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Tras los pasos de las bandas napolitanas especializadas en el robo de relojes de lujo

La Policía ha detenido en lo que va de año a 15 personas acusadas de 29 hurtos en ciudades turísticas. Los grupos vienen desde Italia en oleadas, actúan rápido y se marchan para entregar la mercancía a la Camorra

Agentes del grupo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, durante una intervención en Marbella el pasado mayo.
Agentes del grupo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, durante una intervención en Marbella el pasado mayo.PACO PUENTES

A media mañana, unos clientes del hotel Puente Romano, entre los más lujosos de Marbella (Málaga, 150.725 habitantes), se acercan con su vehículo a la puerta del establecimiento. Del asiento del copiloto baja una mujer. De repente se les cruza un hombre, italiano, que de un tirón le arranca a ella el reloj que lleva en la muñeca, valorado en 90.000 euros. No se habían percatado de que una moto les seguía hasta que la ven huir con el botín. Un guarda de seguridad sale disparado, a pie, en su persecución, pero los ladrones escapan. Ocurrió el pasado 9 de mayo y los autores del robo fueron arrestados poco después. Ahora, la Policía Nacional ha comunicado que en los primeros seis meses del año ha detenido a 15 personas —todas procedentes de la ciudad italiana de Nápoles— que usaban técnicas similares para robar relojes de alta gama en Madrid, Barcelona, Palma, Valencia, Ibiza y Marbella. Se les considera autoras de 29 hurtos de este tipo.

Las bandas de napolitanos especializadas en el robo de relojes de lujo son ya parte del ecosistema criminal que actúa en España. Desde hace más de dos décadas acuden a los principales puntos del turismo más exclusivo, como Ibiza, Marbella o Palma. Lo hacen en oleadas, es decir, en campañas que suelen durar dos semanas: se trasladan en avión, estudian el terreno, organizan la logística y realizan dos o tres golpes, generalmente en equipo de cuatro o cinco personas, antes de volver a Italia, según fuentes policiales. La mayoría son hombres, pero también participan mujeres que suelen ser las encargadas de acercarse a las víctimas y de trasladar luego los relojes hasta Nápoles.

En la ciudad italiana, los delincuentes entregan los relojes a jefes de la Camorra, que suelen financiar los viajes y se encargan luego de vender la mercancía en el mercado negro. El precio medio de esos relojes ronda los 30.000 euros, aunque los hay que llegan a alcanzar el medio millón. “Rusia, Israel, China o distintos países árabes son, habitualmente, su destino final”, explican fuentes de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que ha dirigido la operación Paranze. Hasta Nápoles viajaron varios agentes españoles para conocer bien las técnicas y ampliar la colaboración con la policía italiana.

Del tirón al truco del retrovisor

Sus métodos son ya conocidos por los agentes de la UDEV y, también, de los dos grupos policiales especializados en este tipo de robos. El pionero fue el equipo Rolex —creado en 2021 en Marbella— y después llegó el equipo Cronos, en Madrid. Los delincuentes suelen circular en motos con la matrícula falsa en las que viajan dos personas. Una conduce y la otra busca su objetivo. Cuando lo detecta, roba el reloj con rapidez, se sube al vehículo y ambos escapan. Otras veces cuentan con el apoyo de una mujer joven, que es la que entabla una primera relación con la víctima en algún local y luego avisa a sus compinches, que esperan a la salida del local para cometer el delito.

También utilizan otro sistema más preparado. Tras localizar a la persona a la que quieren robar, le realizan un seguimiento hasta que se sube a un coche. Luego, aprovechan cuando la marcha esté detenida por un semáforo o por cualquier atasco para que uno de ellos pliegue el retrovisor del vehículo desde la moto, mientras otro espera escondido en la parte trasera. El conductor entonces baja la ventanilla para abrir el espejo y en ese momento le quitan el reloj. Es lo que ocurrió en mayo en los alrededores del aeropuerto de Ibiza y que fue captado por la cámara de un taxi.

“Estos grupos criminales poseen un alto grado de organización y coordinación a la hora de ejecutar su especialidad delictiva”, subraya el comunicado enviado este jueves por la Policía Nacional, que en los primeros seis meses del año ha detenido a 15 de estos ladrones: uno en Madrid, cinco en Barcelona, uno en Palma de Mallorca, dos en Ibiza, uno en Valencia y cinco en Marbella. Las bajas penas por este tipo de hurtos —por lo general, de seis a 18 meses de prisión— hacen que muchos de los presuntos ladrones queden en libertad poco después su arresto. Algunos, de hecho, acumulan numerosos antecedentes por el mismo delito. Entre los 29 robos esclarecidos, los agentes han conseguido recuperar ocho relojes.

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