Sánchez reafirma su voluntad de seguir gobernando pese a los escándalos

La tormenta perfecta por los escándalos de acoso y la escalada de la corrupción que zarandea al PSOE ha irrumpido de lleno en la campaña de las elecciones extremeñas, donde ya pintaban bastos para los socialistas, que tienen asumido que no recuperarán la Junta y firmarán su peor resultado en uno de sus bastiones tradicionales. Pedro Sánchez ha apelado este sábado a la hoja de servicios del Ejecutivo para defender que “merece la pena gobernar, aunque sea en estas circunstancias”, como volverá a esgrimir presumiblemente este lunes -una semana antes de los comicios- con los datos macroeconómicos de España en su balance de final de año. Sánchez ha participado en su segundo mitin con el candidato socialista, Miguel Ángel Gallardo, procesado por haber enchufado presuntamente al hermano cuando era presidente de la Diputación de Badajoz. Mientras, las feministas del partido le siguen expresando su indignación y dejando más recados por la gestión dilatoria de las denuncias por acoso sexual contra Francisco Salazar, otro miembro del círculo de confianza forjado en las primarias de 2017 del que también formaban parte José Luis Ábalos y Santos Cerdán.

“Gobernar es un honor y en un momento como este mucho más. Porque gobernar es dar la cara, es estar a las duras y las maduras”, ha esgrimido Sánchez, que ha reconocido el “error” en la gestión de las denuncias en el canal interno antiacoso al tiempo que incidía en que los socialistas han sido “los primeros en poner en pie” ese protocolo. “Nosotros actuamos con contundencia y transparencia”, ha ejemplificado Sánchez, que también ha buscado la comparación con el PP ante el serial de casos de corrupción en su círculo de confianza. “Cuando desgraciadamente sufrimos un caso de corrupción en nuestro partido, actuamos con contundencia y extirpamos de cuajo y toda la raíz de ese caso de corrupción, mientras que en la derecha lo que vemos es la connivencia, ¿o es que olvidamos acaso que Alberto Núñez Feijóo es presidente del PP porque Pablo Casado denunció la corrupción de Isabel Díaz Ayuso? ¿Pero qué lecciones nos van a dar?“, ha objetado en el convento reconvertido en complejo cultural San Francisco de Cáceres.

Sánchez también ha entrado en el cuerpo a cuerpo contra el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello García, que en una entrevista en La Vanguardia ha pedido adelantar elecciones como exige la derecha. “El presidente de la Iglesia Episcopal, dice que España tiene tres opciones: moción de censura, cuestión de confianza o adelanto electoral. No deja de ser curioso porque nunca lo dicen cuando gobierna la derecha. Lo que le digo al señor Argüello es que hay una cuarta opción: respetar el resultado electoral, aunque no te guste”. Y ha apostillado, abriendo un nuevo frente con la Iglesia: “Si se quiere presentar a unas elecciones, ahí tiene la asociación ultraderechista de Abogados Cristianos y a ver qué resultado saca. El tiempo en el que los obispos interferían en la política se acabó cuando empezó la democracia en este país”.

“A Extremadura nunca le fue bien con la derecha, ni en democracia ni en dictadura”, ha recalcado a su vez Gallardo, que ha pedido “un esfuerzo extra” la próxima semana al electorado socialista “para convencerle de que es necesario ir a votar”. La abstención de su electorado es la gran preocupación del PSOE, como ha dejado claro su candidato. “Os anticipo una cosa, que la gente de izquierdas se va a movilizar para que el PSOE pare y sea dique de contención de las derechas. ¡Así que no os arruguen compañeros. Estamos bien y vamos a estar mejor a partir del 21 de diciembre!“, ha reiterado. El sector crítico con Gallardo exigirá previsiblemente su dimisión si la derrota es tan sonora como indican todas las encuestas. El fallecido Guillermo Fernández Vara ganó las últimas elecciones con 28 escaños, los mismos que el PP, pero no le dio para revalidar la Junta.

“Compañeras: ni pasivas ni arrinconadas”

Pero ha sido la rabia de las mujeres contra los casos de acoso en las filas del PSOE la que ha condicionado el acto. “¡Mano dura con los acosadores, los puteros, los machistas, que no te tiemble la mano Pedro! Que las mujeres del PSOE no tengamos que arrepentirnos de nada!“, ha exigido Irene Pozas, secretaria general de Juventudes Socialistas de la provincia de Cáceres, al presidente del Gobierno en el acto central de la candidatura de Gallardo. Previamente, Belén Fernández, ex diputada nacional y secretaria general de Cáceres ciudad, tampoco se ha andado con chiquitas. ”Compañeras: ni pasivas ni arrinconadas, creo en la grandeza de este partido que hemos construido juntas“, ha arrancado antes de erigirse en altavoz del enojo de las mujeres de un partido que se declara feminista en sus estatutos y que tiene su principal electorado en el voto femenino. ”Estamos hartas de esos hombres colmados de ego, de esos hombres misóginos a los que les molestan nuestras voces, cansadas de tutelas, cansadas de abusos, cansadas de desprecios, pero ojo, compañeras, ese cansancio no es fatiga", ha clamado jaleada por los 800 asistentes al acto.

La llamada que Fernández ha realizado a los “compañeros socialistas” para que “se signifiquen y señalen” a los acosadores internos ha sido otro aldabonazo en un partido devastado por la sucesión de casos en Andalucía o Galicia y por la dimisión repentina sin dar una explicación convincente de Javier Izquierdo, uno de los veteranos de la dirección federal desde 2017. “Cuando decimos que somos socialistas porque somos feministas no es un eslogan”, ha remachado.

Gallardo ha cerrado su intervención sin evitar esta polémica. “Esta semana hemos vivido situaciones que nos avergüenzan, pero que también demuestran que nuestro partido es el de la igualdad y el feminismo. En nuestro partido no caben quienes son puteros y acosadores. Y vuelvo a agradecer a las compañeras socialistas que hayan impulsado que esas personas hayan salido de nuestra organización, pero que tampoco nos dé lecciones Guardiola”, ha finalizado apuntando que el PP llevó al Constitucional la ley de igualdad y no tiene una posición única sobre el aborto.