brava Girona, Miquel Noguer, la situación del sector en este verano, “la peor temporada turística de la historia”. La ocupación ha caído un 41′8% en global y en el Pirineo el descenso se ha situado en un 27%. Sin embargo, se podría decir que el destino “ha resistido” comparado con otras zonas tanto de Cataluña como del resto de España. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se ha situado como la segunda destinación turística en numero de viajeros en comparación con otros destinos de costa como las Islas Canarias, la Costa Blanca o la del Sol, solo superada por las Illes Balears. La encuesta de valoración sobre la temporada hecha a más de un millar de negocios del sector revela que el 78,54% de los 230 que respondieron, cree que ha valido la pena abrir. Entre las particularidades de este verano están el incremento de las estancias de fin de semana y de las reservas a última hora.

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Según el Patronato las cifras han sido menos malas de lo que temía el sector a principios del verano. La demarcación de Girona ha recibido entre julio y agosto 1,7 millones de visitantes —700.000 menos que el año pasado—, que han generado 6,3 millones de pernoctaciones, frente a los 10,5 millones de 2019. Como dato positivo destacan que el 90% de los establecimientos han abierto, un porcentaje muy superior al de otras zonas turísticas. De las 229.000 camas ofrecidas (del total de 246.347) ha habido una ocupación del 39,8%, frente al verano de 2019 que fue del 81,6% de 240.905 plazas ofertadas. En el Pirineo, de las 11.728 plazas ofrecidas (del total de 13.639) ha habido una ocupación del 47,6%, mientras que en 2019 fue del 82,7% sobre 13.804 plazas.

En cuanto a los perfiles de los visitantes, la encuesta recoge que más del 80% eran familias, seguidas por parejas principalmente de Cataluña. El turismo catalán ha significado el 57,5% de la ocupación, el mercado español (con el catalán incluido), un 69,7%; el francés, un 15%; el holandés, un 7% y el belga, un 2,2%. En el Pirineo el mercado catalán supuso un 92,6%. Los clientes extranjeros prácticamente han sido inexistentes sobre todo por el descenso del 88% de los vuelos que han llegado al Aeropuerto de Girona. Las estancias se han reducido de 4,52 noches de media por visitante a 3,83. El turismo de proximidad ha ayudado a resistir. “Las cifras no son buenas pero podrían ser mucho más malas y si no son peores es gracias al esfuerzo de todo el mundo para salvar tanto como fuera posible los muebles”, ha apuntado Noguer, que ha destacado que “la temporada ha tenido muchos alto y bajos, ha sido estresante, incierta y exigente”.

La ocupación turística por subsectores de alojamiento muestra que el de los hoteles ha sido el más perjudicado, con un descenso del 47′6% respecto al año pasado, seguido de los campings, con un 38′6%, los apartamentos con un 36′2% y el turismo rural con un 18′1%. En el Pirineo el descenso de la ocupación en los apartamentos ha sido superior al de los campings. Desde el Patronato recuerdan que la situación ha sido muy “desigual” también dependiendo del sector de la Costa Brava. El más beneficiado ha sido el centro, con un cliente de proximidad y con un nivel adquisitivo medio-alto. El más afectado ha sido el sur, que comprende Lloret de Mar, Blanes o Tossa de Mar, por el tipo de cliente, la mayoría extranjero y llegado a través de tour-operador.

El primer balance de la temporada refleja una valoración desigual de ocupación según el tipo de establecimiento de alojamiento turístico. Las casas de turismo rural y los hoteles más pequeños de la Costa Brava centro y del interior superan mejor la temporada que los apartamentos, los campings o los grandes hoteles. En términos generales, las estadísticas de ocupación indican que la temporada ha sido “corta y desigual”.

En cuanto a esta temporada otoño-invierno, el 60% de los encuestados —alojamientos de Girona, el Pirineo, el interior y la Costa Brava centro—, han respondido que “abrirán toda la temporada”. Del resto, el 16,96% dicen que abrirá algunos meses y el 15,21%, no abrirán. El sector confirma, por lo general, que están recibiendo reservas para los meses de otoño, no es así en un 10,43%. Más del 70% apuntan que el grueso de las reservas es para octubre y noviembre, y en menor volumen para marzo y abril de 2021.

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