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La ministra de Igualdad estalla a gritos de “vergüenza” contra la intervención de un diputado del PP

Ana Redondo acusa al popular Jaime de los Santos de “machismo reaccionario y negacionista” por su discurso dos días después del asesinato de dos mujeres y dos niñas

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, en la sesión de control al Gobierno de este miércoles.Foto: JAVIER LIZÓN (EFE) | Vídeo: EPV
Javier Casqueiro

El diputado del PP Jaime de los Santos interpelaba a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, por la antipatía o indiferencia que muestran muchos jóvenes hacia el movimiento feminista, según han detectado las encuestas. Esa era su pregunta, al menos sobre el papel, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso este miércoles. Pero en su discurso acabó desviándose del tema y lanzando todo tipo de acusaciones de corrupción contra la esposa del presidente del Gobierno; la presidenta del Congreso; responsables autonómicos; varios ministerios y los responsables políticos a quienes considera culpables de que cientos de agresores sexuales se hayan beneficiado de la ley del solo sí es sí. Redondo, en su respuesta, estalló contra esa intervención del diputado popular, al que acusó de “machismo reaccionario y negacionista” y al que recordó que la sesión parlamentaria se producía “después de 48 horas terribles con dos mujeres asesinadas”, así como dos niñas por violencia vicaria. A gritos de “¡vergüenza, vergüenza, vergüenza!”, la ministra levantó de sus sillones en una ovación a algo más de la mitad del hemiciclo. Afirmó que “el negacionismo mata” y acusó al PP de ser “cómplice de ese negacionismo”. La presidenta de la Cámara, la socialista Francina Armengol, intentó de nuevo sin éxito calmar los ánimos de combate desbordados en toda la sesión: “Las personas que nos están escuchando no se merecen esto”, dijo.

No hay moderados en el actual PP de Alberto Núñez Feijóo. Todos van a degüello. Con lo que sea y como sea. Vengan de donde vengan y tengan el pasado político que tengan. El diputado popular Jaime de los Santos, historiador, experto en arte, apasionado del mundo de la cultura, consejero de la Comunidad de Madrid de la anterior etapa de Isabel Díaz Ayuso hasta que prescindió de él porque no seguía sus directrices más ultras, se subió este miércoles sin reparo o matiz alguno al cuadrilátero en el que quiere convertir el Parlamento el actual PP de Feijóo, de Miguel Tellado, de Cuca Gamarra y de Rafael Hernando, la escuadra más radical ahora de ese partido, en la que ya prácticamente vale todo.

De los Santos había preguntado teóricamente por ese distanciamiento del feminismo entre los jóvenes. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, llegaba pertrechada con datos para el optimismo dentro de ese preocupante panorama, e intentó subrayar que el 66% de las jóvenes de entre 18 y 26 años sí se consideran feministas; el 54% de los jóvenes muestran alguna afinidad al respecto; y hasta el 70% de la sociedad reconoce avances en ese ámbito. Recordó, eso sí, que los expertos establecen una relación entre ideología y negacionismo del machismo, y pidió al PP que se distancie de eso, ya que solo el 35% de los militantes del PP y el 24% de los de Vox aceptan la necesidad de políticas de igualdad.

Al diputado madrileño del PP le dio igual esa respuesta. Jaime de los Santos concluyó que lo que les pasa a los jóvenes es que se sienten lejos de este Gobierno, a cuyos miembros denominó “tránsfugas de la causa feminista” por los cientos de agresores sexuales que vieron rebajadas sus condenas por la ley del solo sí es sí. En esa línea in crescendo el diputado del PP ya lo mezcló todo: acusó a Armengol, expresidenta de Baleares, de no haber querido investigar el “caso execrable” de unas menores tuteladas en esa comunidad “y obligadas a prostituirse”; y al PSOE de “abusar”, en algunos casos de presunta corrupción que les afectan, “del menú de mujeres prostituidas”.

Pero el objetivo del día para el PP en la sesión de control de este miércoles, en medio del escándalo por el supuesto caso de fraude fiscal de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, era la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. De los Santos no la citó por su nombre y se refirió a ella como “la señora mujer del presidente”. Y en ese capítulo cuestionó a todos y todas las diputadas del PSOE y de Sumar, la coalición del Gobierno, por “agachar la cabeza frente al esposo de la cónyuge, la única mujer en España que es diferente a todas las demás”. “Hasta donde yo sé, nadie puede dirigir una cátedra en una universidad pública si no es catedrática, ni doctora ni licenciada”, dijo.

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Jaime de los Santos insistió en esa vía de acusaciones: “La mujer del presidente no es igual, porque a ella la protegen los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, a los que luego abandonan, porque va a veranear esta Semana Santa a un palacio patrimonio de todos y pagado por todos, porque la señora mujer del presidente sigue aceptando prebendas que convierten a empresas que después reciben rescates en casos repugnantes de corrupción”. Y acabó: “Rueguen a la mujer del presidente que deje de traspasar fronteras”.

La ministra de Igualdad descompuso su cara ante el tono, la forma y el fondo de esa intervención. Y lo primero que lamentó fue lo que calificó como “falta de respeto a la igualdad y a las mujeres” y esas expresiones de “machismo reaccionario y negacionismo del PP apenas después de 48 horas terribles con dos mujeres asesinadas” y también dos niñas por violencia vicaria. Redondo se concedió ahí una primera andanada de indignación y gritó: “¡Vergüenza, vergüenza, vergüenza!”. Ya en un tono cada vez más alto siguió: “¡No se puede, no se puede, no se puede!”. Y remató: “El negacionismo mata, y ustedes son cómplices de ese negacionismo”. A Jaime de los Santos le habían arropado con satisfacción varios miembros de la dirección parlamentaria del grupo popular, como Álvaro Pérez, Macarena Montesinos o Jaime de Olano. La presidenta de la Cámara, Francina Armengol, solicitó una reflexión a todos los presentes y remarcó que los ciudadanos “no se merecen esto”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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