Los piques y disfunciones entre Tellado y Gamarra se perpetúan pese a su reparto de cargos entre el Congreso y el PP
Feijóo obligó a sus representantes en la Mesa de la Cámara baja y para cuestionar a Armengol a anular un homenaje de las Cortes a la Constitución en Cádiz que ellos habían promovido
El ambiente en el grupo popular en el Congreso no está calmado ni es cómodo para muchos de sus componentes. Y no es sólo por el tono agresivo de muchas intervenciones de los integrantes de su línea más dura. Las desconfianzas, piques y disfunciones entre el sector comandado por la anterior portavoz, teórica número dos del partido y actual secretaria general, Cuca Gamarra, y Miguel Tellado, el nuevo representante de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso, no se han reparado pese al reparto de cargos ejecutado en noviembre pasado. “El grupo parece que está en stand by, no se sabe bien ni está claro dónde empiezan los componentes de Tellado. Y los de Cuca y Feijóo tampoco lo ha descifrado porque no están a construir un proyecto alternativo sino a que haya elecciones cuanto antes”, relata un miembro del PP con acceso a esas discusiones. La descoordinación afecta a los representantes del PP en la Mesa del Congreso, a los que Feijóo y Tellado obligaron a anular un viaje y acto este pasado lunes de homenaje de las Cortes promovido por ellos en Cádiz en conmemoración del 212º aniversario de la Constitución de 1812.
“En el grupo hay gente incómoda, no ubicada”, remacha un veterano miembro del PP en el Congreso. “Y no sólo por el tono desaforado de algunos diputados el pasado miércoles en la sesión de control al Gobierno, como Esther Muñoz o Jaime de los Santos, que no había nada más que mirar algunas caras cuando dejaron de hablar. Es que además se tiene la sensación de que no hay estrategia parlamentaria de fondo para una legislatura que se puede hacer muy larga”. Algunos componentes del sector más moderado del PP constatan así que no se ha puesto en marcha la elaboración de “un proyecto constructivo alternativo, porque en lo que se está es en la batalla de pegarse para matar al de enfrente, salvar a los nuestros y así no hay espacio para debate alguno”.
Esta compleja y convulsa XV legislatura ya comenzó así para el PP de Feijóo, con aquella sesión de investidura frustrada en septiembre. Luego el líder tardó mucho en decidirse por la selección de sus portavoces en las Cámaras y el 27 de noviembre nominó a Tellado para el Congreso y retiró de ese gran púlpito mediático a Gamarra, a la que dejó solo como secretaria general y teórica número dos del partido para clarificar confusiones y descoordinaciones del anterior mandato. Ese reparto no parece haber funcionado, según corroboran distintos dirigentes del PP.
Entre los parlamentarios populares sigue habiendo dos grupos, los fieles a Gamarra y otros más de Tellado. Algunos trabajos de organización de seminarios y jornadas, que antes se montaban desde la sede parlamentaria en el Congreso, ahora la secretaria general del PP se los ha llevado para impulsarlos desde Génova 13. El sentido y desarrollo de otras de esas convenciones del PP de los fines de semana, como la reciente de barones territoriales en Córdoba, Gamarra se disputa su autoría y programa con Elías Bendodo, vicesecretario y teórico número cuatro del PP. La estrategia de investigación y respuesta del caso Koldo, sobre las comisiones de mascarillas desde el entorno del anterior ministro de Transportes del PSOE, un tema fundamental para el líder de la oposición en esta etapa de confrontación total del equipo de Feijóo, antes se dirigía desde el Congreso y ahora la ha querido acaparar Gamarra. Todas esas atribuciones han molestado a Tellado, “que está que trina”, según esas mismas fuentes, y que además no se ha hecho aún con el tono y el estilo de trabajo que se requiere en el Parlamento.
El nuevo portavoz del PP en el Congreso, además, tampoco se fía de todos los parlamentarios bajo sus órdenes. Y en especial, de los representantes populares en la Mesa de la Cámara, su órgano de gobierno, y a los que tiene por “muy cercanos a Gamarra”. Y se lo ha hecho saber, como se ha comprobado en los últimos días con la polémica de la organización del homenaje a la Constitución de 1812 en Cádiz. La idea de montar para el pasado 18 de marzo una reunión extraordinaria de la Mesa en el Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz, en conmemoración del 212º aniversario de la Constitución de 1812, partió precisamente de un componente del PP en ese órgano.
Todo parecía encaminado y resuelto para un acto totalmente protocolario hasta que se cruzó la sesión de control al Gobierno del pasado 13 de marzo. Pedro Sánchez le sacó a colación a Feijóo su antigua foto con el narco Marcial Dorado en un yate por las rías gallegas y los planes variaron drásticamente.
Ese mismo día, miércoles 13, Feijóo citó a Tellado a una reunión a la hora de la comida y le ordenó endurecer aún más el ambiente y romper cualquier puente, con el Gobierno, el PSOE y Francina Armengol, la presidenta de la Cámara baja. Llamaron a los cuatro representantes del PP en la Mesa y les comunicaron que no habría tampoco viaje ni acto de homenaje alguno en Cádiz con miembros del PP. Los delegados del PP en ese órgano se plantaron entonces en el despacho de Armengol y le trasladaron esa instrucción.
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