Menorca pedirá la declaración de zona catastrófica por los destrozos provocados por la dana

Tras 48 horas marcadas por las fuertes lluvias y vientos provocados por la dana (depresión aislada en niveles altos), Baleares recupera este viernes poco a poco la normalidad. El episodio, que comenzó el miércoles, ha provocado decenas de retrasos y cancelaciones en vuelos, inundaciones y destrozos. Menorca vivió ayer horas de máxima tensión hasta entrada la noche, cuando 16 personas fueron desalojadas con helicóptero por la Guardia Civil en zonas aisladas del interior de la isla. El municipio de Es Mercadal, ubicado en torno a un torrente, sufrió la peor parte tras un desborde que inundó bajos, arrastró coches y destrozó mobiliario urbano, lo que ha llevado al Consell a solicitar la declaración de zona catastrófica al Consejo de Ministros.

En paralelo, en Mallorca, el aeropuerto de Palma se ha despertado con decenas de pasajeros durmiendo en las terminales tras las cancelaciones y retrasos de ayer. El gestor aeroportuario Enaire ha asegurado a través de un comunicado este viernes que el tráfico aéreo se recuperará “progresivamente”, aunque admite que estará condicionado todavía por “las medidas de gestión de afluencia necesarias para garantizar la seguridad de todas las operaciones”.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha visitado Menorca esta mañana y ha dejado abierta la posibilidad de que se acceda a la solicitud de zona catastrófica, aunque ha incidido en que primero se deberán evaluar los daños. “Ahora toca una parte que es delicada, compleja, que hay que hacer bien”, ha dicho la ministra en unas declaraciones recogidas por la agencia Efe. El presidente del Consell, Adolfo Villafranca, ha anunciado que se está trabajando en la elaboración de un inventario de daños y en constituir fondos propios para ayudar a restituir los problemas causados en los municipios afectados.

El municipio que se llevó la peor parte fue Es Mercadal, donde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima una cifra de precipitaciones acumuladas de 204,4 litros por metro cuadrado, la cifra más alta desde que existen registros. Las imágenes compartidas por vecinos del torrente totalmente desbordado arrastrando coches e inundando casas dispararon la tensión de los servicios de emergencia y toda la comunidad. Sobrevoló el recuerdo trágico de 2018, cuando otra gran tormenta hizo desbordar el torrente de la localidad mallorquina de Sant Llorenç des Cardassar y que provocó el fallecimiento de una docena de personas. “Estamos vivos, es lo único que podemos decir”, relataba esta mañana una vecina a la televisión pública IB3.

Con todo, no se lamentaron heridos pese a las complicadas maniobras de los servicios de emergencias que se sucedieron a lo largo del día, como la evacuación de 31 personas de una residencia desalojadas por riesgo de derrumbe. Una familia que se había quedado atrapada en su vehículo debido a las corrientes de agua también fue rescatada. Los expertos alertan desde hace años los peligros que corren las edificaciones construidas en torno a torrentes y ríos, un riesgo que se incrementa por el cambio climático, que propicia el aumento de lluvias torrenciales en el Mediterráneo.

Los aeropuertos recuperan la normalidad

El retraso y la cancelación de los vuelos provocó que cientos de pasajeros pasasen la noche del jueves en el aeropuerto de Palma, donde Aena activó su comité de crisis para mantener la oferta de restaurantes y servicios durante toda la noche. El tráfico aéreo ha ido recuperando la normalidad este viernes, aunque las acumulaciones de pasajeros en las terminales persistían, y se esperan 962 aterrizajes y despegues durante la jornada (1.047 el sábado y 1.009 el domingo). Ante la situación en el aeropuerto de Palma, la compañía Ryanair lanzó ayer un comunicado crítico con la gestión lamentando “los excesivos retrasos y cancelaciones en Palma tras la disparatada decisión de Control de Tráfico Aéreo (ATC) español de impedir el aterrizaje de los aviones entrantes”. El secretario de Estado del Ministerio de Transportes y presidente de Enaire, José Antonio Santano, tildó ayer de “inaceptables” las críticas de la compañía. “La seguridad es la principal preocupación y el motor de todas las decisiones que se están tomando desde el día de ayer”, dijo Santano.

Desde el comienzo del episodio, Emergencias ha gestionado 416 incidentes en Baleares relacionados con lluvias y tormentas: 225 en Mallorca, 145 en Ibiza y 22 en Formentera. El día de mayor actividad fue el jueves (250 incidentes). Uno de los momentos más tensos se produjo el miércoles en Formentera, donde un pescador de 54 años (Francisco Torres Costa) desapareció en el mar en mitad del temporal. Rápidamente, se activó un protocolo de búsqueda y, el hombre fue rescatado con vida tras siete horas flotando en el agua aferrado a un trozo de lso restos de su llaüt, una embarcación de madera tradicional de las islas. “Vi una barca que venía directa hacia mí, levanté un brazo y desde la barca levantaron un brazo. Pensé: ya me ha visto, me he salvado”, ha explicado el pescador en el Diario de Ibiza.