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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El Gobierno tirará de recursos del Estado para seducir a los líderes territoriales

El Ejecutivo separa la quita de las deudas de las autonomías de la negociación del cambio de modelo y cuenta con que los presidentes del PP escucharán

Hacienda
La vicepresidenta primera y Ministra de Hacienda y de Función Pública, María Jesús Montero.Javier Lizón (EFE)
Anabel Díez

El proceso de diálogo y seducción del Gobierno con las comunidades autónomas, mayoritariamente gobernadas por el PP, está en marcha, sin garantía de éxito. Si solo se tratara de números, de dinero, las dificultades serían las habituales para cuadrar las ofertas y las demandas. Con la entrega de cantidades a cuenta, año tras año, de los 10 que el sistema lleva caducado, el modelo se ha mantenido activo. En 2024 hay dinero para ofrecer y satisfacer necesidades perentorias en mayor grado que en años anteriores. La imposibilidad política del PP de hacer abstracción de que el Gobierno central de Pedro Sánchez se ha comprometido con Cataluña a dotarle de una financiación singular pesa como una losa sobre la actitud de los presidentes autonómicos para facilitar esa negociación.

Los pasos, no obstante, se darán. El Gobierno, y en primera línea, su presidente, Pedro Sánchez, tienen que conseguir que los presidentes autonómicos acudan a la cita, uno a uno, a la que están siendo convocados, y le den la oportunidad de escucharle. La instrucción de la dirección nacional del PP, y su líder, Alberto Núñez Feijóo, es la de que no se dejen embaucar o “sobornar”, en expresión de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Poco a poco, los presidentes de las comunidades del PP están dando a entender que sí irán a La Moncloa, con el añadido de que serán muy exigentes en reclamar lo que se les debe desde el ejecutivo central.

Esas reuniones bilaterales serán el comienzo del proyecto por antonomasia de Pedro Sánchez y su gobierno, un año después de las elecciones generales y con la expectativa reiterada, e imposible de verificar, de que se agotarán los tres años restantes de legislatura.

Las ofertas serán sustanciosas, no serán humo, en el proyecto están todos los ministros, aunque es la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a quien corresponde llevar el peso de la ingente tarea de los ajustes económicos. El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia, Félix Bolaños, sostiene el peso de la coordinación de todo el Gabinete y la interlocución con los grupos nacionalistas. El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, la mantiene con Junts y el expresidente catalán, Carles Puigdemont. A pesar de los desencuentros, el hilo no se ha roto.

El tren de los Presupuestos y de la financiación autonómica es el mismo, según el plan inicial, pero si la oposición en el Parlamento y en las comunidades autónomas lo rechaza, los objetivos tratarán de alcanzarse por caminos separados. Sin presupuestos y sin un acuerdo para modificar el modelo de financiación autonómica, un escenario en absoluto descartable, habrá dinero, pero en base a prórrogas, en el caso de los Presupuestos, y de pactos bilaterales con las comunidades. En el Gobierno se considera fuera de la realidad, además de falsa e impostada, la supuesta negativa de las comunidades autónomas a discutir cara a cara con el gobierno sobre sus demandas y sus peticiones. No hay forma de entenderse, antes de llegar a las reuniones conjuntas del Consejo de Política Fiscal y Financiera, si previamente no se discuten las necesidades propias de cada región y nacionalidad. Los presidentes autonómicos del PP se han comprometido entre ellos y con el líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, a no discutir de su financiación para mostrar el rechazo a que Sánchez lo haga con Cataluña.

La quita de la deuda de cada una de ellas con el gobierno central es otro capítulo, ajeno a la financiación y será una negociación diferente, indican fuentes gubernamentales. Este perdón es rechazado como declaración de principios del PP porque forma parte del intento de atracción de Sánchez a los presidentes autonómicos. En el gobierno prefieren no hacer cábalas sobre si prevalecerá el no a todo o los presidentes del PP sostendrán su rechazo al pacto con Cataluña, pero aceptarán negociar los intereses de su comunidad. Que les escuchen, es lo que el gobierno les va a pedir: “Tenemos un buen acuerdo de financiación para Cataluña, la tarea es tenerlo para España”. Este afán que ha expresado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en una entrevista este domingo con EL PAÍS, es el mayor reto del gobierno, que no contaba con el agravamiento de la crisis con Venezuela y que continuara como asunto, al menos por un tiempo, de la agenda nacional.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
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