Armengol admite contactos con Koldo pero nunca para hablar de mascarillas
“Jamás en mi vida he dado a nadie una orden para que contrate una empresa”, asegura la presidenta del Congreso
“No estoy aquí como presidenta del Congreso”, se apresuró a matizar este lunes Francina Armengol al comienzo de su comparecencia ante la comisión de esa misma Cámara que investiga las compras de mascarillas en la pandemia. Era la primera vez que una persona que ostenta la tercera autoridad del Estado se sometía a un interrogatorio semejante, en el caso de la socialista Armengol en su condición de expresidenta de Baleares, comunidad que compró una partida de mascarillas por valor de 3,7 millones a la empresa que patrocinaba el exasesor del Ministerio de Transportes Koldo García, acusado de cobrar por ello comisiones ilegales. La presidenta del Congreso admitió haber mantenido algún contacto con García, pero aseguró que nunca para hablar de compra de mascarillas.
Sometida a un incesante fuego por parte del PP desde que estalló el caso, Armengol había comparecido el pasado 5 de marzo para dar explicaciones ante la prensa sobre las relaciones de su antiguo Gobierno con la empresa Soluciones de Gestión, eje de la trama presuntamente corrupta y que le suministró mascarillas de calidad inferior a la acordada. Entonces la presidenta del Congreso dejó una duda sin resolver: quién había recomendado esa empresa a su Ejecutivo en la primavera de 2020.
El asunto quedó aclarado este lunes antes de que compareciese Armengol. Uno de los testigos que le precedió ante la comisión fue el exdirector general de Salud de su Gobierno Manuel Palomino, quien relató que en abril de 2020 recibió una llamada desde la centralita del Ministerio de Fomento de una persona que no recuerda, quien le preguntó si quería participar en una compra “masiva, voluminosa, importante” de mascarillas y le facilitó el contacto de Koldo García. Tanto él como posteriormente el entonces consejero de Economía y Turismo, Iago Negueruela, y la propia Armengol explicaron que necesitaban con urgencia ese material para uso civil a fin de iniciar cuanto antes la desescalada y no arruinar la temporada turística veraniega. Palomino agregó que se comunicó con García por WhatsApp y este le facilitó el contacto de Soluciones de Gestión.
Armengol se curó en salud antes incluso de que comenzaran las preguntas y comentó: “Quiero ser sincera. Yo he tenido algún contacto con el señor García, era asesor del ministro de Transportes y no puedo recordar lo que hablé con él. Lo que sí puedo decir con toda rotundidad es que jamás hablé con ese señor de los contratos con ninguna empresa, porque jamás lo hecho nunca con nadie”.
Lo repetiría varias veces a lo largo de la comparecencia ante las preguntas de los diputados y cada vez con mayor énfasis: “He sido cuatro años presidenta del Consell de Mallorca y ocho presidenta de Baleares y nunca, jamás, he dado una orden a nadie para que contrate a una empresa concreta”. Lo remachó incluso ante el parlamentario de Més, integrado en Sumar, Vicenç Vidal, que fue miembro de su Gobierno: “Usted ha sido consejero mío, lo sabe perfectamente”. Armengol argumentó que ningún presidente está el tanto de los expedientes administrativos de cada contratación y afirmó que el de este caso lo ha estudiado ahora para poder dar explicaciones ante la comisión. Incluso recurrió a su condición de farmacéutica de profesión para justificar que permaneciese ajena a esos asuntos.
La comparecencia de la tercera autoridad del Estado había estado precedida de un tenso careo, por momentos a gritos, entre el diputado del PP José Vicente Marí Bosó y el exconsejero Negueruela. Sin llegar a tanto, también se vivieron momentos muy ásperos con las preguntas a Armengol del popular Elías Bendodo y del miembro de Vox Jorge Campos. Ambos la acusaron reiteradamente de mentir, de “desprestigiar” el cargo que ocupa y de actuar de “avalista de una trama corrupta”. Bendodo llegó a imputarle directamente un delito de prevaricación e incluso aseguró que si no fuera por su aforamiento estaría ahora investigada, cuando ninguno de los cargos de su Gobierno que tomaron las decisiones sobre el caso han sido objeto de acusación por el organismo judicial que lo tramita, la Audiencia Nacional.
Ante las insinuaciones de Campos, la dirigente socialista se revolvió: “Yo no estoy implicada en ningún caso de corrupción, odio profundamente la corrupción política, hace muchos años que lucho contra esa lacra”. El representante de Vox ironizó además con que Armengol hubiese confesado su pesadumbre en los peores momentos de la pandemia y ella volvió a retrucar: “Pues sí que lloré, eché muchas lágrimas, fue la peor época de mi vida”.
Los diputados le preguntaron especialmente sobre dos cuestiones: el retraso de tres años en reclamar a la empresa la devolución de 2,6 millones una vez que se constató que las mascarillas no eran FFP2, como se había comprometido, y que, tras descubrir ese incumplimiento, su Administración firmase un certificado haciendo constar la normal recepción del material. Sobre lo primero, tanto Armengol como antes Negueruela aludieron al colapso de la Administración por la pandemia y señalaron que disponían de cuatro años de plazo para hacerlo. Y los dos acusaron al actual Gobierno balear del PP de dejar caducar la reclamación a la empresa, asunto por el que los socialistas han presentado una denuncia en un juzgado de Palma. En cuanto al certificado, le restaron valor, al sostener que se trataba de un mero reconocimiento de que se había recibido la mercancía y no un aval a la empresa, como denunciaron PP y Vox.
Vidal, de Més, y Francesc-Marc Álvaro, de ERC, evitaron las acusaciones frontales. Este último incluso advirtió de entrada de que no dudaba de la palabra de la presidenta del Congreso y que lo único que pretendía era determinar su posible responsabilidad política. Pero ninguno de los dos dejó de hurgar en aspectos del caso que consideraron poco claros. A preguntas de ambos, Armengol manifestó que ningún funcionario le informó de que en julio de 2022 agentes de la Guardia Civil habían acudido al departamento de Salud a reclamar el expediente.
Armengol no se reprimió de acusar al PP de “construir un relato falso” y de atacarla únicamente por su condición de presidenta del Congreso. Y acabó con un llamamiento: “Pido parar esta forma de hacer política. Por el bien de las instituciones, de la democracia y de este país”.
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