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Euskadi ensaya la cría de atunes rojos con 75 ejemplares cautivos en piscinas flotantes en alta mar

Un sistema de jaulas sumergibles frente a la costa de Getaria (Gipuzkoa) experimenta el engorde de túnidos en el Cantábrico

Euskadi atunes rojos
Mikel Ormazabal

La primera granja marina para el engorde de atún rojo instalada en aguas del Cantábrico, a 3,7 milllas naúticas de Getaria (Gipuzkoa), acoge desde el pasado mes de julio 75 ejemplares de unos 80 kilos de peso capturados ese mes por el pesquero Kantauri. Fueron capturados a 48 kilómetros de la costa vasca y permanecen en cautividad en dos piscinas flotantes y sumergibles de 50 metros de diámetro. La cría de los pescados, si todo marcha conforme a los planes previstos, podría permitir que este hábitat puedan convivir hasta 150 toneladas de atún, una especie que actualmente no se pesca ni se produce en Euskadi.

Es un proyecto piloto, pero ya está en la fase “decisiva” que determinará su viabilidad técnica y económica. Los atunes rojos capturados con arte de cerco (para dañar lo menos posible al pescado) fueron alojados en julio en las instalaciones acuícolas para ser alimentados y ponerlos en el mercado. Esta iniciativa está promovida por la empresa Balfegó y el centro tecnológico vasco Azti. Los resultados que depare esta experiencia deberán ser evaluados y validados por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) a finales de este año.

Un equipo de Balfegó y Azti salió el pasado 19 de septiembre hasta la zona donde están instaladas las piscinas flotantes para comprobar el estado de los atunes. Están enjaulados en un entramado circular fondeado por anclas de 2.000 kilos de peso a más de 100 metros de profundidad y que disponen de un sistema de flotación formado por 20 boyas. Un sistema de sensores y cámaras monitorizan en tiempo real la calidad del agua y la actividad biológica de la zona, lo que permite responder rápidamente a cualquier atisbo de impacto negativo en el medio marino.

La firma familiar Balfegó cuenta desde 2004 con instalaciones de este tipo para la cría y engorde de atunes rojos en L’Ametlla de Mar (Bajo Ebro, Tarragona). La diferencia con las que se han fabricado para el Cantábrico es que estas se pueden sumergir y reflotar en función de las condiciones oceanográficas. Están preparadas para aguantar el embate de fuertes temporales, inclemencias marítimas que en el Cantábrico son más habituales que en el Mediterráneo.

“El proyecto cumple con la legislación vigente nacional y europea en materia de pesca y medio ambiente. Obtuvimos las autorizaciones y permisos necesarios para su desarrollo, incluyendo el uso de técnicas de cerco, autorizadas para capturar atún rojo en el Cantábrico”, destaca Rogelio Pozo, consejero delegado de Azti.

Durante el proceso de alimentación del pescado, se emplearán sistemas automatizados y precisos que aseguran una distribución eficiente del alimento, minimizan los residuos y garantizan la trazabilidad de los ingredientes, “todos ellos procedentes de pesquerías gestionadas de manera responsable”, aseguran los responsables de Balfegó.

La compañía catalana confía en que, de confirmarse la viabilidad del sistema de piscinas flotantes en el Cantábrico, se conseguirá “un impacto muy positivo en la economía y la sociedad vasca, ya que permitirá recuperar y revalorizar las cuotas de pesca de atún rojo del País Vasco”. Los impulsores del proyecto añaden que permitirá la creación de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, y suministrará “atún rojo de la máxima calidad al sector de la alta restauración en Euskadi”.

“Actualmente, la pesca de túnidos con red de cerco no está permitida en el Cantábrico. Sin embargo, hemos recibido una autorización provisional del Ministerio de Pesca para esta experiencia piloto con el objetivo de explorar métodos sostenibles. Si el proyecto demuestra ser viable, se revisará el marco regulatorio de ICCAT para ampliar las instalaciones y se podrá autorizar la pesca con esta técnica a algunos barcos, siempre garantizando la sostenibilidad y protección del medio ambiente”, afirma Juan José Navarro, adjunto a la dirección de Balfegó.

La “prueba de fuego” llegará en 2026, con el engorde de 150.000 kilos de este túnido (unos 1.500 ejemplares de 100 kilos de peso), según las previsiones iniciales. La idea es que, en el futuro, una parte de las más de 1.000 toneladas de atún con las que cuenta la flota vasca se destinen a esta explotación de acuicultura, sin que sea necesario ceder parte de esa cuota a pescadores de otras partes de España, como sucede en la actualidad.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.
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