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La pandemia vacía los comercios de Collblanc

Los comerciantes de esta zona de L'Hospitalet denuncian que los clientes han dejado de ir por miedo

Alfonso L. Congostrina
Mercado de Collblanc, una de las zonas más afectadas en las últimas semanas por contagios de la Covid-19
Mercado de Collblanc, una de las zonas más afectadas en las últimas semanas por contagios de la Covid-19Albert Garcia (EL PAÍS)

“Cerrado por cumplimiento de las normas y precaución de virus. Abrimos en 15 días. Muchas gracias”, se lee (literalmente) en un pequeño cartel colocado sobre la persiana metálica de un bar de la calle 11 de Setembre del barrio Collbanc de L’Hospitalet de Llobregat. No es el único comercio de este municipio que ha cerrado estos días tras dispararse el número de contagios en el barrio. Algunas tiendas han optado por adelantar las vacaciones con la esperanza de que a su regreso haya caído la virulencia del rebrote. Otros restauradores, como l’Airet Cuina de la cocinera Ada Parellada, han decidido —tras valorar las recomendaciones de la Generalitat que pide a los vecinos minimizar los desplazamientos— aplazar la reapertura del restaurante hasta el próximo septiembre.

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“Ha sido criminal. Llevábamos más de dos meses cerrados por la obligación del estado de alarma. Cuando nos dejaron abrir las paradas parecía que se animaba y empezábamos a ver la luz. El mismo día que la Generalitat dijo que Collblanc, Torrassa y La Florida eran unos de los lugares donde había rebrotes de coronavirus los clientes dejaron de venir”, advertía ayer Javier tras el mostrador de la parada Lencería Amalia del mercado de Collblanc en L’Hospitalet de Llobregat. “Mis padres abrieron esta tienda hace 40 años y nunca habían vivido algo igual”, lamenta.

“Mira, está cerrado el frankfurt”, advierte una cliente a la dependienta de otra tienda de ropa. “Es de los mismos dueños que la cafetería, que sí está abierta, y tienen a muchos de los camareros en ERTE. El que sí está cerrado es el bar de abajo. Lo están limpiando porque un dependiente ha dado positivo. El resto está en cuarentena”, advierte la propietaria de la parada de moda. En el bar señalado nadie da explicaciones mientras acaban de limpiar concienzudamente toda la instalación.

En la calle 11 de Setembre, muy cerca del mercado, otro cartel advierte que el virus ha obligado a cerrar un bar. “Abrieron y tenían la misma terraza que siempre. Era de esperar. Me voy para casa porque me ha entrado mucho miedo y tengo más de 70 años”, advierte una vecina que asegura haber pasado media cuarentena mirando por la ventana.

Conchi Bribiesca hace ya “muchos años” que abrió la parada Confecciones Conchi: “Lo estamos pasando mal. Hemos señalizado todo el mercado con pasillos de entrada y otros de salida y con dispensadores de alcohol. Nadie nos ayuda y las administraciones solo hacen que meter miedo a los clientes”.


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