El castillo de Maqueda en Toledo no encuentra comprador: “Han hecho una gran inversión para nada”

Los vecinos de Maqueda (Toledo), con su Ayuntamiento a la cabeza, tratan de digerir estos días el último varapalo para dar al Castillo de la Vela, su edificio más emblemático, una segunda vida tras años de abandono. El Ministerio del Interior, propietario del inmueble, vuelve a sacarlo a la venta por algo más de 3,2 millones de euros, tal y como se recoge en la relación de inmuebles a subasta que la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado (GIESE) ha publicado esta semana en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

En poco más de diez años, son ya nueve las ocasiones en las que el Gobierno ha tratado de desprenderse de esta imponente fortaleza, visible desde la Autovía de Extremadura. En 2013, con los coletazos aún de la crisis financiera de 2008, el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) descartó ubicar en su interior un museo nacional dedicado a la Guardia Civil y el archivo histórico que el instituto armado tiene en su sede de la calle de Guzmán el Bueno de Madrid. De nada sirvieron los casi 7,4 millones de euros invertidos por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) en su acondicionamiento.

Entre 2014, cuando se celebró la primera subasta, y 2023 ―año de la última―, ningún postor se ha interesado por la fortaleza pese a la rebaja sustancial en su precio de salida: de los 9,5 millones de euros de aquella primera vez a los algo más de 3,2 millones de la actual, un 34% menos aunque un 17,6% más que en la penúltima, en 2022. “Es una forma de economía circular, que tan en boga está actualmente”, explicaban entonces a la Agencia EFE desde el Área de Gestión Patrimonial de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de Seguridad del Estado.

El alcalde de Maqueda, Andrés Congosto (PSOE), constata el malestar de los vecinos y del Ayuntamiento. “Nos sentimos indignados y medio engañados porque el castillo está abandonado después de hacer una inversión millonaria para luego no llevarla a cabo”, asegura a EL PAÍS. “El edificio tenía ya las vitrinas y estanterías para traerlo todo desde Madrid, pero cambiaron de director general [en la Guardia Civil] y se tomó la decisión de no hacer el museo aquí”, recuerda. “Ahora solo pasa alguna patrulla de vez en cuando o viene alguien del ministerio a dar una vuelta”.

El castillo de Maqueda, monumento histórico-artístico desde 1931, tiene una larga historia a sus espaldas desde que fuera levantado como antiguo puesto de vigía romano. Su aspecto actual se remonta al siglo XV, cuando fue reedificado casi por completo, respetando únicamente la conocida como torre de los Palazuelos, en la que se decía se alojó la mismísima reina Isabel la Católica. El inmueble, con más de 3.000 metros cuadrados de superficie construida y un razonable estado de conservación, fue utilizado durante años como cuartel de la Benemérita.

La estructura construida en su patio de armas, y destinada a albergar las mencionadas dependencias de la Guardia Civil, podría estar dificultando su venta, reconoce el regidor del municipio, que clama por una solución definitiva que evite el declive del edificio. Esa solución pasa, defiende Congosto, por retirar la fortaleza de los bienes susceptibles de subasta, tal y como, asegura, se comprometió el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la reunión que ambos mantuvieron en noviembre de 2022 para desbloquear la situación.

El Ayuntamiento plantea como alternativa al cierre, y al deterioro del castillo, la cesión al consistorio: “Hay gente que ha venido a verlo, pero se encuentran un mazacote de hormigón en su interior. Destruir lo que hay y volver a construir requiere una inversión importante”. Congosto explica que, en manos del Ayuntamiento, el edificio podría tener otros usos, como un hotel o un centro de convenciones, o incluso un museo de memoria democrática, para el que ya se habían iniciado las conversaciones con una asociación de Talavera de la Reina.

El regidor, que hace dos meses solicitó una nueva reunión al Ministerio del Interior para abordar el futuro del edificio, ha retomado esta semana los contactos. El pueblo no pierde la esperanza para ver a su castillo convertido en un revulsivo turístico para la zona “ahora que se habla tanto de la despoblación”. “Para muchísima gente pensando que se puede visitar, pero se marchan al comprobar que solo es visible desde el exterior”, lamenta Congosto. La subasta está prevista para el 27 de febrero. Ese día se despejará, o no, la incógnita sobre su futuro.