Carmen Calvo asume la presidencia del Consejo del Estado como “espacio de reflexión jurídica, no de controversia”
Félix Bolaños le pide al principal órgano consultivo del Gobierno que colabore a hacer “más habitable” el debate público, frente a la concepción de la política como “guerra sin cuartel”
La exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo ha tomado posesión este miércoles de la presidencia del Consejo de Estado. En el acto ha reivindicado el papel de esta institución como factor de equilibrio del sistema, y por tanto dedicada a “la reflexión jurídica, no a la controversia política”. En su discurso, Calvo subrayó que el papel principal del órgano consultivo es “ayudar al Gobierno en su tarea de impulsor de la legislación”. El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, que presidió ha presidido la ceremonia, ha puesto el acento en similares consideraciones sobre el papel de la institución para destacar que el debate político debe dejar de consistir en la polarización, el choque permanente y la “guerra sin cuartel”.
Carmen Calvo toma el relevo de la exministra de Trabajo Magdalena Valerio, cuyo nombramiento al frente del Consejo de Estado fue anulado por el Tribunal Supremo, que estimó que no reunía el requisito de contar con el acreditado prestigio jurídico exigido para el cargo. Esta sentencia va a ser recurrida en amparo ante el Constitucional por el Gobierno y ya lo ha sido por la propia expresidenta del Consejo, a quien Bolaños agradeció su labor durante los 13 meses que ha ejercido el cargo.
La nueva presidenta del Consejo —que fue apadrinada por el consejero permanente Miguel Herrero de Miñón y por la consejera electiva María Emilia Casas— explicó que inicia esta nueva etapa “segura y confiada porque sé del inmenso caudal de prestigio y rigor de esta casa”, para añadir que “en este país, el valor, la valentía la tenemos quienes buscamos equilibrios, quienes nos movemos en la moderación”. En la radicalidad —prosiguió— “se alberga permanentemente mucha cobardía”, subrayando a renglón seguido que “éste es un órgano contrafuerte del Estado de derecho”, porque “la controversia política es parte del valor superior de nuestra Constitución, como el pluralismo y la diversidad ideológica, pero este órgano es el contrafuerte de la seguridad jurídica que deben sentir los ciudadanos, para dar tranquilidad a sus instituciones”.
Bolaños, por su parte, destacó la trayectoria de Carmen Calvo, como profesora titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, y con larga experiencia en cargos públicos de las administraciones autonómica y del Estado, subrayando que en todos estos puestos se caracterizó por “la defensa continua de los valores democráticos, de las instituciones y de la igualdad entre hombres y mujeres”. Para Bolaños es especialmente importante el momento en que el Consejo de Estado inicia una nueva etapa, porque se requiere “la reflexión, el sosiego, el diálogo, es absolutamente imprescindible, más imprescindible que nunca en la actual situación de nuestro país”.
Tanto Carmen Calvo como Bolaños subrayaron que en 2026 se van a cumplir cinco siglos desde la creación del Consejo de Estado, para lo que ya se van a empezar a preparar diversos actos conmemorativos. Al recordarlo, el ministro —que representaba en la toma de posesión al presidente del Gobierno, de viaje oficial en Brasil— subrayó que las instituciones sirven “para articular gobiernos, pero también son espacios de representación de las distintas opciones ideológicas que conviven con naturalidad en nuestro país”. Y esas instituciones “que permanecen en el tiempo, como el Consejo de Estado, son las que sostienen a la democracia, con los distintos cambios de color político” de sus gestores, por lo que “identificar al Estado con sus instituciones es respetar el funcionamiento del sistema”.
En buena medida, el acto en su conjunto buscó ser un paréntesis conciliador entre los viejos muros del Consejo de Estado, donde coincidieron, entre otros responsables políticos de diversas etapas, el ministro de Transportes, Óscar Puente, la expresidenta del Congreso Meritxell Batet y la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. Entre bromas y veras, los comentarios más repetidos entre ellos mismos y otros asistentes fueron los alusivos al contraste entre las repetidas invocaciones al diálogo y el respeto mutuo en los discursos pronunciados, y el ruido exterior como característica del debate político.
En este contexto, Bolaños terminó su intervención de acogida a Carmen Calvo abogando por la labor de “hacer de nuestra sociedad un espacio público que sea más habitable”, lo que requiere “más política, no menos, y más diálogo”. Todo ello porque España y otros países occidentales “están sufriendo una polarización extrema”, en la que “se concibe al distinto como un adversario, totalmente antagónico”, por lo que el debate político es con frecuencia “una guerra sin cuartel”. Frente a esta realidad, el papel del Consejo de Estado —añadió— es aportar “reflexión”, porque la polarización es “un riesgo para el debate público” y conduce a “la desconfianza en las instituciones”.
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