Claves de la declaración de Víctor de Aldama ante el juez: negocios en México, una foto con Sánchez, pagos y regalos

Dos horas dan para mucho. Sobre todo, en la Audiencia Nacional. El empresario Víctor de Aldama, que compareció este jueves ante el juez Ismael Moreno por el caso Koldo, ha provocado un auténtico terremoto jurídico y político con sus acusaciones contra el Gobierno y altos cargos del PSOE. A preguntas de la Fiscalía Anticorrupción y de su defensa, el expresidente del Zamora CF destripó la relación que tejió con el exministro José Luis Ábalos y con su asesor, Koldo García; habló del pago de mordidas de cientos de miles de euros; detalló entregas de efectivo ocultas en sobres... Y mencionó los nombres de muchos otros dirigentes socialistas, a los que señaló: Pedro Sánchez, Nadia Calviño, Teresa Ribera, Ángel Víctor Torres, Santos Cerdán...

Las profusas declaraciones de Aldama, que abordó temas muy diversos, abren ahora un escenario inédito en el sumario. Son muchas las posibles vías a recorrer. Y las partes han comenzado a moverse. De momento, las acusaciones populares han avanzado que van a pedir la imputación de más cargos del Ejecutivo: del propio presidente Sánchez y de varios de sus ministros. Por su parte, el abogado del empresario solicitó su libertad porque ha comenzado a colaborar con la justicia, lo que se aprobó después de que el ministerio público se pronunciase a favor —aunque esa reclamación no se le planteó al juez Ismael Moreno, que lleva el caso Koldo; sino al magistrado Santiago Pedraz, que es quien lo mantenía entre rejas por su presunta implicación en otra red criminal dedicada al fraude de hidrocarburos—. A su vez, el juez Moreno ha acordado enviar el testimonio de Aldama al Tribunal Supremo, que encausó a Ábalos y que tiene capacidad para investigar a otros aforados.

Más allá de ello, tras meses en silencio, las palabras de Aldama han impactado de lleno en el debate político. El PSOE lo acusa de mentir, al igual que Ábalos; mientras Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, se abre a presentar una moción de censura. Estos son los detalles de algunos de los asuntos que el expresidente del Zamora relató al juez este jueves, según varias fuentes jurídicas presentes en su interrogatorio. Se ha ofrecido a acudir también al Supremo a contestar a más preguntas.

El primer contacto. Aldama ha confirmado que su hermano Rubén, que trabajaba como escolta de Ábalos, le presentó a Koldo García. Según su versión, ocurrió en un bar donde estaban juntos tomando café y donde coincidieron con el asesor del ministro de Transportes. “Koldo se acercó a la mesa y le dice: ‘¿Este es tu famoso hermano del que tanto me hablas?”. A continuación, quedaron varias veces y empezaron a estrechar su relación. “Empezamos a hablar de a qué me dedicaba”, ha contado en la Audiencia. Y, según asevera, el colaborador del dirigente socialista le confesó que se les quedaba “grande” el ministerio y que necesitaban ayuda. Ahí entra él, según ha apostillado ante el juez, que ya se puso en contacto con el propio Ábalos.

Negocios en México. El empresario subrayó que Koldo García, detrás del cual estaba Ábalos, le pidió que le “echara una mano” en México, donde iban a licitarse importantes contratos ferroviarios y donde él tenía contactos.

La foto con Sánchez. A raíz de ello, la tesis que ha puesto sobre la mesa es que el PSOE le insistió en que fuera a un acto del partido en 2019 porque Sánchez le quería conocer para darle las gracias por sus gestiones en el país norteamericano. “Me hacen ir”, aseguró ante el juez, antes de referirse a la foto que se ha publicado donde aparecen él y el presidente del Gobierno en la presentación de la candidatura de Pepu Hernández a la Alcaldía de Madrid. Según añadió el empresario, el jefe del Ejecutivo le dijo que le mantenían “informado” de su labor.

El viaje de Delcy Rodríguez. En enero de 2020, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, aterrizó en Barajas pese a que tenía prohibida su entrada en la UE. Aldama sostiene que ese viaje se organizó con un mes de antelación y que la plana mayor del Ejecutivo lo conocía, incluido el presidente. “El Gobierno estaba enterado”. “Todo el mundo sabía que estaba sancionada. Viene porque se le promete que no iba a haber ninguna sorpresa”. De hecho, según afirmó este jueves, se planificó una cena para que la mandataria se viera con Sánchez y varios de sus ministros: como Fernando Grande-Marlaska, Teresa Ribera, Salvador Illa, José Luis Ábalos y María Jesús Montero. Según su declaración, todo lo preparaba Koldo García. Sobre este episodio, Aldama ha añadido que el avión no transportaba maletas con oro: “Es ridículo. Si viene lleno de oro, el avión se cae”.

Los contratos de mascarillas. Cuando estalla la pandemia, Aldama asegura que Ábalos le comentó que se les venía “el mundo encima”. Y el empresario aprovechó la oportunidad. Le indicó que tenía contactos en China y ofreció su ayuda. De esta forma, se introdujo supuestamente en el Ministerio de Transportes a la compañía Soluciones de Gestión, a la que se adjudicaron contratos millonarios de compraventa de material sanitario. Fue la vía de entrada a otras Administraciones, donde replicaban su estrategia gracias a las puertas que supuestamente les abría Koldo García. “Todo el mundo sabía que la llamada que hiciera Koldo estaba respaldada por Ábalos”, ha apostillado el intermediario.

Otros ministros. Aldama repitió ante el juez que sus relaciones se extendían más allá de Transportes y Ábalos. Según su versión, mantenía contacto “personal” con Ángel Víctor Torres, expresidente de Canarias y actual ministro de Política Territorial; se vio en varias ocasiones con Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, para analizar un proyecto sobre la España vaciada; y se reunió con la vicepresidenta Nadia Calviño para el rescate de Air Europa. “Tuve una videoconferencia con [María Jesús] Montero”, señaló.

El chalé para Ábalos. El relato del empresario ha conducido hasta La Línea de la Concepción (Cádiz). La Guardia Civil sospecha que la trama compró allí un chalé para que lo disfrutase el exministro. Aldama ha disparado en la misma dirección. “Koldo y Ábalos para entonces estaban recibiendo cantidades de dinero de mi parte. Y Koldo me dice si hay posibilidad de obtener alguna vivienda en la Costa del Sol para el disfrute y el bienestar de Ábalos y su familia”, contó este jueves. “Koldo me manda como siete enlaces de [la web] Idealista con diferentes casas para ver cuál es la casa”.

Los pagos y regalos. Aldama especificó que entregó cientos de miles de euros a Ábalos y su exasesor. Por las operaciones de mascarillas, 250.000 euros al primero, y 100.000 euros al segundo. Pero, a lo largo de toda su relación, calculó que dio otros 400.000 euros al exdirigente socialista y otros 200.000 euros a su colaborador, además de costearles el pago de viviendas (como la de Jessica R. G., con la que el político tenía una relación “extramatrimonial”) y vehículos. “Ábalos tenía una serie de gastos y con su sueldo no llegaba”. Sin embargo, las acusaciones del empresario fueron más allá y denunció mordidas a otros cargos del PSOE. Según él, Koldo García le pidió 25.000 euros para el jefe de gabinete de la ministra María Jesús Montero, Carlos Moreno; y 50.000 euros para Ángel Víctor Torres. “Yo no soy el Banco de España y ya os estáis pasando”, manifestó Aldama que llegó a decirles a Ábalos y Koldo García ante las intensas reclamaciones de dinero que supuestamente le hacían.

Según su versión, además, le entregó otros 15.000 euros en un sobre a Santos Cerdán, actual secretario de Organización del PSOE. Santos Cerdán lo negó a los pocos minutos de trascender sus palabras. Sánchez también salió a defender a su partido de todas las acusaciones: “Sobre este personaje... Mi Gobierno es un Gobierno limpio, nacido para acabar con la corrupción sistémica de quienes están en la calle Génova, en una sede pagada en negro. Tendrá que ser el señor Aldama quien pruebe esas insinuaciones y acusaciones [...] Todo lo que ha dicho este señor es categóricamente falso”.

Relación con las fuerzas de seguridad. Aldama resaltó sus vínculos con la Guardia Civil. Los investigadores creen que tenía a sueldo a un comandante, Rubén Villalba, que le facilitaba líneas de comunicación seguras para sus tejemanejes. Según varias fuentes jurídicas, el empresario ha confirmado que le entregaba dinero a este mando, pero que era para costear esos teléfonos seguros. Además, según se justificó, la Guardia Civil y la Policía Nacional no tienen medios suficientes para realizar su labor, y él llegó a comprarles hasta un dron. “Tengo una medalla que me ha dado [la unidad antiterrorista] por méritos que he hecho de antiterrorismo. Igual que tengo relación con la CIA y el FBI”.