La singularidad de las 17
Mientras los técnicos trabajan, el presidente empezará su trabajo político en “las próximas semanas”. Uno a uno, convocará en La Moncloa a los presidentes autonómicos, a todos, once de ellos del PP
La tranquila exposición del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de sus prioridades de comienzo de curso, contrastaba con la obligada tensión y estado de alerta en las que se desenvolvía la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. El primero, en el Instituto Cervantes, con un público invitado, no afín, o no del todo, salvo los miembros del Gobierno y de su partido; la ministra de Hacienda, en el Senado, donde el PP la esperaba a cara de perro y los independentistas con la desconfianza, en el mejor de los casos, expresada desde el saludo. La financiación autonómica, la general y la específica para Cataluña, era el asunto central de Montero, convocada por el PP sin posibilidad de negativa ante su mayoría reglamentaria, y un tema muy destacado en la intervención de Sánchez; aunque llevó otros cinco asuntos, o epígrafes, a desarrollar. A Montero le pidieron explicaciones y detalles que no ofreció, salvo para proclamar con ahínco que la igualdad de los españoles no está en peligro. Se cumplirá la Constitución y se respetará el acuerdo con ERC consistente en que Cataluña tenga una financiación singular. Hay para todos, aseguraron el presidente y la vicepresidenta primera, porque la singularidad es posible para cada comunidad autónoma. Por tanto, 17 “singularidades” más las ya específicas, y dependientes al cien por cien de la Administración central, de Ceuta y Melilla. La singularidad real es un hecho, dadas las diferencias abismales, en necesidades y características, entre todas ellas.
La manta legal cubre a todas las comunidades autónomas, con la exclusión del País Vasco y Navarra que ya tienen su propio espacio y solo avisan de que ellos no están en la pelea y no quieren que les afecte. Lo suyo es constitucional, foral e histórico.
Uno a uno convocará en Moncloa a los presidentes autonómicos, a todos, once de ellos del PP. Algunos hace meses que cursaron la petición de ser recibidos por el jefe del Gobierno. Esas entrevistas serán el comienzo del proceso clásico de levantar el entramado de financiación autonómica ―el último caducó hace un decenio― en el que necesariamente se empieza de manera bilateral. Ningún presidente autonómico se ha negado en la historia democrática de España a participar en el mismo, para concluir, después de la discusión bilateral, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Esta iniciativa no ha hecho sino añadir más capas de distancia con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ya tenía fijada una reunión con sus presidentes para este viernes. Se trata de mantener la unidad de acción frente a las ofertas del Gobierno que, además, serán muy tentadoras. Esa llamada individual a Moncloa, es un contratiempo político. Los presidentes del PP, según el criterio de su jefe de filas nacionales, deben resistir los cantos de sirena, traducidos en millones de euros para cada comunidad. O, al menos, si aceptan el dinero, no deben olvidar denunciar a Sánchez.
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