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El juez paraliza la tala del ficus centenario de Sevilla

El magistrado argumenta que debe preservar el árbol para decidir sobre el fondo del asunto contencioso-administrativo

Ficus centenario Sevilla
El ficus centenario en el barrio de Triana (Sevilla), durante la tala que sufrió el pasado 17 de agosto.PACO PUENTES
Javier Martín-Arroyo

Otra prórroga más para el ficus centenario de Sevilla y una victoria parcial de los ecologistas. El juez José Pérez, titular del Juzgado de lo contencioso-administrativo 9 de la capital andaluza, ha paralizado este lunes la tala del ejemplar, de 110 años y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), al atender la medida cautelarísima planteada contra la autorización de la tala otorgada por el Ayuntamiento a la parroquia de San Jacinto.

El magistrado aclara que es una decisión provisional, ya que atiende la medida cautelarísima requerida por la Asociación Multisectorial de Jardinería andaluza (Amja) contra la tala. El polémico derribo del ficus ha sido accidentado desde el principio: hace tres semanas la parroquia activó a los operarios con las motosierras, de inmediato los ecologistas pidieron al juez que lo parara, pero como este tardó 48 horas en decidir, para entonces la Iglesia ya había eliminado el 70% de su estructura.

Ahora el magistrado ha decidido aceptar la medida cautelarísima tras estudiar el asunto, y tumba así los argumentos de los predicadores-dominicos, dueños de la iglesia, que le pidieron rematar la tala. El Ayuntamiento sevillano se limitó a informar al juez que el árbol ya no era un peligro para los ciudadanos por caída de ramas, ya que estas habían sido eliminadas, y evitó mojarse y pedir que se mantuviera en pie o se eliminara.

“La razón fundamental de la medida cautelar es asegurar la efectividad de la sentencia que se dicte en el recurso contencioso-administrativo. La tala del ficus dejaría sin objeto el recurso que nos ocupa, como es notorio, puesto que una vez talado, si la sentencia fuera favorable a los intereses de la asociación recurrente, no podría replantarse el árbol en las condiciones que actualmente tiene”, argumenta el juez en su auto del pasado viernes y comunicado este lunes.

La Iglesia pidió al juez que echara del procedimiento a la asociación de jardinería por falta de legitimidad, pero el magistrado ha ignorado la petición porque no procede ahora al adoptar la medida cautelarísima, sino más adelante en el proceso de fondo. Eso sí, el magistrado recuerda la naturaleza urbanística del asunto, que en principio favorece a Amja.

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Seis meses más de vida

Del auto se deduce que el ficus vivirá al menos otros seis meses después de sus 110 años de vida. En su argumentación, el juez avisa al Ayuntamiento de que debe procurar la seguridad de las personas, y si es necesario, lo hará durante más de seis meses, “lo que es previsible”. Es decir, el juzgado prevé que su decisión sobre el asunto se retrase hasta el próximo marzo.

También ignora el juez la reclamación de los predicadores-dominicos, para que impusiera una fianza de 150.000 euros a Amja para que responda por los posibles daños y perjuicios que pudiera sufrir la orden por culpa del ficus. “Entendemos no necesaria la adopción de la medida, toda vez que, como hemos acordado, corresponde a la administración (el Ayuntamiento) la adopción de las medidas para asegurar los daños que se puedan ocasionar a bienes o personas”, reza el auto.

Por último, el magistrado rechaza que la petición de Amja haya vulnerado la seguridad jurídica, y reprocha a la Iglesia su afirmación: “Resulta necesario exponer, por primario que parezca, que la resolución ante los tribunales de los conflictos entre las personas supone exactamente el respeto al derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, y que en modo alguno quiebra la seguridad jurídica la interposición de recursos contenciosos administrativos frente a actos administrativos”.

A la espera de que estudie el fondo del asunto, el juez concede de este modo al ficus una pausa para recuperarse de la tala radical sufrida hace tres semanas.

Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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