La eterna puesta a punto del PSOE de Andalucía
El cuestionamiento al liderazgo de Espadas se extiende en la ejecutiva regional socialista tras seis años de declive electoral
Casi desde el día en el que fue elegido candidato a la Junta de Andalucía y, después, secretario general del PSOE andaluz, en julio de 2021, el liderazgo de Juan Espadas se mantiene en entredicho. Desde que en 2018 los socialistas salieron del Gobierno de la Junta no han hecho más que caer en esa comunidad: perdieron de manera estrepitosa las elecciones autonómicas de junio de 2022, las municipales de mayo de 2023 y las generales de julio de ese año. O, dicho de otro modo: tres victorias rotundas del PP en la comunidad más poblada de España. El Partido Socialista andaluz, antaño columna vertebral del PSOE, no acaba de ponerse a punto, lo que contrasta con un PSC de Cataluña al alza y con influencia.
Tras las elecciones catalanas del próximo domingo vendrán las europeas del 9 de junio, y las previsiones son borrosas. La nominación de Teresa Ribera como cabeza de cartel socialista y su salida, cuando toque, del Ministerio de Transición Ecológica han reabierto en el PSOE andaluz las especulaciones sobre el futuro de Espadas, a quien algunas fuentes sitúan al frente de ese ministerio.
Por ahora es una suposición, un barrunto que rodea a Espadas desde que se hizo cargo de la federación más numerosa del PSOE (44.000 militantes de un censo total de 173.000) en sus horas más bajas. De tenerlo todo —entre otras cosas, la posibilidad de colocar a muchas personas en la Junta, los ayuntamientos y las diputaciones— los socialistas han pasado a tener que hacer un ajuste de plantilla en el PSOE andaluz y en agrupaciones provinciales como la de Huelva, donde han sido despedidos recientemente tres trabajadores para equilibrar ingresos y gastos.
Son los propios socialistas los que alimentan, a la más mínima oportunidad, las dudas que les genera Espadas. Varios dirigentes reconocen que el debate sobre su liderazgo sigue abierto y describen a un PSOE en el que hay tres posiciones: los que apuestan por el actual secretario general como candidato a las elecciones andaluzas de 2026, porque no queda otra y debe agotar el ciclo; los que creen que “hay que arriesgar por alguien joven” y trabajar a ocho años vista; y los que muestran cansancio con los “experimentos”. “Ya está bien de tanta prueba y error, esto no es un laboratorio de Madrid. El PSOE de Andalucía no es el patio de atrás de un proyecto federal; hemos sido los cimientos”, se queja un dirigente andaluz que apuesta por un partido menos dependiente de la dirección federal, y apuesta por un nombre, el de María Jesús Montero, para frenar la caída del PSOE andaluz que señalan las encuestas en paralelo a la consolidación del PP de Juan Manuel Moreno. Al tiempo, otras fuentes lamentan el escaso peso de la federación andaluza en la lista de los socialistas a las elecciones europeas.
Espadas fue nombrado el pasado noviembre portavoz del Grupo Socialista en el Senado. Según él, para “fortalecerlo” y “darle mayor visibilidad”. Pero, en la Cámara alta, el exalcalde de Sevilla se ve obligado a defender a un Gobierno atosigado por las críticas del PP a la ley de amnistía y sus pactos con formaciones independentistas, apuestas que en Andalucía no tienen mucho respaldo en la opinión pública. Pasa la mitad de la semana en Madrid y su ausencia la cubren en Andalucía hasta cuatro portavoces sin mando en plaza. En enero pasado, Espadas cambió la ejecutiva regional, prescindió de los teóricos números dos y tres del partido y creó un gobierno en la sombra para intentar ahormar una alternativa.
Dirigentes socialistas sostienen que estos cambios han sido “frustrantes”. En la penúltima reunión de la ejecutiva regional, Espadas escuchó críticas que alertaban de que el PSOE no da con “el tono” de la oposición a Moreno, un tono que muchos consideran excesivamente blando. “O cambiamos o esto no cambia”, resumió un dirigente en alusión a la actual hegemonía del PP, según confirman varias fuentes.
La tesis de quienes sí apuestan por la continuidad de Espadas como candidato es que, haga lo que haga y sea él u otra persona el candidato, el PSOE no recuperará el Gobierno de la Junta en la próxima convocatoria electoral. El PP tiene ahora 58 escaños y suma 72 con los 14 de Vox. “Por muy bien que nos vaya, las derechas van a seguir sumando 66 o 68 escaños [la mayoría absoluta está en 55]. Somos conscientes de que esto tiene dos paradas: las elecciones de 2026 y las siguientes, cuando ya Moreno no sea candidato”, analiza un dirigente regional, confiando en que el actual presidente de la Junta ya no esté en el panorama andaluz en los comicios de 2030. Espadas dice que seguirá: “Las especulaciones primero me llevaban a Europa y en noviembre también al Gobierno, pero aquí sigo y quiero seguir para volver a ser candidato en 2026″, afirma en declaraciones a EL PAÍS.
En el PSOE andaluz son conscientes de que ahora mismo cualquier decisión drástica sobre el futuro de esta federación no se decide en Andalucía sino en La Moncloa y en Ferraz. Por eso, cuando surge el nombre de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, todos miran a Pedro Sánchez, que en 2021 no quiso postularla para competir contra Susana Díaz. Ahora algunos se preguntan si el presidente sigue pensando lo mismo tras los movimientos sucesorios que él mismo provocó con su amago de dimisión.
Y sobrevolando las incógnitas sobre Espadas está la tensa situación en la mayoría de las agrupaciones provinciales. Los congresos regionales y provinciales se convocarán en cascada una vez que se celebre el congreso federal del PSOE, aún sin fecha. Y la pérdida reciente de los principales ayuntamientos y diputaciones abre la puerta a que se produzcan relevos en varias plazas, especialmente, en Cádiz, Málaga y Huelva.
Mientras tanto, Juan Manuel Moreno va preparando ya sus cuartas elecciones andaluzas: volverá a ser candidato del PP en 2026, pese a que dijo que su deseo era permanecer solo dos mandatos. El presidente andaluz acumula vídeos en los que explota la emotividad positiva. En uno de ellos, grabado por su equipo de comunicación en la caseta de CC OO en la pasada Feria de Sevilla, se ve a un grupo de señoras que le grita una docena de veces “¡guapo!”. También se lo dijeron a Montero y a Espadas, pero no tuvo tanta difusión.
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