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Congreso de los Diputados
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Sánchez intenta normalizar la legislatura con viajes y gestión

La oposición avisa de que no le dejará salir del agujero de la política española, pero La Moncloa mira lejos

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, sale del hemiciclo del Congreso, este miércoles.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, sale del hemiciclo del Congreso, este miércoles.Samuel Sánchez
Carlos E. Cué

Cuando todo parecía encarrilado con la ley de amnistía para empezar definitivamente una legislatura que no terminaba de arrancar, llegó el adelanto de las elecciones catalanas. La oposición, en especial el PP, que lidera las encuestas, está convencida de que finalmente ha encontrado un punto débil de Pedro Sánchez. Alberto Núñez Feijóo lo dejó muy claro en la tribuna: “Usted ha perdido el control y no va a salir victorioso”, le dijo al presidente. Algunos dirigentes del PP rematan con más claridad en los pasillos del Congreso: “Esto es imparable, nada de lo que va a pasar en los próximos meses va a estabilizar la mayoría. Las vascas por la guerra PNV-Bildu, las catalanas por la batalla Junts-ERC y las europeas porque serán a cara de perro entre Sumar y Podemos y además las ganará el PP con comodidad”, señalan. La oposición ha olido debilidad, y cree que su llegada al poder ya es solo cuestión de tiempo.

Pero en La Moncloa tienen una visión completamente diferente. Esta vez, Sánchez no solo juega a la resistencia, como se vio en su discurso en el Congreso, tal vez el de mayor contenido y más de fondo que ha pronunciado sobre la geoestratégica en la que lleva años trabajando y la política económica que defiende. El presidente, señalan en su entorno, está convencido de que, aunque las encuestas ahora muestren al PP subiendo y el PSOE bajando, Feijóo tiene una enorme debilidad de proyecto y no tiene posición en casi ninguno de los temas fundamentales que dominan la agenda internacional, en especial las guerras en Ucrania y en Gaza. Y eso, según la visión que trasladó el presidente en el debate, quedó muy en evidencia este miércoles, cuando Sánchez intentó en varias ocasiones forzar a Feijóo a un debate sobre política internacional que el líder del PP trataba de escapar. Por eso La Moncloa ha acuñado ahora el nuevo lema “entre el lodo y la nada”, para intentar ir al cuerpo a cuerpo con Feijóo en un punto que es una fortaleza de Sánchez y una debilidad del líder del PP: la agenda internacional.

“Deje de utilizar la política exterior como cortafuegos de sus problemas internos”, se quejaba Feijóo, que una y otra vez le dejaba muy claro, como también hizo Santiago Abascal, de Vox, que la oposición no le va a dejar al presidente que lleve la agenda política a los debates internacionales como el reconocimiento de Palestina o a los económicos, donde los datos ayudan al Gobierno. Feijóo incluso llegó a reivindicar que la oposición nunca pregunte al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en las sesiones de control, algo inédito, con el argumento de que nadie le conoce, como si los asuntos que gestiona no fueran relevantes. El líder del PP insistió varias veces en que la prioridad de la oposición no va a cambiar: “amnistía y corrupción, no vamos a obviar nada”. Incluso hasta cuando hablaba de las víctimas de la guerra en Ucrania o en Gaza llevaba la cuestión inmediatamente a las víctimas de ETA para volver a hablar de los pactos con Bildu.

En La Moncloa creen que el PP puede estar ahora eufórico por su mejoría constante en las encuestas, pero están convencidos de que a largo plazo el hecho de que no tenga posición definida en cuestiones tan decisivas como Gaza, Ucrania, el aumento del gasto en defensa o los debates económicos, le acabará pesando. Sánchez, creen en su equipo, necesita tiempo para que se vaya consolidando la legislatura y sobre todo para normalizarla, para que se vuelva a hablar de la gestión, de los grandes debates europeos, de economía, de empleo, de las cosas fundamentales que normalmente hacen caer o crecer a los gobiernos. Por eso es tan importante para la oposición mantener la idea de que el Ejecutivo no va a durar, algo en lo que insisten en el PP, y tan relevante para Sánchez tratar de convencer a todos, como hizo ayer varias veces, de que él va a agotar la legislatura y tiene por delante tres años que se le van a hacer larguísimos al PP.

Sánchez fue muy claro en el discurso: tiene una agenda internacional potente, que esta semana remata con una gira europea, cree haber logrado colocar a España con un gran protagonismo internacional con una posición a favor del reconocimiento de Palestina que tiene mucho apoyo social, y tiene una visión de los asuntos que dominan en este momento las agendas de las cancillerías, como el aumento del gasto en defensa. Ahí se vio con claridad que también tiene un problema interno con este tema, porque Sumar lo rechaza de plano. Pero lo más importante para el líder del PSOE en este momento, con la intención de remontar en las encuestas y sobre todo afrontar con más garantías las europeas, las elecciones más difíciles para el Ejecutivo, es consolidar la idea de que él es un presidente con un proyecto político claro y unos datos económicos positivos frente a una oposición que solo tiene el caso Koldo y la amnistía para remover.

Por eso, el Gobierno cree que sale del debate con una inyección de moral y una estrategia muy clara: intentar salir del agujero en el que se ha metido la política española en los últimos meses y volver a hablar de economía, de política internacional, de decisiones relevantes. “En 2023 nuestro país creció cinco veces más que el conjunto de la UE y será el que más crezca en 2024 y en 2025 entre las cinco mayores economías. Y además estamos creando más empleo que nunca, más de medio millón solo el último año. Algunos quieren ocultar esta realidad bajo el fango. Quieren ocultar los buenos resultados del Gobierno y su ausencia de proyecto político bajo el ruido, la calumnia y la crispación. Están usando las ya conocidas técnicas trumpistas y bolsonaristas, tratan de debilitar nuestra democracia, intoxicar el debate público. Y yo reconozco que es difícil luchar contra ellas, pero los ciudadanos tienen mi compromiso de que lo vamos a hacer”, resumió Sánchez. En La Moncloa están convencidos de que el tiempo acabará jugando a su favor. Pero también lo piensan en el PP. En las próximas semanas se verá quién gana la partida, si el intento de Sánchez de volver a una agenda política más normalizada y consolidar la legislatura o el de la oposición de vivir en la permanente sensación de excepcionalidad y de mayoría en el aire.

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