El castillo de los tricornios es una ruina (para Interior)

Se vende castillo del siglo X a buen precio. Razón: Ministerio del Interior. La Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado (Giese), el organismo encargado de la gestión y venta del patrimonio del departamento de Fernando Grande-Marlaska, ha vuelto a sacar a subasta la fortaleza de la localidad de Maqueda (Toledo, 520 habitantes), un edificio declarado monumento histórico artístico en 1931 y que durante años fue casa cuartel de la Guardia Civil. No es la primera vez que intenta desprenderse del bastión. Desde 2013, y tanto con Gobiernos del PP como del PSOE, Interior ha sacado a subasta esta construcción, a pesar de que invirtió en su remodelación 7,44 millones de euros para convertirla en el archivo y museo histórico del instituto armado. Sin embargo, en estos 10 años nadie ha pujado. Ahora, admite ofertas hasta el próximo 11 de septiembre, con un precio inicial de 3,25 millones, lo que supone una pérdida cercana al 60% de lo que gastó en su reforma.

Andrés Congosto, el alcalde de Maqueda, se muestra “indignado” por la decisión del ministerio de subastar el monumento. “Tuvimos una reunión con Marlaska hace un año y nos prometió que no iba a volver a sacarlo a la venta, que iba a llevarlo a [Ministerio de] Cultura para que, una vez en este, se le diera otra utilidad. Y ahora nos encontramos esto”, señala este jueves en conversación telefónica con este diario. Congosto, que encabezó la lista del PSOE en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo y revalidó la mayoría absoluta con cerca del 75% de los votos, señala que, precisamente antes de aquellos comicios, tuvo en el Palacio de La Moncloa una reunión con el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, para presentarle un proyecto para convertir la fortaleza en un Museo de Memoria Democrática. “Salimos muy contentos de la reunión, la verdad, y, sin embargo, ahora nos hemos llevado este disgusto. No nos lo esperábamos”, señala.

No es la primera vez que se plantea que el castillo de Maqueda ―también conocido como Castillo de la Vela― sea un recinto museístico. En 2001, el entonces Gobierno de José María Aznar inició los trabajos de remodelación de la fortaleza para convertirlo en la sede del archivo histórico de la Guardia Civil. Tras la victoria del PSOE en las elecciones de 2004, el plan cambió y se hizo más ambicioso. El nuevo director general del instituto armado, el general Carlos Gómez Arruche, planteó que, además de acoger archivo, también fuera el museo del cuerpo, y acogiera los abundantes fondos históricos de la institución. Estos se mostraban entonces (y aún se hace) de manera precaria en tan solo 350 metros cuadrados de la sede de la Dirección General, en la calle de Guzmán el Bueno, de Madrid, y con el proyecto se pretendía dar un espacio más acorde a su valor histórico.

Con ese objetivo se encargó el proyecto al equipo de arquitectos de Estudio de Dos y se iniciaron los trabajos para construir dentro del perímetro marcado por las históricas murallas un moderno edificio de tres plantas y un sótano con una superficie construida de 3.523 metros cuadrados para acoger el museo. Las obras se terminaron ―según reconoció el Gobierno, en 2017 se gastaron 7,3 millones en adecentar el inmueble y 93.513 euros más en gastos corrientes― e, incluso, se llegaron a colocar algunos paneles y vitrinas, pero nunca llegaron las piezas que debían componen la exposición. La crisis económica frustró los planes y, en julio de 2013, el Ejecutivo de Mariano Rajoy incluyó el castillo de Maqueda en la relación de 15.135 activos inmobiliarios que puso en venta para recaudar fondos.

Desde entonces lo ha sacado sin éxito a subasta pública en siete ocasiones. La del próximo septiembre será la octava. En la primera ocasión, en septiembre de 2014, Interior aspiraba a ganar dinero con la venta del castillo y le puso un precio de salida de 9,58 millones, más de dos millones por encima del coste de la obra. Además de la construcción, el ministerio esperaba que los inversores se vieran atraídos por la circunstancia de que la parcela tenía y tiene uso residencial, comercial, público o semipúblico, hotelero o espectáculos, según la normativa municipal, y, por tanto, susceptible de convertirse en apartamentos. Sin embargo, nadie pujó por el edificio, en parte porque el proyecto de reforma se diseñó tan al milímetro para acoger un archivo y un museo que adaptarlo a otro fin supone un gasto elevado añadido.

En la segunda subasta, en octubre de 2015, Interior ya se conformaba con no perder o perder lo mínimo y lo sacó por 7,47 millones como precio de salida (con la opción de bajar hasta 6,73 en segunda subasta). Pero tampoco lo vendió. Once meses después, en septiembre de 2016, lo intentó de nuevo a un precio sensiblemente inferior: 5,9 millones como precio de salida y 5,37 en segunda subasta. Desde entonces el precio ha seguido descendiendo en las sucesivas subasta hasta que en la última celebrada hasta ahora, de marzo del año pasado, planteó un precio inicial de 2,76 millones de euros, que en la segunda subasta bajaba a 2,35 millones. Tampoco nadie se mostró interesado

En este octavo intento de desprenderse de la fortaleza, Interior ha subido el precio hasta los 3,25 millones, en una subasta en la que también salen a la venta otros cuatro inmuebles del ministerio: el antiguo edificio de la Aduana en Valencia de Alcántara (Cáceres), por 73.993 euros; una parcela del acuartelamiento de la Guardia Civil en Villanueva de los Castillejos (Huelva) por 44.718 euros; la antigua casa cuartel del instituto armado en As Nogais (Lugo), por tan solo 1.697 euros; y la antigua Comisaría de la Policía Nacional en Zaragoza, por 341.939 euros. Ninguno tan valioso ni con tanta historia como el castillo de los tricornios.