Familiares de las víctimas visitan las criptas de Cuelgamuros: “Ha sido maravilloso ver lo que hicieron para llegar a los restos de mi padre”
Los forenses muestran su método de trabajo a una treintena de descendientes que reclaman hace años la exhumación de sus seres queridos
Familiares que han reclamado al Gobierno la recuperación de restos de seres queridos enterrados sin su consentimiento en el Valle de Cuelgamuros han comenzado a visitar este lunes las criptas donde expertos de varias disciplinas trabajan desde junio del año pasado para tratar de cumplir ese deseo. Lo han hecho por turnos, en grupos de no más de diez personas, y asistidos por dos psicólogos especializados en victimas.
A principios de abril, en plena batalla política del Gobierno central contra el PP y Vox por su decisión de derogar las leyes regionales de memoria, fue el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, quien accedió al interior de las criptas del mausoleo para que los forenses le explicaran la evolución de las tareas de recuperación de restos. Algunos familiares de las víctimas allí enterradas manifestaron entonces su malestar por el hecho de que Sánchez hubiese visitado antes que ellos los trabajos de exhumación. La Secretaría de Estado de Memoria Democrática aclaró que estaban preparando estas visitas por turnos para garantizar la seguridad de las familias y se dirigió a ellas por carta. Hay 166 familias que reclaman los restos y unas 60 de ellas han solicitado ya visitar las criptas. Este lunes han ido las primeras 15, con un total de 26 personas, ya que pueden ir acompañados. Las visitas se harán siempre en lunes, que es cuando el monumento está cerrado a los turistas. EL objetivo es que hagan las preguntas que quieran y que comprueben por sí mismos la dificultad de la tarea, especialmente en algunos columbarios más dañados.
Algunos familiares ya visitaron las criptas acompañados por especialistas en marzo de 2019, antes de que comenzaran las exhumaciones. Entre ellos, Mercedes Abril: “Me pareció horrible ver tantas cajas de tantas personas inocentes, unas encima de otras. Pero las vi y pensé: ‘Ahí está papá”, relató entonces a este diario.
Sin memoria no hay democracia.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) April 4, 2024
Hoy he visitado los trabajos del laboratorio forense en el Valle de Cuelgamuros, que atiende la demanda de 160 familias que todavía hoy siguen buscando respuestas.
La ley se va a cumplir y debemos saldar nuestra deuda pendiente con quienes dieron… pic.twitter.com/OknRzy3BWd
De momento, los restos óseos de 12 víctimas ya han sido entregados a sus familiares, como Fausto Canales, que este lunes ha podido ver in situ cómo trabajan los forenses que el pasado verano le permitieron enterrar dignamente a su padre, Valerico. Canales ha acudido al mausoleo acompañado por su hijo Pedro y su sobrino Fausto. “Ha sido maravilloso ver lo que hicieron para llegar hasta la caja donde estaban los restos de mi padre”, relata a EL PAÍS. “Nos pusieron unos [trajes] epis de protección, guantes y mascarillas. Yo entré con otras dos familias que todavía no han recuperado a sus parientes. Los especialistas Paco Etxeberria, Lourdes Herrasti y René Pacheco nos explicaron cómo trabajan y nos enseñaron, en el laboratorio que han instalado dentro del mausoleo, los restos recuperados y los signos de muerte violenta”, señala. Y describe así el trabajo forense: “Trabajan con un cuidado exquisito. Los que hablan de profanación y tantas veces han intentado paralizar las exhumaciones no saben de lo que hablan. También nos mostraron el lugar donde estaban enterrados Franco y José Antonio Primo de Rivera. Todo el recorrido ha durado algo más de una hora y al final hemos podido firmar en un libro de visitas donde cada uno ha puesto lo que ha querido”.
Alrededor de 300 muestras óseas más correspondientes a represaliados de ocho municipios de Aragón y Cataluña se encuentran en el laboratorio para su identificación genética. Entre ellas se cree que están los restos del padre de Manuel Lapeña, que falleció en septiembre de 2021, a los 97 años, sin haber visto comenzar los trabajos, pese a que desde 2016 contaba con una sentencia favorable a las exhumaciones en el Valle de Cuelgamuros.
En el mausoleo ideado por Franco para inmortalizar su victoria en la Guerra Civil, yacen más de 33.800 víctimas, muchas de ellas extraídas de fosas comunes y trasladadas a las criptas sin el consentimiento de sus seres queridos. En octubre de 2019, el Gobierno trasladó los restos de Franco desde el lugar preeminente en el que se encontraban, junto al altar mayor, al cementerio de Mingorrubio, en El Pardo (Madrid), como primer paso para la democratización del monumento y tras una larga batalla judicial contra los nietos del dictador. La medida trataba de aliviar a quienes, como Manuel Lapeña, consideraban “un insulto” que sus familiares —en este caso, su padre— estuvieran enterrados “junto al verdugo”, mientras se estudiaba cómo abordar las exhumaciones en las criptas, mucho más complejas técnicamente. Las familias han tenido que esperar demasiado, ha reconocido el Gobierno, pero no solo por cuestiones técnicas, sino por la ofensiva judicial planteada por grupos de extrema derecha y antimemorialistas contra la intervención en el Valle de Cuelgamuros a través de una cascada de recursos. Esa batalla sigue viva. “En la cripta ya abierta”, explica el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, se sigue trabajando, pero aún hay que resolver otro recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid”. Martínez, como el resto del equipo, confía en que la justicia vuelva a darles la razón.
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