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El Gobierno dejará tiempo a ERC para que resuelva su crisis pero confía en que mantendrá el apoyo

Los tiempos marcados por los republicanos para su debate interno complican los Presupuestos de Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la inauguración de la IV edición del foro de Fondos Europeos en Madrid
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la inauguración de la IV edición del foro de Fondos Europeos en Madrid este jueves.Eduardo Parra (Europa Press)
Carlos E. Cué

El Gobierno no tiene prisa. En La Moncloa, en el PSOE y en Sumar son conscientes de que el punto más frágil de la mayoría que apoya al Ejecutivo, que permitió la investidura de Pedro Sánchez y que debería avalar a finales de año unos Presupuestos para consolidar la legislatura es en este momento ERC, inmersa en una grave crisis interna tras el batacazo en las elecciones catalanas. Los republicanos pierden la Generalitat, la joya de la corona que lograron en 2021 por primera vez en 90 años de historia, y sufren una dura derrota frente a Junts en su pugna por el liderazgo del independentismo. “Hay que darles tiempo”, es la respuesta que repiten varios ministros y dirigentes del PSOE y de Sumar consultados.

Los socialistas ni se plantean de momento meter ningún tipo de presión a ERC ni para la investidura en Cataluña ni mucho menos para retomar las negociaciones de Presupuestos y consolidar la legislatura. Todo estaba bastante avanzado, y ERC parecía por la labor de negociar y aprobar los primeros Presupuestos de esta legislatura, cuando las Cuentas catalanas decayeron por la oposición de Junts y el rechazo de los Comunes y Pere Aragonés decidió adelantar las elecciones al 12 de mayo, algo que ahora con perspectiva se ve en ERC como un error fatal. En ese momento, con un PSC que había pactado los Presupuestos catalanes con ERC pese a estar en la oposición, el equipo de María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, que ya había empezado los contactos con todos, incluidos los republicanos, daba por hecho que el partido de Oriol Junqueras apoyaría las Cuentas a cambio de contrapartidas políticas importantes, especialmente en cuestiones de inversiones y financiación. Pero, claro, eso era con una ERC en la Generalitat, dispuesta a gestionar esas inversiones y ese dinero extra.

Ahora, los socialistas siguen convencidos de que ERC no cambiará su estrategia, y menos si es Junqueras quien sigue al frente después del congreso del 30 de noviembre, y apostará por pactos con el Gobierno para sacar rédito político y no tumbar la legislatura y abrir la puerta a una posible llegada del PP con Vox. Pero lo cierto es que no hay muchos contactos estos días, nadie en ERC parece estar pensando en eso en este momento. Solo los hay para las cuestiones inminentes, de gestión diaria en el Congreso, entre Rafael Simancas y Teresa Jordà, por ejemplo, y ahí de momento no se detecta ningún cambio: ERC se mantiene dentro de la mayoría y está previsto que vote como siempre el próximo jueves, cuando llegan las primeras decisiones en el Congreso. Después también se sumará con toda probabilidad a la aprobación definitiva de la ley de amnistía, de la que es coautora.

¿Pero qué pasará con los Presupuestos? Nadie sabe aún, pero en el Gobierno sí son conscientes de que los tiempos marcados para resolver la crisis interna complican la negociación. Junqueras dejará la presidencia de forma temporal después del 9 de junio, y ahí será la secretaria general, Marta Rovira, la que tendrá el mando hasta el congreso del 30 de noviembre, en el que podría volver a presentarse Junqueras para asumir el liderazgo pleno. El momento clave para decidir la investidura de Illa llegará, pues, con Junqueras en periodo de reflexión, pero también el de la negociación de Presupuestos, que para entrar en vigor en 2025 deberían empezar a negociarse en septiembre como tarde. Ya en julio llegará la votación de los objetivos de estabilidad, previa de los Presupuestos. Y el momento decisivo de las enmiendas a la totalidad sería en octubre. Todo eso llegaría con una ERC descabezada en manos de una secretaria general que ha anunciado que no seguirá a partir de noviembre.

No es un escenario sencillo, pero varios ministros consultados confían en que de la misma manera que a ERC no le interesa ahora una repetición electoral en Cataluña, tampoco debería desear un adelanto electoral de las generales, porque además está esperando la aplicación definitiva de la ley de amnistía que retire la inhabilitación a Junqueras, lo que le permitiría volver a presentarse a unas elecciones. ERC, analizan, necesita tiempo para recuperarse y reorientarse, y en ese contexto tiene lógica que permita que Illa sea president en solitario, sin comprometerse a nada, y ayude a Sánchez a consolidar la legislatura a cambio de relevantes contrapartidas políticas, obviamente.

Mientras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó este jueves cualquier mención a ERC, con la que también el propio Illa tuvo un mensaje de absoluto respeto, y se concentró en reivindicar que en su opinión los resultados han avalado por completo su política en Cataluña. Sánchez, que reapareció en el foro Fondos Europeos: Innovación para un crecimiento sostenible, organizado por elDiario.es, sí dio por muerto completamente el procés, al contrario que Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y se burló de las contradicciones internas de este partido. “Los catalanes han votado abrir un tiempo nuevo, beneficioso para toda España. Teníamos razón los que decíamos que la superación de conflictos pasados se hace apostando por el perdón y la generosidad y teníamos razón los que pensábamos que la unidad de España no se construye a base de enfrentar unos territorios contra otros, sino de construir un proyecto común. Y tenemos razón los que creemos que los problemas se resuelven afrontándolos de frente, sin rehuirlos ni cronificarlos y mucho menos exacerbarlos, como hizo la anterior administración del PP”. El mensaje era, pues, muy claro: el procés llegó a su máxima expresión con Mariano Rajoy en La Moncloa, y ha llegado a la mínima, con los independentistas más bajos que nunca, con Sánchez en el poder.

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El presidente está convencido de que lo fue su gran quebradero de cabeza, Cataluña, se va a convertir en su gran éxito, y parece dispuesto a usarlo a su favor no solo en la campaña de las europeas sino en todo lo que quede de legislatura. “El PP en Cataluña dice que el procés ha muerto y en Madrid que está más vivo que nunca. En Cataluña no hablan de indultos y amnistía durante la campaña y en Madrid convocan manifestaciones. Lo único que mantienen igual en Cataluña y en Madrid es calcar el mensaje de la ultraderecha de Abascal. Lo que rompe a las sociedades es la rendición de la derecha tradicional a la ultraderecha”, lanzó Sánchez, ya en tono claramente de campaña con la vista puesta en las europeas. El presidente presumió de su política con Cataluña pero también de la económica, que será otro de los ejes de la campaña. “Nosotros no presumimos de milagro económico, ya hemos visto donde acabaron los del milagro económico, aún siguen en los tribunales, pero gestionamos mejor la economía. Si el año pasado dije en este foro que la economía iba como una moto, este año vamos como un cohete”, remató el líder del PSOE, que ya se prepara para el choque ideológico en la campaña con un plato fuerte este fin de semana, con la llegada a Madrid del argentino Javier Milei para participar en un acto de Vox.

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