Muere ‘Maruxa’, la matriarca del clan de narcotraficantes ‘Monchines’ de Valladolid
La anciana, de 90 años, fue condenada a cuatro de prisión cuando tenía 73 años por la venta de droga
La matriarca del clan de narcotraficantes vallisoletano Monchines, María Larralde Valdés, de apodo Maruxa o La Abuela, ha muerto este miércoles en Valladolid a los 90 años. La anciana se hizo un nombre en el tráfico de drogas de la ciudad como impulsora de un grupo de narcotraficantes que se hicieron con el control del mercado ilícito a finales de los años 80 hasta su desmantelamiento en 2008, aunque muchos de sus antaño componentes siguen moviendo droga. Larralde fue condenada a cuatro años de prisión en 2009, cuando tenía 73, por la Audiencia Provincial de Valladolid a causa de sus delitos contra la salud pública con la venta de estupefacientes.
El historial delictivo de la fallecida se caracterizó por décadas de implicación con el menudeo de narcóticos en el barrio vallisoletano de Pajarillos y en particular por la actividad del clan conocido como Monchines en la barriada de La Esperanza, que se convirtió durante los años 90 en el principal foco de compraventa de drogas en el noroeste de España. Larralde y su marido, Enrique, tuvieron 10 hijos y la mayoría de la prole se dedicó a la misma actividad ilícita que sus progenitores, entre ellos los también muertos Manuel, Miguel y Salvador, de apodo Lolo, Monchín y Salvador. Incluso los nietos de la matriarca han seguido con el narcotráfico, pues estos días ha sido condenado a seis años de prisión uno de ellos por tales delitos. Larralde y su entorno familiar coparon la venta de cocaína y heroína durante años en Valladolid, aunque en los últimos años había dejado de dedicarse a ello y era vista ocasionalmente ejerciendo la mendicidad por el centro de Valladolid, según ha informado Europa Press, con su habitual vestimenta negra.
La mujer nunca se alejó demasiado de los focos a causa de su presencia habitual en los juicios que comprometían a sus hijos o allegados por las actividades ilegales en Pajarillos o La Esperanza. También protagonizó múltiples enfrentamientos con las plataformas sociales de esos barrios que señalaban a los narcotraficantes. El poblado de la Esperanza fue desmantelado, pero Pajarillos sigue siendo uno de los principales puntos de menudeo en Valladolid, pues algunos de los cabecillas de los clanes de venta de droga se instalaron en esas casas. Allí residía precisamente la fallecida, en uno de los modestos pisos de este barrio de escaso nivel socioeconómico.
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