_
_
_
_

Víctor de Aldama intentó comunicarse con el ‘casero’ de Ábalos al ser detenido por el ‘caso Koldo’

El empresario pidió a la Guardia Civil telefonear a Claudio Rivas, el otro supuesto cabecilla del fraude de los hidrocarburos y que fue arrestado ocho meses después

Claudio Rivas, de caza, en una imagen interceptada por la Guardia Civil.
J. J. Gálvez

Víctor de Aldama, presunto cabecilla del caso Koldo, intentó comunicarse con Claudio Rivas, su supuesto socio en la trama del fraude de hidrocarburos y señalado como casero del exministro socialista José Luis Ábalos, en cuanto fue detenido por primera vez el 20 de febrero por su implicación en la red criminal que anidó en el Ministerio de Transportes. Según las actas levantadas por la Guardia Civil aquella jornada, solo unos minutos después de su arresto a las 08.15, los agentes le ofrecieron contactar por teléfono con un “tercero de su elección” (como se hace habitualmente) y el empresario eligió que, de todas las personas posibles, se llamase a Rivas, que sería detenido ocho meses después por la misma unidad del instituto armado y enviado a prisión por la Audiencia Nacional junto al propio Aldama, capturado entonces por segunda vez —aunque este salió en libertad el jueves con el apoyo de la Fiscalía Anticorrupción—.

Según las actas del instituto armado, apenas unos minutos después de su primer arresto, una de las primeras cosas que se le pasó por la cabeza a Aldama fue comunicarse con Rivas. Dos agentes de la UCO lo dejaron por escrito a las 08.15 de ese 20 de febrero. “En uso de los expresados derechos, el detenido manifiesta su deseo de comunicar telefónicamente con un tercero de su elección, al que identifica como Claudio Rivas”, aunque no “aporta” su número de teléfono, ni una dirección, según expusieron los guardias civiles.

La relación entre Aldama y Rivas ha emergido en las últimas semanas como otra de las claves del caso, así como el rastro que va desde este segundo empresario hasta Ábalos.

El estallido del caso Koldo, cuando se detuvo al expresidente del Zamora CF por primera vez, pilló a muchos por sorpresa. Nada había trascendido a la opinión pública de la investigación que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil llevaba junto al ministerio público y bajo la tutela del juez Ismael Moreno, instructor en la Audiencia Nacional. La causa estaba declarada secreta y las noticias del arresto de Aldama y Koldo García, antiguo asesor de Ábalos, no llegarían a la prensa hasta un día después. A su vez, la existencia de unas pesquisas sobre la presunta trama de hidrocarburos, que provocaría la segunda detención del empresario en octubre junto a Rivas, tampoco había salido a la luz y estas, de hecho, aún permanecen bajo secreto de sumario.

¿Para qué quería comunicarse Aldama con Rivas? Esa pregunta queda en el aire. A las 15.00, la Guardia Civil levanta una segunda acta para reflejar que no se ha podido efectuar esa llamada telefónica entre el expresidente del Zamora y su socio, que debía realizarse en presencia de un funcionario de policía. Los agentes subrayan que les resulta imposible ponerlos en contacto porque no “puede aportar” su número de móvil.

Víctor de Aldama, en el centro, a su salida de prisión el pasado jueves.
Víctor de Aldama, en el centro, a su salida de prisión el pasado jueves. Sergio Pérez (EFE)

Paralelamente, como permite la ley, Aldama pidió ese 20 de febrero que se comunicara su detención y “lugar de custodia” a otra persona distinta, Luis Alberto Escolano, uno de sus cercanos colaboradores, pero tampoco se pudo hablar con él, pese a que sí facilita su número. “No hay comunicación. No responde al teléfono”, explican los agentes en sus actas. Escolano había sido interrogado esa misma mañana por la UCO durante el despliegue policial.

El chalé de La Línea

Dos días después de su arresto el 20 de febrero por el caso Koldo, Aldama fue puesto en libertad por la Audiencia Nacional. Desde entonces, el expresidente del Zamora optó por guardar silencio. Claudio Rivas también paso totalmente inadvertido para la opinión pública durante meses. Pero todo cambió el 7 de octubre, cuando la UCO detuvo a los dos por su implicación en otra presunta red criminal acusada de perpetrar un fraude de hidrocarburos superior a los 182 millones de euros. Tres días después, el juez Santiago Pedraz envió a ambos a la cárcel como presuntos “líderes”. Según el auto de prisión, los dos juntos habían “diseñado” una estructura societaria plagada de “testaferros” para poder presuntamente cometer un fraude con el IVA del combustible.

Además, el mismo día que Pedraz decretó la reclusión de los dos, se conoció el informe de la UCO que puso definitivamente a Ábalos contra las cuerdas y que destacaba, por primera vez, el vínculo que llevaba desde Claudio Rivas hasta el exministro. En ese documento, los analistas de la Guardia Civil mantienen que Claudio Rivas, mediante la empresa Have Got Time SL, compró el chalé de La Línea de la Concepción (Cádiz) que usaba Ábalos. Los investigadores sospechan que Rivas ayudó a Aldama a adquirir esa vivienda en la ciudad gaditana para tejer una buena relación con el dirigente socialista y su asesor Koldo García, con el objetivo de que posibilitaran que Villafuel (empresa vinculada a Rivas e implicada en el fraude de los hidrocarburos) obtuviera el título de “operadora de productos petrolíferos al por mayor”.

Durante su confesión del pasado jueves en la Audiencia Nacional, Aldama aseguró que conoció a Claudio Rivas por unos “temas de inversión e inmobiliarios”. Según su versión, a raíz de ahí extiende su relación a Villafuel, que está a nombre de la hermana de Rivas. ¿Para qué? “Para poder suministrar con el título de operador, [para] poder traer barcos de producto, sobre todo diésel. Y tenemos reuniones con proveedores para poder traer a través de Villafuel esos barcos e introducir ese combustible”, dijo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_