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Lambán: “Es una anomalía que un ministro encabece la oposición a un presidente autonómico”

El expresidente regional rechaza la posibilidad de que Pilar Alegría le suceda en su federación y opina que los socios “desnaturalizan” las políticas socialdemócratas del Gobierno

Javier Lambán, el pasado viernes en Zaragoza.
Javier Lambán, el pasado viernes en Zaragoza.Rocío Badiola
José Marcos

Javier Lambán (Ejea de los Caballeros, Zaragoza; 67 años) es junto a Emiliano García-Page el barón del PSOE más veterano. Secretario general desde 2012, el expresidente de Aragón no se presentará a la reelección y apura sus últimas semanas con el mismo tono crítico con Pedro Sánchez por los pactos con nacionalistas e independentistas. Y resistiéndose a designar en público a su relevo, aunque deja entrever que no le gustaría que fuese Pilar Alegría.

Pregunta. ¿Tiene una preferencia para sucederlo al frente del PSOE de Aragón?

Respuesta. Me he propuesto intervenir lo menos posible, pero creo que es una anomalía institucional que un ministro encabece la oposición a un presidente autonómico. La compatibilización de esas dos funciones hace 30 años nos hubiera parecido inimaginable. Ahora mismo un ministro no es el mejor cartel electoral y me parece difícil no llegar a la conclusión de que lo que realmente se pretende con este desembarco masivo de ministros en las comunidades autónomas es el control orgánico. Yo he apostado siempre por que los liderazgos locales y autonómicos surjan del propio territorio sin intromisiones de la dirección nacional del partido. En Aragón nadie ha llegado a la secretaría general por imposición ni proveniente de Ferraz ni de La Moncloa.

P. Pero en las primarias votan las bases del partido y en Madrid, por ejemplo, no se ha presentado una candidatura alternativa a Óscar López.

R. De entrada, competir contra alguien enviado por los todopoderosos dirigentes de Madrid no es fácil. Hablo en general, ya le digo que no quiero particularizar y quiero inmiscuirme lo menos posible en el proceso en Aragón, pero sí hago esa reflexión general. Jamás en el PSOE se había producido una esta especie de bicefalia entre ser ministro y, a la vez, ser opositor a un presidente autonómico. Hay algunas incompatibilidades de tipo político bastante claras. Un ministro tiene que gobernar y tiene que gestionar para todos los españoles y compatibilizar eso con ejercer la oposición a un presidente autonómico me parece francamente anómalo.

P. Juan Antonio Sánchez Quero, presidente de Diputación de Zaragoza y dirigente de la provincia con más de la mitad de militantes, dice que usted le ha pedido que se presente.

R. Un secretario general saliente tiene la obligación, al menos desde el punto de vista formal, explícito y público, de no apoyar ninguna candidatura. No quiero entrar en este tipo de pormenores, no voy a pronunciar ni un solo nombre, no voy a publicar mis preferencias y me voy a mantener razonablemente al margen. Deseo que el resultado final sea el mejor de los posibles para el PSOE y el que más facilite la tarea para recuperar el Gobierno de Aragón en 2027.

P. Alegría fue secretaria de organización del PSOE y consejera de universidades con usted.

R. En Aragón, que somos pocos, es difícil que uno sea capaz de mantener absolutamente para sí mismo las opiniones y sus maneras de ver las cosas. Yo creo que todo el mundo es perfectamente consciente de cuáles son mis preferencias, de qué juicio me merecen los distintos responsables políticos del partido, pero una cosa es eso y otra es la formalización de las opiniones y de las preferencias que uno pueda tener. Y yo voy a procurar por todos los medios no formalizar ninguna.

P. Alegría ganó en las elecciones municipales de 2019 al Ayuntamiento de Zaragoza a Jorge Azcón, que desde 2023 preside la Comunidad. No fue alcaldesa porque Albert Rivera no aprobó el acuerdo al que los concejales de Ciudadanos estaban dispuestos.

R. Este tipo de argumentos sirven de poco al electorado. Eso lo podría decir Alberto Núñez Feijóo de Pedro Sánchez.

P. Su predecesor, Marcelino Iglesias, critica que se está actuando con cainismo contra Alegría y ha afirmado que, puestos a elegir entre halcones y palomas, la ministra sería una paloma porque está dispuesta a tender puentes para buscar acuerdos en la federación.

R. No conozco esas declaraciones, pero veo poético a Marcelino a estas alturas de su vida.

P. Usted dice que no se quiere inmiscuir pero le ha pedido al PSOE de Zaragoza y Teruel que se decidan pronto por un candidato. ¿Considera que esa alianza es la única que puede garantizar la paz interna?

R. En 2017 la provincia de Huesca me planteó unas primarias con el apoyo de Ferraz, siendo yo el presidente de Aragón, y tras ganarlas hice una ejecutiva que entró en igualdad de condiciones, hicimos un reparto según el número de afiliados de cada una de las tres provincias y Huesca tuvo lo que le correspondía y además en sitios preeminentes, o sea que siempre he intentado integrar. Dicho esto, yo he tenido estabilidad orgánica e institucional por el apoyo de las federaciones de Zaragoza y Teruel y creo que sería una buena fórmula en el futuro, aunque desde luego sería muy deseable que en el siguiente congreso [autonómico] se zanjaran las diferencias que han existido con Huesca y el partido se presentara ante la sociedad desde posiciones compartidas y aglutinantes de todas las sensibilidades y de todos los territorios.

P. ¿Será un congreso autonómico a la gresca, como ha dicho Sánchez Quero, o servirá para revitalizar al PSOE de Aragón, como pronostica Alegría?

R. Puede ser de gresca y a la vez para revitalizar, las dos posibilidades caben perfectamente en distintas fases. Ojalá que haya un proceso de integración absoluta. Huesca, si el problema era yo, ya lo tiene resuelto porque yo me voy.

P. ¿No debería haber acudido al Congreso Federal de Sevilla a defender las posiciones de su federación?

R. Sé lo que tenía que hacer, estoy en un proceso de desenganche de la actividad ciudadana y entendí que no debía encabezar la delegación. A partir de ahora el futuro del PSOE de Aragón se tiene que ir escribiendo prescindiendo de lo que a mí me guste o me deje de gustar. En cuanto al congreso en sí no pasará a la historia de las ideas, fue un congreso típico de un partido que está en el Gobierno, utilizado como caja de resonancia de las políticas del Ejecutivo como de exaltación del líder. El partido siguió en su dinámica de repliegue sobre las posiciones de los militantes y los votantes más adictos y ratificó su renuncia a ser un proyecto de mayoría, que es tanto como renunciar a ganar las elecciones y aspirar a gobernar exclusivamente a base de acuerdos por difíciles y heterogéneos que sean.

Lambán, el pasado viernes en Zaragoza.
Lambán, el pasado viernes en Zaragoza. Rocío Badiola

P. La fragmentación del Congreso la decidieron los ciudadanos en las urnas.

R. Los que votan al PSOE querrían que sacara mayoría absoluta, no le están diciendo con quién tiene que pactar. El PSOE se tendría que plantear en algún momento discutir su política de alianzas y volver a la senda de la socialdemocracia clásica. Los pactos con fuerzas tan heterogéneas hacen prácticamente ingobernable el país. Los socialdemócratas tradicionales somos minoría, sería oportuno que dentro del partido se creara una corriente de opinión que se ajustase a lo que ha sido tradicionalmente la socialdemocracia.

P. ¿Piensa que el PSOE no es socialdemócrata?

R. Yo no digo que muchos compañeros de la dirección no sean socialdemócratas o que el PSOE renuncie a hacer políticas socialdemócratas, lo que ocurre es que tiene unos socios que lo desnaturalizan. Nuestras alianzas y nuestros aliados nos impiden serlo, lo estamos viendo con la política fiscal. La praxis, las decisiones, cómo se gobierna, está tan contaminado por los socios que al final la socialdemocracia clásica se ve eliminada o muy difuminada. El PSOE debe poner pie en pared, tener autonomía estratégica y recuperar la vocación de mayorías que siempre tuvo.

P. En julio de 2023 la reacción del voto progresista le dio al PSOE un millón más de votos respecto a las generales de 2019.

R. Carlos Mazón viene a ser una especie de cisne negro de Feijóo, los pactos del PP y Vox en las autonomías antes de las generales fueron la causa del resultado que tuvo muy por debajo de lo esperado. El PP y el PSOE tenemos el problema de la desnaturalización como consecuencia de la creciente influencia de los populismos de izquierda y derecha y de los independentistas.

P. El PP celebró su última convención ideológica en 2017.

R. El PSOE hace los congresos como los hace, pero por lo menos los hace. El PP no hace congresos, me parece también alucinante que un partido se salten sus propios estatutos. Arrastra complejos no superados e incapacidades como su aversión absoluta a las reformas. La consecuencia es que el PP no tiene resuelta su relación con Vox, que es un partido absolutamente tóxico para la democracia, y que está condicionando y determinando mucho al PP. Es verdad que en España todavía podemos respirar medianamente tranquilos porque todavía el partido conservador está en el 30% y la extrema derecha en el 10% a diferencia de lo que ocurre en países como Francia, pero cuando las barbas de tu vecino veas mojar, pon las tuyas a remojar.

P. ¿Esperaba más de Feijóo?

R. Le traté mucho como presidente autonómico y tengo una buena opinión de él desde el punto de vista personal, pero creo que anda despistado. El PP anda instalado en un profundo despiste que despista incluso a su propio electorado. Para la ciudadanía es un proyecto bastante difícil de identificar.

P. ¿Está a favor de la condonación de deuda que el Gobierno propuso en la Conferencia de Presidentes?

R. Esa condonación tendría que ser justa y no otra dádiva más a los independentistas. Ha habido comunidades que han tenido que recurrir más al FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) tras ser manirrotas y otras que nos hemos podido financiar en los mercados. Aragón no tiene mucha deuda con el FLA, tiene casi toda su deuda con los mercados. Que tengamos que estar pagando los excesos e irresponsabilidad de Cataluña es indignante.

P. Pero se podrían beneficiar otras autonomías como la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia o Castilla-La Mancha.

R. La condonación de la deuda no resuelve la financiación ni resuelve en modo alguno el problema que podría generarse en caso de salir adelante el concierto pactado por Esquerra y el PSC.

P. ¿Ha hablado con Salvador Illa sobre la financiación singular?

R. No. Salvador es un hombre sensato, sosegado, que ha dado tranquilidad y normalidad a la política catalana y la ha sacado del terreno del exabrupto en la que la tenían inmersa los independentistas. Pero la literalidad de lo que dice el pacto entre ERC y el PSC habla de la recaudación del 100% de los impuestos y de dar pasos irreversibles hacia la soberanía fiscal.

P. El Congreso Federal del PSOE se cerró con un acuerdo sobre financiación.

R. Es verdad que lo que salió del congreso es mejor que lo que entró. Los que defendemos la multilateralidad podemos decir que eso es lo que se aprobó en Sevilla y los que son partidarios de la bilateralidad dirán que eso lo dijimos también en Sevilla. Fue una manera de salvar una cuestión tan ambigua y evanescente que de modo alguno evitará el conflicto cuando se produzca. A ver qué sucede cuando ERC y Junts hagan sus exigencias. Como decimos en mi tierra, con un sombrero no se pueden tapar dos cabezas.

P. ¿Cree que habrá Presupuestos?

R. Parece ser que sí, yo es que con La Moncloa no hablo nunca, la última vez que lo hice con Sánchez fue en el mitin de la campaña de las autonómicas de mayo de 2023.

P. Si hay Presupuestos, ¿el Gobierno se tendría que plantar con Junts?

R. Si hace 30 años nos dicen que íbamos a pactar un gobierno con un prófugo de la justicia hubiéramos pensado que nos acabábamos de tomar ácido lisérgico (LSD).

P. ¿Seguirá siendo senador por designación autonómica cuando deje de ser secretario general?

R. Pondré mi cargo a disposición de la comisión ejecutiva regional y lo razonable es que designe a otro compañero. Soy senador pero no se lo debo a Ferraz ni a La Moncloa, se lo debo a las Cortes de Aragón.

P. ¿Teme que se puede consolidar Azcón? Salvo el último año y medio, en lo que va de siglo, el PP solo gobernó una legislatura (2011-2015) entre el mandato de Marcelino Iglesias y el suyo.

R. En 2023 perdimos casi todo el poder autonómico y municipal en España por incidencia directa de las políticas nacionales, sobre todo en relación con las territoriales y las relacionadas con Cataluña. Azcon tiene dos vientos de cola fundamentales: la herencia en materia de inversiones que nosotros le dejamos y la utilización que el PP hace de la política nacional. Lo que le sucede a Azcón es que se le atraganta la gestión de los servicios públicos y confía demasiado en su buena estrella. Azcón está recogiendo los frutos de lo que nosotros hicimos. No hay un milagro Azcón, hay un milagro Aragón, cuya primera piedra la puso mi Gobierno. Azcón vende que se han invertido 40.000 millones de euros como si hubiera sido cosa suya. Eso no se lo cree nadie. Las inversiones no llegan de una semana para otra. Si pasa es porque el Gobierno anterior hizo un buen trabajo. Desatascamos el desarrollo de las energías renovables, desarrollamos a fondo la logística terrestre y empezamos a abrirle un camino diáfano a las inversiones tecnológicas de Amazon y Microsoft, y dejamos a punto la inversión de Stellantis y la china CATL para construir la mayor planta de baterías eléctricas de España. Nosotros trabajamos desde el año 2017 en ese proyecto. En cuanto el Gobierno ha aprobado el PERTE [para vehículos eléctricos] se ha aprobado, Stellantis ha anunciado la inversión. Sin ningún tipo de presunción ni de falsa vanidad, nuestro trabajo fue fundamental.

Lambán, el pasado viernes en Zaragoza.
Lambán, el pasado viernes en Zaragoza.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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