Las dudas del PP amenazan el consenso parlamentario de 2014 sobre Palestina

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está decidido a reconocer a Palestina como Estado antes del verano y a impulsar en esa línea una solución al conflicto con Israel en el ámbito internacional, tanto ante Naciones Unidas como en la Unión Europea. Pero esa posición no cuenta en este momento con el apoyo prácticamente unánime que recabó la iniciativa anterior sobre este asunto, que se debatió en el Congreso en 2014, durante el Gobierno de Mariano Rajoy. El PP duda de que la coyuntura actual, con la guerra de Israel en Gaza, sea la mejor para dar ese paso, y se queja de que el Ejecutivo no le informa. El Gobierno cuenta, eso sí, con el apoyo entusiasta de sus socios habituales en el Congreso (Sumar, Podemos, Compromís, EH Bildu, ERC, PNV y el BNG), que incluso le empujan a actuar “con más valentía” contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Pedro Sánchez ha aprovechado su reciente gira por varios países árabes para advertir de que piensa acelerar el reconocimiento del Estado palestino. Lo hará, dijo, antes del verano; es decir, en torno a las elecciones europeas del 9 de junio. El presidente también comentó a los periodistas que habrá más movimientos al respecto en breve: “Hay que estar atentos a las decisiones que se tomen próximamente en Bruselas y Nueva York”, señaló, en alusión al papel que quiere jugar tanto en la UE como en Naciones Unidas.

El Ejecutivo todavía no ha concretado con qué fórmula quiere plantear esa propuesta de reconocimiento del Estado palestino. En principio, La Moncloa se descanta por que sea una decisión del Consejo de Ministros y que el presidente acuda a la Cámara a informar de ello. El asunto ya se ha llevado varias veces al Parlamento y, en la última ocasión, en noviembre de 2014, el Congreso sacó adelante una proposición no de ley, pactada entre el PP y el PSOE, que instaba al Gobierno a realizar ese gesto hacia Palestina. Obtuvo un respaldo casi unánime: 322 votos emitidos, 319 síes, una abstención y dos noes.

En aquella votación, no vinculante, dos diputados del PP que siguen ahora en la Cámara baja ya mostraron su incomodidad con la propuesta. El toledano Agustín Conde votó en contra y el sevillano Ricardo Tarno se abstuvo. La dirección actual del PP aún no se ha pronunciado públicamente, entre otras razones, porque tiene más que dudas sobre “la oportunidad de esa iniciativa en estos momentos de guerra en la zona”, según fuentes del partido de Alberto Núñez Feijóo.

El PP, para empezar, se queja de que no dispone de ninguna información directa sobre ese plan del presidente Sánchez. No ha habido contactos ni desde La Moncloa ni desde el Ministerio de Exteriores, lamentan estas fuentes. Remarcan que ese comportamiento no es nuevo y que, antes de dar su apoyo a una resolución de esa trascendencia internacional en un momento tan crítico, les gustaría conocer aspectos tan concretos como qué tipo de democracia sería el Estado palestino y cómo y cuándo se convocarían elecciones. También otros detalles no menores como dónde estarían ubicadas las fronteras entre Palestina e Israel (anteriores o posteriores a las fijadas en la Línea Verde tras la Guerra de los Seis Días de1967), quién expediría los pasaportes preceptivos, cuál sería la capital (Jerusalén, Rafah o Ramala) y las implicaciones que esa decisión acarrearía.

En una postura aún más dura se expresó este jueves el expresidente popular José María Aznar: “Los que defienden la creación de un Estado palestino, ¿a qué Estado se están refiriendo? Eso no existe”, dijo en unas jornadas de su Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Y agregó: “Reconocer lo que no existe es absurdo”.

En el PP de Feijóo admiten que en la sociedad española el apoyo a esa solución de los dos Estados —Israel y Palestina— es amplísimo y lo han constatado de nuevo en recientes manifestaciones a las que han acudido sus representantes en Madrid: a la convocada por Israel frente al Congreso apenas acudieron dos centenares de personas, y a las favorables a Palestina acuden normalmente miles. Fuentes del equipo internacional del PP coinciden en que esa de los dos Estados es “la única solución posible”, pero consideran que, para que prospere, tiene que darse una situación de mayor estabilidad en la zona, y no de guerra. Reclaman, además, que otros socios de la UE refrenden esa iniciativa, no solo los tres que comparten en este momento la posición de España (Irlanda, Eslovenia y Malta). Por último, esperan más implicación de países árabes que se resisten a reconocer a Israel, algo que también ha intentado el propio Sánchez en su reciente gira por Oriente Próximo.

Feijóo está a la espera de recabar más información con sus expertos para hacer un primer pronunciamiento público pero, por ahora, sí echa en falta que ante un asunto “tan serio, de tanta trascendencia y gravísimo desde el punto de vista humanitario” nadie del Gobierno le haya llamado para pactar la medida, dicen fuentes de su entorno. Y recuerdan cómo se fraguó la proposición similar de noviembre de 2014.

El entonces ministro de Exteriores, el popular José Manuel García Margallo, negoció en aquella ocasión el texto de la resolución con su antecesora del PSOE, Trinidad Jiménez, y en el debate en el Congreso hubo sobre todo palabras de consenso. Margallo expresó la “esperanza del Gobierno en que la histórica sesión” sirviera para “desatascar un proceso de negociación que lleva muchos años atascado”. Y se comprometió a que España, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, impulsaría “un diálogo para la paz, seguridad y el desarrollo de una región que lleva sufriendo mucho tiempo”. Trinidad Jiménez destacó: “El reconocimiento del Estado palestino es la mejor resolución para promover la paz, a través de una resolución que no va con nadie ni contra nadie”.

La proposición no de ley (no vinculante) finalmente aprobada instaba al Gobierno a “reconocer [a] Palestina como Estado, sujeto de Derecho Internacional, reafirmando la convicción de que la única solución posible para el conflicto es la coexistencia de dos Estados, Israel y Palestina”. Y añadía: “Este reconocimiento debe ser consecuencia de un proceso de negociación entre las partes que garantice la paz y la seguridad para ambas, el respeto a los derechos de los ciudadanos y la estabilidad regional”.

En el equipo del entonces presidente Rajoy recuerdan también cómo se montó la recepción y el almuerzo oficial en el Palacio Real, en noviembre de 2017 y con la presencia de los Reyes, al presidente palestino, Mahmud Abbas. Fue en el salón de columnas, el mismo lugar en el que 26 años antes se había inaugurado la Conferencia de Paz para Oriente Próximo. Y fue allí donde Abbas expresó, en plena crisis independentista catalana, su “firme postura de apoyo a la unidad del pueblo y el territorio de España”.

En el Congreso actual, en caso de promover una votación al respecto, el PSOE contaría con una amplia mayoría de votos para que su iniciativa prosperase, aunque previsiblemente sin la unanimidad de entonces. Esta misma semana, portavoces de Sumar, Podemos, Compromís y otras formaciones sostuvieron incluso que el Gobierno llegaba tarde con esa propuesta y que podría estar siendo más valiente. El representante de Podemos, Javier Sánchez Serna, reprochó a Sánchez que hubiera tardado tanto y que no se atreviera a llevar al primer ministro israelí a la Corte Penal Internacional “por genocidio”.