Narcos turcos y gallegos crearon en Valladolid un laboratorio de heroína
Uno de los nueve detenidos es una sobrina del patriarca del clan de los Charlines La policía se ha incautado de 20 kilos de heroína
Yolanda Charlín pertenece a la segunda generación del famoso clan familiar que surgió hace más de tres décadas en Vilanova de Arousa. Superados ya los 50 años, la primogénita de uno de los tres jefes del grupo ha vivido desde su más tierna infancia rodeada de los mejores maestros de todas las formas de delincuencia posibles: contrabando de tabaco, tráfico de hachís, cocaína, heroína y ajustes de cuentas.
Casada con el narco Daniel Baúlo (uno de los hijos del jefe de transportistas del clan que fue asesinado a tiros cuando confesó parte de los cargamentos que había traído a Galicia), la detención de Yolanda Charlín, que por la tarde quedó libre con fianza de 30.000 euros, coincide con la salida de la cárcel de todos sus parientes, pese a las cuentas pendientes que todavía tienen con la justicia. La última, su famosa prima Josefa, hace ahora un año.
La sobrina aventajada del patriarca Manuel Charlín (que vive en su antigua casa de Vilanova tras 20 años entre rejas), ya había estado en prisión por narcotráfico y esta ha sido su segunda detención en Valladolid relacionada con la heroína. Un negocio inusual entre los grandes capos gallegos pero conocido para Los Charlines desde hace ya unos años, cuando estuvo presuntamente liderado por José Benito, el pequeño de los jefes, ya fallecido.
La conexión entre traficantes turcos y gallegos, desvelada ahora por la policía, tras descubrir un laboratorio de heroína en un chalé de la localidad vallisoletana de Fuensaldaña, tampoco es algo nuevo en el historial de la Charlín. En 1995, el asesinato a tiros en un ajuste de cuentas de la narcotraficante coruñesa, Isabel Espiñeira, puso a Yolanda Charlín en el foco de una importante organización. Espiñeira, estaba relacionada sentimentalmente con un miembro de la mafia turca de la heroína, principal sospechoso del crimen, y era amiga íntima de la joven Charlín.
La operación en la que ahora cayó Yolanda y otras cinco personas, entre ellas su actual marido, de nacionalidad hondureña, es de esas que aspira a dirigir cualquier agente antidroga para ser ascendido. Se trata del primer laboratorio de heroína de España y posiblemente de Europa, interceptado cuando comenzaba a funcionar, según la policía.
El presunto plan de la gallega y sus socios turcos era distribuir el estupefaciente desde Cambados; un clásico entre los principales centros de distribución de cocaína y famosa cuna de narcotraficantes. La Policía intervino 20 kilos de heroína, otros tantos de morfina y 75 de precursores que estaban preparados para tejer desde la ría de Arousa una nueva red de distribución.
Los socios de Charlín eran experimentados traficantes que compraban el opio en Afganistán, transformado previamente en morfina. El “cocinero” del grupo es de nacionalidad turca. Tal vez por sus conocimientos del medio, Yolanda buscó un enclave ideal para fabricar el mortal estupefaciente; un pequeño municipio a unos seis kilómetros de Valladolid de apenas 1.500 habitantes, parecido al que Benavente (Zamora) había sido para almacenar y distribuir la cocaína del clan en los años noventa.
Aunque el consumo de heroína cayó drásticamente hasta situarse en mínimos históricos en España, y sobre todo en Galicia, el grupo tenía la infraestructura necesaria preparada para montar un gran negocio y dar la vuelta a las estadísticas. El director general de la policía, Ignacio Cosidó, dijo que con esta operación “se ha impedido una recuperación del tráfico y consumo de esta droga en España”. La heroína cocinada en el chalé fue interceptada en un vehículo cuando iba a ser trasladada a Cambados por el grupo de vendedores que trabajaba para Charlín, entre ellos su marido. Con todos los preparativos de una gran organización, el proyecto se quedó por el camino.
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