La élite del futuro turismo saudí se prepara en Marbella
Un millar de jóvenes se forma durante el verano en el centro universitario Les Roches dentro de un ambicioso plan del Ministerio de Turismo de su país para convertir Arabia Saudí en un paraíso turístico
Con los ojos bien abiertos, Nerdin Qomawi, de 26 años, aún no se puede creer que esté en Marbella. No lleva ni 48 horas en la Costa del Sol y asegura, con un timbre de ilusión en su voz, que no ha parado de aprender desde que aterrizó. “Todo el mundo es aquí buen anfitrión”, explica. “No solo los profesionales, también su gente”, subraya la chica, que procede de la ciudad de Makkah (La Meca), al oeste del país. En la costa malagueña comparte estancia con otro centenar de jóvenes de su país, Arabia Saudí. Participan en un programa de formación intensiva financiado por el Ministerio de Turismo saudí en Les Roches, exclusivo centro universitario convertido en el primero del mundo en recibir a este alumnado. Tienen entre 25 y 35 años y quieren aprender para liderar la transformación de su país, que se abrió al turismo en 2019 y enviará a miles de personas al extranjero para mejorar al sector. Al menos un millar pasarán por Marbella, destino con una larga tradición ligada a los petrodólares y donde la familia real tiene varios palacios.
La llegada de Qomawi y sus compatriotas no ha sido improvisada. El ambicioso plan que los ha llevado a la Costa del Sol está impulsado por el Gobierno de Arabia Saudí después de que el príncipe Salman bin Abdulaziz —vecino de Marbella durante años— declarase estratégico el turismo. El país busca alternativas a una economía basada en el petróleo y en 2019 abrió sus fronteras. Sede de la Supercopa española de fútbol, del rally Dakar o el polémico circuito saudí de golf, han creado el proyecto Saudi Vision 2030, que incluye la construcción de enormes infraestructuras turísticas.
Dinero tienen, pero profesionales especializados en turismo, no. Han buscado una solución rápida: invertir en la formación de 100.000 jóvenes en distintos lugares del mundo durante 2022. La agilidad de la embajada española en Arabia Saudí, que ha gestionado con diligencia los visados de los estudiantes, ha facilitado su llegada a Les Roches, donde se forman cada año unas 1.300 personas de todo el mundo. Apple, Google, Four Seasons, Cartier o Mandarin Oriental captan a sus directivos aquí.
“En nuestro país, cuando pensamos en vacaciones pensamos en Marbella”, insiste Qomawi, que además de visitar el casco histórico o lugares míticos en su imaginario como Puerto Banús, espera absorber el máximo conocimiento para trasladarlo a su país. “Queremos conseguir no solo que la gente venga, también que repita”, dice quien cree que ha sido elegida por el Ministerio de Turismo por su faceta de artista y por los programas de educación cultural en los que trabaja para el grupo empresarial Al Muhaidib.
Wadeh Almabyaq tiene 30 años, procede de Qatif —con 2,5 millones de habitantes y playas que dan al Golfo Pérsico— y se ha formado en Estados Unidos. Fue su propio gobierno quien la llamó para ejercer de líder en estas expediciones: “Me encanta ayudar a la gente”. Asegura que su país es aún un gran desconocido al turismo. Ambas estudiantes citan proyectos culturales como la Jeddah Season, el impulso al patrimonio cultural y el arte en Al Ula o The Red Sea Project, un ambicioso plan para crear un destino de lujo con hoteles, viviendas, centros de ocio o un aeropuerto en una zona del litoral del Mar Rojo que combina aguas turquesa con el desierto.
Aprender los secretos de la hostelería
El grupo, como el resto de los que han pasado y pasarán por Marbella —alrededor de 1.000, aunque podrían ser más— aprende estos días los secretos de la atención al cliente a todos los niveles. En Les Roches hay una habitación de lujo diseñada para el aprendizaje —desde la última tecnología al uso de productos de limpieza— y una recepción donde intercambian roles para hacer prácticas. En sus cuatro restaurantes también conocen los secretos de la alta cocina y en las aulas comprenden las habilidades de venta y negociación. “Se trata de que aprendan los más altos estándares enseñándoles cómo funciona todo: desde la base hasta la gestión”, explica Mano Soler, director de Les Roches Marbella. Jon Loiti, máximo responsable académico del centro, también apunta la importancia del tiempo libre: “Lo que les enseñemos en una semana no les va a permitir a cambiar el mundo, pero aquí dentro y ahí fuera pueden aprender muchas cosas, ver lo bueno que se hace en Marbella y trasladarlo allí”.
Es lo que pretende Mohammed Alzaher, de 33 años y también de Qatif. Con sonrisa permanente, barba cuidada al milímetro y educación exquisita, es otro de los integrantes del grupo de saudíes que busca trasladar la excelencia turística a su país. Viste, imponente, traje y corbata. Es una exigencia de Les Roches, que cada mañana a primera hora pasa revista a sus estudiantes. Vigilan que la camisa esté planchada, el cuello limpio o los zapatos lustrados. Es por lo que el CEO del centro, Carlos Díez de la Lastra, lo resume como “una academia militar combinada con una universidad en un resort de lujo”.
“Hemos sido elegidos para estar aquí y buscamos acumular el máximo conocimiento para ser los mejores embajadores de Arabia Saudí. Queremos ser la nueva generación de líderes del sector”, cuenta Alzaher, que se formó en Finanzas en Estados Unidos, trabaja en el hotel Marriott Executive Apartments al sur de Qatif y se muestra alucinado con los paisajes marbellís.
También sonríe ilusionado con la propuesta que le ha hecho el Gobierno saudí. El Ministerio de Turismo ha pedido a todo el alumnado que, de forma voluntaria, presenten ideas y proyectos a los que hayan ido dando forma durante su estancia formativa en Marbella. Si les convencen, les aportarán la financiación para hacerlos realidad. Hay ya propuestas que van de la creación de souvenirs personalizados y exclusivos a partir de las vestimentas tradicionales saudíes, como la ghutra o la abaya, hasta el desarrollo de aplicaciones turísticas. Sea como sea, los jóvenes buscan convertir a su país en potencia turística. Entre risas, dicen que no competirán con Marbella. “España ya ha hecho suficiente por alojarnos a nosotros. Ahora es nuestro turno”, concluye Qomawi.
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