El Ayuntamiento de Cádiz insiste en su pretensión de devolver a su estadio el apellido franquista Carranza
El Consistorio alega que el nombre es ya solo una marca, y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática le advierte por carta de que está obligado a cumplir la ley
Al Ayuntamiento de Cádiz se le complicó en su día el cambio de nombre del estadio del Cádiz Club de Fútbol, de Ramón de Carranza, alcalde franquista, a Nuevo Mirandilla. Desde que el entonces regidor José María González, Kichi, anunció su pretensión de hacerlo en noviembre de 2017 (amparándose en las leyes de memoria estatal y autonómica), hasta que lo consiguió en junio de 2021, pasaron cuatro años y un tortuoso proceso participativo. Y ahora, al actual alcalde, Bruno García (PP), se le está atragantando justo la maniobra contraria: devolver al campo, de titularidad municipal, su anterior nomenclatura, aunque ya solo con el apellido Carranza.
El Consistorio anunció su pretensión el pasado sábado, y apenas tres días después, el martes, le contestó la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, dependiente del Ministerio de Política Territorial. En una misiva a la que ha tenido acceso EL PAÍS, la directora de Atención a las Víctimas y Promoción de Memoria Democrática, Zoraida Hijosa, advierte al alcalde de la obligación de cumplir las leyes estatal de 2022 y autonómica de 2017, y le avisa de que el ministerio se reserva “cuantas acciones o medidas procedan en su salvaguarda”.
Desde el Consistorio insisten en sus intenciones, argumentando que, al nombrar el estadio solo como Carranza, sin el nombre de pila, se “elimina cualquier referencia a la persona, algo que, por ejemplo, no hizo el equipo de gobierno anterior con el nombre del Trofeo [llamado Ramón de Carranza]”. Este viernes, la Junta de Gobierno local ha aprobado el inicio del expediente para cambiar la denominación, que necesitará un informe municipal que lo avale. José Manuel Cossi, primer teniente de alcalde, ha confiado en que ese trámite prosperará, aunque deja la puerta abierta a que no salga. “Se va a cumplir la Ley de Memoria y se va a hacer de buena fe. Si se puede o no se puede, yo no lo voy a decir”, ha dicho. Preguntado por si el PP desistiría del cambio si se determina que incumple la ley, Cossi ha respondido: “Podría darse el caso”.
El club y el ayuntamiento son cómplices y responsables de querer honrar la memoria de un alcalde franquista.
— Brigadas Amarillas (@BA1982Oficial) July 31, 2024
¡NO AL CAMBIO DE NOMBRE! pic.twitter.com/KALaaThoV1
Esa argumentación de que el apellido Carranza sería ahora solo una marca, y no aludiría ya al alcalde franquista, fue lo primero que esgrimió el Ayuntamiento cuando el pasado sábado anunció su plan. El Consistorio subrayó que el cambio de nombre lo había pedido el Cádiz Club de Fútbol, algo que el propio equipo confirmó. Ambas partes aseguran que el club registró las marcas Estadio Carranza y Trofeo Carranza —que se juega en estos días de verano— “a secas” (sin el nombre de pila) en 2021, año en el que se materializó la modificación a Nuevo Mirandilla del campo, una maniobra que el club nunca apoyó.
“Es un nombre desligado del [ex]alcalde, honrando la memoria colectiva del cadismo” ha justificado Cossi. Pero no parece verlo así la Dirección General de Atención a las Víctimas y Promoción de Memoria Democrática: su misiva recuerda al regidor Bruno García que el artículo 35 de la Ley 20/2022 de Memoria Democrática establece que serán “considerados elementos contrarios a la memoria democrática las referencias realizadas en topónimos, en el callejero o en las denominaciones de centros públicos, de la sublevación militar y de la dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo”; y que las administraciones públicas deberán proceder a la “retirada de dichos elementos”.
Hijosa ha enviado la carta con copia a la Junta de Andalucía, a la que le recuerda que la ley de memoria andaluza tiene también “actuaciones previstas de retirada o eliminación en el supuesto en que no se produzca voluntariamente, y tipificación de infracciones en los supuestos de incumplimiento”.
La vuelta al apellido Carranza ha puesto a las asociaciones memorialistas y a toda la oposición en contra. Tanto el PSOE como IU y Adelante Cádiz han mostrado su disgusto. “Es como si en Alemania tienen un estadio que se llama Adolf Hitler y le quitan el Adolf. Se sigue reconociendo la figura. [Carranza] Es una persona que depuró a funcionarios y denunció a vecinos que acabaron fusilados”, señala David de la Cruz, portavoz de Adelante Andalucía y asesor del equipo de Gobierno de Kichi.
En 2021, el entonces Consistorio de izquierdas justificó la modificación del nombre del estadio dentro de una política de eliminación de nombres franquistas del callejero gaditano que había empezado cuatro años antes. En el caso del estadio, lo razonó con un informe municipal que aseguraba que Carranza fue un “personaje que participó en el golpe de Estado de 1936, que estuvo estrechamente vinculado a la Dictadura Franquista y que contribuyó activamente en la política de depuración que llevó acabo el régimen en Cádiz”. El cambio de nombre del campo se consumó tras un proceso participativo abierto en el que el Ayuntamiento tuvo que suspender la primera votación e invalidar votos fraudulentos en la segunda.
De aquel proceso surgió la plataforma ciudadana Estadio Carranza, que ahora aplaude la decisión del alcalde García y del club y se alinea con ellos en la idea de que el apellido no vulnera la ley. Es una postura compartida por la asociación de vecinos del barrio de La Laguna, donde está enclavado el campo, pero de la que discrepan las entidades de aficionados al club Alma Cadista, Mahareta y Brigadas Amarillas. El último de estos grupos, que considera que Ayuntamiento y club son “cómplices” de querer honrar a un alcalde franquista, pegó un cartel sobre la fachada del estadio el 31 de julio en el que se leía: “No al cambio de nombre”.
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