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Sánchez tiende la mano a Trump pero defiende un orden internacional contrapuesto al del nuevo inquilino de la Casa Blanca

El Rey defiende ante los 130 embajadores españoles “un mundo definido por el derecho, no por la ley del más fuerte”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a los embajadores españoles este martes en el Ministerio de Exteriores en Madrid.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a los embajadores españoles este martes en el Ministerio de Exteriores en Madrid. Javier Lizón (EFE)
Miguel González

A solo seis días de la toma de posesión de Donald Trump, Pedro Sánchez ha apostado este martes por “seguir profundizando y afianzando la relación estratégica” con Estados Unidos, al que ha calificado de “aliado imprescindible”. Ha sido la única referencia expresa que ha hecho al nuevo inquilino de la Casa Blanca ante los 130 embajadores de España en todo el mundo, reunidos durante dos días en Madrid, pero su discurso ha estado cuajado de alusiones implícitas a los exabruptos del presidente electo y ha defendido un orden internacional contrapuesto al que este representa.

Así, ha lamentado que se hable “sin tapujos de rediseñar fronteras, interferir en procesos democráticos o renombrar mapas”; en alusión a la injerencia del multimillonario Elon Musk en la campaña electoral alemana o las amenazas de Trump para hacerse con la soberanía de Groenlandia o rebautizar el golfo de México como golfo de América. Y ha advertido que el sistema multilateral en materia de comercio y finanzas está siendo “abiertamente torpedeado por economías hasta ahora abiertas que se han beneficiado de él”, en referencia a los aranceles anunciados por el futuro mandatario. “Quiero ser muy claro y firme en este momento complejo e incierto: aunque el viento sople en contra y con particular virulencia, no vamos a renunciar a nuestros principio. Al contrario”, ha dicho.

También el Rey, en el discurso con el que ha clausurado la conferencia de embajadores, ha hecho una defensa cerrada del multilateralismo como “la mejor salvaguardia para no tropezar en las mismas piedras de la historia; para defender un mundo definido por el derecho, no por la ley del más fuerte”. En referencia al inminente retorno de Trump a la Casa Blanca, ha dicho: “La nueva etapa política que en breve se abrirá en Washington debemos encararla con el ánimo de ahondar en esta relación, sobre la base de una agenda positiva en materia de prosperidad y seguridad, aportando nuestra sensibilidad histórica y cultural y nuestra visión del hemisferio americano”.

Sánchez, por su parte, ha denunciado la “erosión creciente del derecho internacional” en un mundo en el que “la impunidad se abre paso” y los crímenes se cometen a la vista “de una comunidad internacional anestesiada ante ellos” e impotente para frenarlos. También ha avisado del “cuestionamiento frontal de la democracia” en muchos países del mundo, con “graves injerencias en procesos electorales” en Georgia, Rumania o Moldavia; y “elecciones fake con las que regímenes autoritarios han intentado blanquear su desprecio a las libertades ignorando la voluntad popular expresada en las urnas”, en alusión implícita a Venezuela. También ha alertado del avance de una ultraderecha dispuesta a frenar el proyecto europeo y apoyada por “la internacional reaccionaria”, parafraseando al presidente francés Emmanuel Macron.

Tras subrayar que el debilitamiento del orden internacional “no augura nada bueno”, Sánchez ha apostado por una vuelta al multilateralismo; pese a reconocer la necesidad “reformar de raíz sus estructuras”, ante “el riesgo de que quede obsoleto y pierda legitimidad”. “España no se cierra en sí misma, como hacen por desgracia cada vez más países. España lo que hace es abrirse al mundo con decisión, con convicción, con ambición y con voluntad de liderazgo”, ha enfatizado.

El presidente ha sacado pecho del “momento económico absolutamente extraordinario” que atraviesa España, en comparación con otras economías europeas, y ha instado a los embajadores a vender estos éxitos en el extranjero, “sin complejo y sin ningún tipo de rubor”. También les ha invitado a utilizar como “carta de presentación” en los países donde están destinados “el triunfo colectivo que supuso el tránsito de la dictadura a la democracia en el año en el que se conmemoran los 50 años de la muerte de Franco.

Sánchez ha hecho un gesto a los nacionalistas catalanes al subrayar que el reconocimiento de las lenguas cooficiales (catalán, euskera y gallego) en las instituciones europeas “seguirá siendo una de las prioridades” del Gobierno este año. Y ha asegurado que España llama “a la verdad por su nombre, venga de donde venga, sea autoritarismo, xenofobia, imperialismo o genocidio”, aunque ha evitado identificar a los países que lo practican.

Como ejes de acción prioritaria de la política exterior española ha enumerado cuatro: la “apuesta inequívoca” por el proyecto europeo, frente “a enemigos poderosos que la quieren débil y dividida”; el compromiso con una economía abierta; el fortalecimiento de las relaciones bilaterales; y el apoyo al multilateralismo.

“Capítulos oscuros” de la historia

Aunque ha asegurado que Europa debe “despertar” y “afrontar de una vez por todas el desafío de su seguridad” y que España “está plenamente comprometida” con la necesidad de reforzar su industria de seguridad y defensa”, ha enfatizado: “No comparto ni voy a alentar jamás una deriva militarista que aboque a una nueva carrera armamentista”. Para concluir ha destacado que, “frente a la tentación autárquica y el cierre de fronteras, España va a seguir apostando por la apertura: por una economía abierta y una gestión inteligente de las migraciones para seguir creciendo”.

En sintonía con el discurso del presidente, Felipe VI ha reafirmado, en el 80 aniversario de la fundación de la ONU, que se conmemora este año, el “compromiso [de España] con un sistema multilateral eficaz e integrador”, lo que incluye “su reforma y actualización allá donde sea necesario”. En el vasto panorama de la política exterior, ha hecho una mención especial a Marruecos, “donde debemos continuar trabajando con el espíritu de amistad y cooperación que gobierna nuestras relaciones de vecindad”, y ha lanzado un guiño a gobiernos como el mexicano, que le reclamaban que pidiera perdón por los desmanes de la conquista de América, al decir que España es “una país orgulloso de su historia, sin negar sus capítulos oscuros”.

El Rey se ha dirigido a los embajadores, “como servidores públicos”, para recordarles que la democracia no es solo una conquista histórica, sino el fruto de una tarea cotidiana que atañe a gobernantes y ciudadanos e incluye el “acatamiento de sus normas y respeto a sus valores y equilibrios, como la tolerancia, el pluralismo, la separación de poderes, la transparencia y la rendición de cuentas”. Entre los desafíos que afronta la comunidad internacional, ha citado las guerras, la emergencia climática o la pobreza, pero también “la desinformación, muchas veces de difícil corrección, o el cuestionamiento de la democracia como forma de gobierno, incluso donde parecía fuertemente arraigada”.


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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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